El mercado teme que el Gobierno no pueda levantar el cepo al dólar este año, tras una dura exigencia del FMI

“El cepo cambiario es como el alcohol para un adicto en recuperación, deberá afrontar esa tentación toda su vida”. La curiosa frase la pronunció un operador del mercado financiero que viene siguiendo el curso de las sinuosas negociaciones entre la Argentina y el FMI.

Grafica un temor que parece empezar a instalarse entre los agentes económicos y desemboca en una pregunta incómoda: ¿podrá el presidente Javier Milei cumplir su promesa de levantar las restricciones cambiarias a fin de año? Es que es demasiado fuerte la tentación de seguir teniendo en caja el tipo de cambio, que rinde electoralmente.

El FMI y la caída de reservas provoca temor en el mercado

A ese interrogante se suma el convencimiento de que el acuerdo con el FMI es condición necesaria, pero no suficiente para concluir con las restricciones que complican la marcha de la economía.

La fuerte caída de reservas de los últimos días solo contribuye a agrandar estos interrogantes.

Un dato grafica lo que están pensando los operadores: la operatoria de dólar futuro experimentó un salto muy fuerte desde la semana pasada, a medida que se acrecentaban rumores sobre un ajuste cambiario casi inevitable.

El Banco Central debió vender el viernes u$s474 millones, el mayor saldo negativo del año, y el segundo en lo que va de la era Milei.

Una ola de rumores sobre inminentes cambios en la política cambiaria disparó a niveles pocas veces vistos la demanda de divisas y coberturas.

La plaza cambiaria local terminó pactando negocios por u$s1.134,9 millones, el volumen de operaciones más alto desde mayo de 2023.

El rumor que disparó la demanda decía que finalmente se había destrabado el acuerdo con el FMI, pero que para lograrlo el Gobierno tenía que aceptar un cambio en el ritmo del crawling peg (devaluación mensual que está en el 1%).

Este lunes, con un monto operado de u$s502,2 millones en el segmento de contado (la mitad de lo observado el viernes), el Banco Central finalizó su intervención en el mercado mayorista con ventas por u$s56 millones.

Se trató de la segunda rueda vendedora seguida, aunque por un monto muy inferior a los u$s474 millones del viernes, cuando la demanda de bancos —que deshicieron posiciones en pesos de corto plazo— llego al límite de posición global neta que tienen autorizada.

En marzo, el acumulado de compras oficiales en el MULC se acomoda ahora en 94 millones de dólares.

Otra vez las reservas recibieron el impacto. Cayeron u$s755 millones y cerraron en u$s27.333 millones, el nivel más bajo desde el 30 de septiembre del 2024.

Además de las ventas del viernes —que se asentaron este lunes en la contabilidad—, impactaron pagos de deuda soberana a organismos multilaterales (BID y BIRF) por unos 380 millones de dólares.

Desde que Milei llegó al Gobierno, las compras netas ejecutadas por el Banco Central en la plaza de contado ascienden a unos 24.648 millones de dólares. Asimismo, las reservas brutas marcaron en el mismo plazo un ascenso de u$s6.125 millones, o un 29%, desde los u$s21.208 millones del 7 de diciembre de 2023, limitadas en este caso por pagos de deuda en moneda extranjera, entre otros conceptos.

En el mercado hay coincidencia en que el acuerdo con el FMI a diez años, con cuatro años y medio de gracia para el pago de amortización, aleja al sector público argentino de los mercados voluntarios de deuda, y deja ese espacio para que el sector privado tome deuda y complete proyectos de inversión que generan flujos de dólares para el país.

Entre esos proyectos figura la construcción de oleoductos y gasoductos para exportar petróleo y gas.

A esto se suma el sostenimiento del superávit fiscal, que en febrero superó los $300.000 millones, aun tras el pago de deuda. Junto con la baja de la inflación, el equilibrio presupuestario es uno de los mayores créditos del programa económico.

No obstante, algunos analistas sostienen que la propuesta de Milei de aumentar las reservas del BCRA con fondos del FMI plantea problemas de sostenibilidad y dependencia externa.

Explican que, al incrementar la deuda con el Fondo, la Argentina se expone a mayores compromisos financieros y a una creciente influencia de los países acreedores en sus políticas internas, poniendo en riesgo la autonomía económica y política del país.

Pero el consenso es que un programa con el organismo monetario es relevante no solo para refinanciar próximos compromisos, sino también para que lleguen fondos frescos que permitan reforzar las reservas y avanzar en el saneamiento con el BCRA.

No obstante, inversores esperan conocer los detalles a fin de poder evaluar el alcance sobre el régimen cambiario.

Por eso, los operadores arrancaron la semana atentos a la evolución del contado y los futuros, tras la disparada de los volúmenes del viernes sobre la cual solo circulan especulaciones, más allá de lo cual siguen inclinados hacia una continuidad del clima de calma cambiaria.

Cepo al dólar: inversores, atentos a las exigencias del FMI

El principal interrogante es si el programa incluirá lineamientos que sigan avanzando en una flexibilización cambiaria, incluida una gradual reducción del esquema del blend.

En el Gobierno existe preocupación por los rumores de una disparada del dólar. En concreto, circula fuerte la versión de que un acuerdo con el FMI implicaría un incremento del ritmo en el crawling peg.

Además, existirían aún interrogantes entre los técnicos del FMI sobre la forma en la que el Gobierno elegirá desarmar el cepo cambiario.

Es que mientras el organismo multilateral habría endurecido su postura de salir del corset cambiario, el gobierno de Milei ratifica su decisión de esperar al menos a las elecciones de medio término.

Esa intención ya estaba casi descontada en el mercado, pero ahora se sumaron otros temores. ¿Y si tampoco lo levantan en enero del año próximo? Milei incumpliría su promesa, pero a cambio se garantizaría estabilidad.

En concreto, el Fondo supeditaría la magnitud de los montos que iría liberando a la velocidad del levantamiento del cepo.

Así, un acuerdo sin grandes cambios y un cronograma a futuro de salida del cepo, tras las elecciones, podría repercutir en un calendario de desembolsos a cuentagotas.

En cambio, desembolsos generosos en los primeros meses —como pretendería Caputo—, podría repercutir en la necesidad de hacer cambios drásticos más rápido, y correr el riesgo de que el dólar se dispare a una zona de $1.400.

Un operador resumió el pensamiento de algunos operadores con la siguiente frase: “No es que ahora el mercado apuesta por una suba, es que ya no está tan seguro de que el que apuesta al dólar pierde”.

Las consultas de los hombres del mercado giran alrededor de qué vendrá después del acuerdo con el Fondo, ya que las señales no están tan claras.

Para llevar tranquilidad, el ministro Luis Caputo exhibe la fortaleza de las exportaciones de energía, que se duplicarían este año y robustecerían el balance cambiario. En lo que va del año ya crecen 24%. En cambio, el turismo al exterior juega en contra, más de lo esperado este verano.

En enero, el balance cambiario sufrió un déficit de u$s1.650 millones, que se financió a través de una entrada de capitales por la cuenta financiera.

Los errores de Javier Milei también alertan a la City

A esto se suma la preocupación por los errores no forzados del presidente Milei. Según un informe presentado en las últimas horas por la Fundación Mediterránea, entre esos errores se anotan el discurso en Davos, el ataque a Domingo Cavallo y el posteo sobre la criptomoneda Libra.

Sostiene que la fase II del programa económico demanda ser oxigenada y advierten que persiste una gran brecha entre las compras de divisas en el mercado oficial y la acumulación de reservas, por la falta de rollover (refinanciación) de los vencimientos de deuda.

Pero, además, en el arranque de 2025 se observan mayores intervenciones del Central en la punta vendedora del mercado libre para evitar la ampliación de la brecha cambiaria, un recurso que solo puede ser temporal.

En cuanto al acuerdo con el FMI, pide diferenciar la magnitud de los desembolsos iniciales con el grado de exigencia que involucren las metas de recuperación de reservas.

La inclinación de la curva de recuperación de reservas a la que se comprometa el Gobierno habrá de condicionar la política fiscal, monetaria y cambiaria de aquí en adelante.

Estima que la fracción destinada a refinanciar vencimientos podría superar los 14.000 millones de dólares, a lo que se agregaría un monto todavía sin precisar para que el Tesoro rescate una parte de las Letras Intransferibles que forman parte del activo del Banco Central (en total, equivalen a unos 23.000 millones de dólares).

La Mediterránea sostiene que la clave es que el programa acordado con el FMI contribuya a diluir la percepción de un “Día D” para después de los comicios de octubre, sobre todo en cuanto a las presiones cambiarias.

Y señala que una de las preguntas es si seguiría la devaluación del dólar oficial en torno al 1% o se sustituiría por bandas angostas de intervención, que en piso tengan la cotización actual del oficial y en el techo la del contado con liqui.

Y advierten que, inevitablemente, el programa deberá incluir también una definición sobre la cuestión del “blend”, el esquema por el cual los exportadores liquidan el 20 % de sus operaciones en el mercado libre de cambios.

Fuente: iprofesional.com

Más Leídas

Temas en esta nota:

Más sobre:

También puede interesarte