Ayer martes, se llevó a cabo una audiencia a cargo del juez Matías Graña, en donde Gonzalo Nicolás González quedó imputado y se ordenó que permanezca detenido tras protagonizar un accidente de tránsito que terminó con la muerte de Carlos Gerardo Robles, que en ese momento se encontraba conduciendo su taxi.
Según la acusación realizada por el auxiliar Benjamín Zavalía, de la Fiscalía de Atentados contra las Personas que está a cargo de Diego Hevia, el lunes a las 6.20 Robles conducía su taxi Fiat Cronos por calle San Miguel. Cuando llegó al cruce con calle Marcos Paz fue embestido por la camioneta Volkswagen Amarok blanca de González, quien conducía a alta velocidad y bajo los efectos del alcohol, que de acuerdo al dosaje tenía 1.42 gramos por litro de alcohol en sangre.
“Solamente quería pedirle perdón a la familia Robles, estoy arrepentido. Me siento muy mal en este momento, no puedo decir nada más”, dijo González ante el juez, que luego de escuchar a las partes y de valorar las pruebas generadas hasta el momento, le dictó la prisión preventiva por 29 días ya que consideró que estando en libertad podría entorpecer una cuestión determinada del proceso.
Un testigo del accidente, cuya identidad se preserva por ahora, explicó que corrió a ver primero al conductor del taxi. Sostuvo que Robles parecía haber sufrido una dislocación y que no respondía. Inmediatamente llamó a una ambulancia. Luego fue a ver al chofer de la camioneta: lo encontró de rodillas y con una herida en el rostro producto del impacto. Aclaró además que había otros tres jóvenes con él y que uno de ellos le reclamaba: “¡te dijimos que saqués el pie del acelerador!”, detalló La Gaceta.
Zavalía formuló cargos por el delito de homicidio culposo agravado por conducta imprudente: exceso de velocidad e ingesta de alcohol. Solicitó además la prisión preventiva por 60 días por considerar que González tendría los medios económicos para solventar una fuga, también porque en libertad tendría la posibilidad de entorpecer la investigación destruyendo pruebas o influyendo sobre testigos que pueden llegar a tener un rol crucial en este proceso.
Los abogados querellantes, Patricio Fresia y José María Molina, se adhirieron al planteo y agregaron que, por un lado, aportaron pruebas de que el imputado estuvo bebiendo en un boliche esa noche; por otro lado, solicitaron peritar el vehículo porque González sería aficionado a las picadas y el motor de la camioneta podría estar adulterado para tener mayor potencia. “Actuó con total desprecio por la vida humana”, dijo Molina.
Ayer martes por la tarde, la familia taximetrera se hizo presente en la casa de la familia Robles en Villa Angelina, en donde junto a familiares y amigos dieron el último y dolido adiós a Carlitos.
“Queremos mostrarle a todos el cariño de los amigos y familiares de Carlitos Robles. Comenzó el acompañamiento de los taxistas y familiares. Muchos autos, taxis y hasta un colectivo” relató Javi el Vivo, para eltucumano, para luego entrevistar a Inés, abuela de la víctima, quien brindó detalles al medio sobre la personas que perdió terriblemente la vida este lunes por la madrugada.
“Era una excelente persona y no porque sea mi nieto. Él vivía en la planta alta y yo abajo. Todos los días me daba un beso a la mañana y otro a la tarde. Éramos muy unidos. Esos nos han desgraciado la vida. Si viera anoche como había gente. Agradezco a todos, taximetreros, amigos. Todos lo querían. Quedo yo, el padre, la señora y una chiquita de dos años. Quedamos los 4 solitos. Carlitos era para todo,” afirmó.
“Él me cuidaba. El otro día se quedó hasta las 2 de la mañana porque vio que yo no me iba a acostar. Era una excelente persona. No porque sea mi nieto, pero era muy bueno” se lamentó la abuela de Carlitos.