Sandra tomó la decisión de bajarse del desafío propuesto en la casa de Gran Hermano, que implicaba permanecer atada a otros participantes. La pescadora había afirmado inicialmente que “quizás es oportunidad para dejar de fumar”, pero solo resistió 14 minutos.
Posteriormente, le confesó a Chiara Mancuso las dificultades que implicaría la prueba, como no poder descansar adecuadamente. En diálogo con su compañera, Priore justificó su decisión al señalar que no estaba dispuesta a llegar tan lejos: “No estoy a ese nivel, no mato por un pucho. A lo sumo, si me dan uno por día…”.
Sin embargo, su renuncia al reto generó malestar entre otras participantes que sí aceptaron el desafío. Selva Pérez, Lourdes Ciccarone y Katia Fenocchio comenzaron a evaluar no compartir cigarrillos con Sandra, debido a que se bajó del compromiso grupal. El gesto fue interpretado como una falta de solidaridad.
Mientras tanto, el supuesto intento de abandonar el tabaco mostró señales de fracaso. Durante la tarde del lunes 5, Priore fue vista fumando nuevamente. Además, entró en una serie de conflictos cuando Tato Algorta se negó a darle cigarrillos, profundizando la tensión en la convivencia.
EL PROBLEMA DE SALUD DE SANDRA DE GRAN HERMANO
En el fragmento difundido, se escucha a una integrante del equipo de Gran Hermano explicarle a Sandra sobre el procedimiento a seguir en este caso: “La producción tendría que buscar la posibilidad de hacer un relevamiento para hacer el tratamiento de conducto”.
Ante esta propuesta, Priore respondió con cierta duda: “El tema mío es si tengo que hacer cada 20 días o un mes…”, lo que sugiere que se trataría de un tratamiento prolongado o con controles periódicos. Su tono reveló incertidumbre respecto a cómo se resolvería la situación sin afectar su continuidad en el juego.
Fuente: paparazzi.com.ar