Cada 7 de junio, el periodismo argentino rinde homenaje a Mariano Moreno, líder de la revolución ilustrada de mayo, fundador de la Biblioteca Pública y, ante todo, responsable de que cada 7 de junio muchos saluden y recuerden el rol social del periodista.
Es que fue el 7 de junio de 1810 cuando Moreno imprimió por primera vez la Gazeta de Buenos Aires, un periódico que se publicó intermitentemente durante once años y que era, al menos al principio, el órgano difusor de la gestión de la Primera Junta. Mariano Moreno, secretario del organismo, era quien redactaba a mano todas las gacetillas que luego se imprimían.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Para quienes no nos conformamos con la historia oficial y resistimos repetir que, por ejemplo, le debemos el cine tanto a Louis como a Auguste Lumière y que el Himno Nacional Argentino fue una pieza original e inédita de Vicente López y Planes y Blas Parera, esta nota nos está esperando.
7 de junio, Día del Periodista
El Telégrafo Mercantil, el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio y el Correo de Comercio fueron –los tres- anteriores a la Gaceta de la Primera Junta. Justo es decir que la publicación de Moreno fue el órgano de difusión del primer gobierno autónomo, en cambio; pero es inexacto afirmar que Mariano Moreno fue el primer periodista argentino.
De hecho, lo antecedió Manuel Belgrano, que para el 1º de abril de 1801, cuando salió a la calle el primer ejemplar de Telégrafo Mercantil, tenía clavados 30 años y la sangre hirviendo en las venas.
De hecho, Cabello y Mesa, que estaba de paso y sólo ambicionaba echarle un ojo a Buenos Aires luego de abandonar Lima y regresar a Extremadura desde el puerto del Río de la Plata, quedó varado por una cuestión mercante, esperando un buque que no llegaría. Aunque no había redes sociales la gente conversaba bastante y, en cuestión de horas, se hizo amigo de Manuel Belgrano, quien convirtió su desgracia en una bendición.
La historia menos contada
Como lo contaría Hollywood, todo fue en cámara rápida: Belgrano despertó su viejo berretín por la escritura y lo convenció de que se quedara para germinar buenas ideas en un periódico de elite (pocos sabían leer) que prima facie difundiera las noticias comerciales y portuarias.
Si bien es cierto que ya en el 1600 Martín del Barco Centenera se había referido al virreinato sudamericano como “tierra argentina” para el mundo entero nosotros éramos “platenses”.
Las noticias de los virreinatos vecinos se salpicaban con poemas, notas “de color” local y curiosidades. Por ejemplo, el 11 de octubre de 1801 publicaron que “en el bañado de Quilmes”, podían cazarse vizcachas, venados, zorros, zorrillos y nutrias para aprovechar su carne y sus cueros, mientras que los perros cimarrones que asomaban por la costa del Riachuelo eran aptos para convertirse en botas; de los cisnes, las gaviotas y las perdices sólo interesaban las plumas.
La Gazeta de Buenos Aires vio la luz el 7 de junio de 1810, cuando aún estaban en la cresta de la ola los festejos por el arrojo de la Semana de Mayo. Era un boletín oficial que difundía noticias de actualidad, tanto locales como del exterior. Una frase del romano Cornelio Tácito era su horizonte: “Tiempos de rara felicidad son aquellos en los cuales se puede sentir lo que se desea y es lícito decirlo”.
Entre otras plumas ilustres, Manuel Belgrano fue uno de sus colaboradores habituales. La sangre siempre tira.
Fuente: perfil.com