La causa fue caratulada sin un nombre propio para la víctima, ya que hasta la noche del viernes, nadie se presentó a identificar al hombre de unos 30 años que fue hallado muerto en una casa de pasaje Morente al 2.300 (altura de avenida Colón al 1.100), en el barrio 24 de Septiembre de San Miguel de Tucumán, que murió como consecuencia de un disparo en el abdomen.
Según la información que hasta el momento manejan los investigadores, cerca de las 4 del viernes, Andrés Esteban Sauma fue alertado por un vecino sobre un posible asalto en un inmueble de su propiedad. El hombre, que no reside en ese lugar, fue hasta el pasaje para ver qué sucedía.
Con el correr de las horas, aparecieron indicios para asumir que Sauma podía ser el autor del disparo, por lo que la Policía lo aprehendió y le secuestró una pistola que tenía en su camioneta. El a partir de ese momento sospechoso, fue puesto a disposición de la Fiscalía de Homicidios I, a cargo de Carlos Sale, mientras El ECIF inspeccionaba la vivienda en busca de pruebas.
Por la tarde, luego de hablar con su abogado, Javier Lobo Aragón, Sauma pidió declarar.
El imputado dijo que fue advertido por un vecino sobre un robo, por lo que decidió ir con su esposa a ver la propiedad. Cuando llegaron trató de abrir la puerta, pero que en ese momento varias personas “se me venían encima”. Ante la peligrosa situación, agregó, sacó su arma y efectuó 4 o 5 tiros. El domingo, en un audiencia, se sabrá más sobre su situación procesal.
“No lo conocemos al detenido porque es nuevo en el barrio. Habían vendido hace poco esa propiedad y creo que se estaba alquilando”, señaló Hugo Mendoza, un almacenero de la cuadra.
En su local, Luciana Silvera hacía algunas compras para comenzar a preparar el almuerzo. “La verdad yo tampoco lo ubico. Pocos deben conocerlo porque se creía que ese lugar estaba abandonado. Antes era una golosinería, pero luego alquilaron la casa, luego quedó vacía, y no sabemos quiénes alquilaban ni quiénes son los dueños”, detalló la vecina.
Aldana Fernández atendía su verdulería desde la ventana de su casa y desde allí confió que “al parecer esto pasó cerca de las 4. Estábamos durmiendo a esa hora y no sabemos nada. A las 7 nos sorprendimos con mi marido cuando vimos que toda la esquina estaba cerrada por la Policía”.
También contó que lleva 20 años viviendo en el lugar y que su marido vive en esa casa hace 40. “En el barrio conocemos a casi todos, pero no sabíamos que esa casa estaba siendo habitada ahora. Hace un tiempo ya dejó de funcionar un local”, concluyó la mujer en diálogo con el diario La Gaceta.