La cruda confesión de Noelia Pompa por su adicción al alcohol y cómo le cambió la vida

En silencio, sin convertirlo en algo mediático pero entendiendo que necesitaba hacer un cambio radical, Noelia Pompa tomó una de las decisiones más importantes de su vida: dejar el alcohol, una adicción que la persiguió durante años y que por momentos fue una verdadera tortura, de la cual fue esclava y la siguió en todo momento.

Y lo logró. Desde hace dos años, Noelia no toma ni una gota de alcohol y hoy puede decirlo con orgullo. Todo esto se da después de haber transitado un camino que, según sus palabras, “venía de un ancestro” y había estado naturalizado por mucho tiempo en su historia familiar.

Radicada en España desde hace un tiempo, lejos del ruido mediático y con una vida más conectada con su paz interior, Pompa se animó a hablar de su adicción con una honestidad brutal. En una reciente visita a El ejército de la mañana, el programa de Pepe Ochoa y Fefe Bongiorno por Bondi Live, reveló: “Dejé el alcohol hace dos años. Me encanta. Quiero contarlo”.

Cuando Pepe le preguntó si era fanática del vino, ella confesó: “Uy, tomaba un montón. Encima social, tipo: ‘Ay, no pasa nada’. Yo era un re loco”. El vínculo de la bailarina con la bebida era cotidiano, disfrazado de encuentros y risas. Sin dudas, la forma más peligrosa y engañosa en la que suele presentarse una adicción.

NOELIA POMPA REVELÓ CÓMO SUPERÓ SU ADICCIÓN AL ALCOHOL

Pero lo que parecía algo “normal”, con el tiempo empezó a pesarle. Y ahí fue donde algo hizo clic. “Sí, porque ya era naturalizado. ¿Viste? No me van a creer, pero viene de un ancestro”, contó Pompa, recordando cómo arrancó esa relación del alcohol con su entorno familiar.

El conductor le preguntó si ese familiar era “borracho”, a lo que Noelia, con mucho respeto por sus raíces, aclaró: “¿Borracho? No. Problemas de alcohol. Lo quiero respetar porque trajo mucho dolor. Mucho dolor escondido atrás de las adicciones”.

Si bien dijo que nunca perdió el control, detectó que había algo que no encajaba. Y entonces fue cuando Pompa decidió cambiar: “Empecé a meterme mucho en la meditación, en conectarte con vos mismo. Me di cuenta que el alcohol era un velo. Algo que me levantaba el ánimo artificialmente. Y dije: ‘A ver qué tal la vida careta’. Y re bien. Nada que ver. Pensé que me iba a costar mucho, y no me cuesta para nada. Ahí me di cuenta que no era mío”.

Definitivamente, esa misma valentía que tiene para explicar con claridad lo que pasó con su historia, es el mismo coraje de Noelia para afrontar esa adicción y elegir un nuevo camino para su vida, la cual ahora luce más luminosa que nunca.

Fuente: paparazzi.com.ar

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