Aunque no está decidido, el Gobierno tiene en la mira a su embajada en Irán y podría cerrarla

En el contexto del ajuste que el Gobierno continúa implementando sobre la administración nacional, pero también en el de la estrecha alianza de Javier Milei con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que deterioró aún más las relaciones con el régimen iraní, la Cancillería argentina mantiene en la mira a su embajada en Teherán, como una de las que busca cerrar.

Son un veintena de sedes observadas como plausibles de cierre, de acuerdo al listado comentado por las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores con el de Desregulación y Economía. Pero la decisión de cuál se cerrar, y si conviene cerrar no está tomada.

Por el momento, la embajada argentina en Teherán fue evacuada tras el ataque que inició Israel, el pasado 13 de junio contra las instalaciones nucleares israelíes y contra las viviendas donde supuestamente vivían personal militar o científicos ligados al desarrollo atómico. La retaliación persa comenzó poco después.

Entonces, tal como anticipó Clarín, el personal diplomático -dos personas, uno de ellos el encargado de negocios, Jorge Mariano Jordan– y el local -media docena- abandonó la sede. Los que eran argentinos se fueron del país, con destino desconocido aunque países musulmanes consultados afirman que salieron vía Azerbaiyán. Se desconoce dónde están y cuando volverán al país, si es que vuelven.

Tras haber mantenido estrechas relaciones diplomáticas y económicas incluso luego del triunfo de la revolución islámica persa de 1979, el vínculo de Argentina e Irán se fue deteriorando hasta el punto de inflexión que significó el atentado terrorista a la AMIA de 1994 (85 muertos) por el cual la justicia acusó a Hezbollah -proxy de Irán- y pidió en 2006 la captura internacional de un puñado de ex y actuales funcionarios de la teocracia iraní. Este pedido le fue concedido un año después.

Pero ya desde 2003, cuando Argentina le pidió a Londres la detención del ex embajador iraní en Buenos Aires al momento del atentado, Hadi Soleimanpour -liberado luego en un gesto británico a los persas- las relaciones bilaterales entre Buenos Aires y Teherán quedaron reducidas al nivel de encargado de negocios.

Aún en los momentos de tensión por la serie de exhortos y reclamos -incluso en el marco de la ONU- que la Argentina le hizo a Irán para que se entreguen sus ciudadanos con alertas rojas, ambos países mantuvieron un flujo de relaciones comerciales -con superávit para la Argentina- que llegó los 1.000 millones de dólares y que siempre se tercerizó a través de los puertos europeos. Hoy ese flujo está en notable caída.

Milei declaró a Irán “enemigo de la Argentina” y a través de la prensa del régimen, el gobierno deslizó crípticas amenazas.

Sin embargo, de acuerdo a los comentarios que las autoridades de la Cancillería han hecho puertas afuera del Ministerio, el canciller Gerardo Werthein recibió consejos de que no es tan fácil cerrar embajadas como el ministro Federico Sturzenegger habló con la tesorera de Cancillería, Cristina Dellepiane. Ambos mantuvieron varias reuniones reconocen en el Gobierno.

Cerrar embajadas puede ser más caro que mantenerlas como las mantienen hoy: mínimo presupuesto, decenas de sedes sin recambios, fusiones de representaciones, e incluso sedes importantes sin jefatura como la de la Unión Europea. Cerrarlas implica pagar deudas, indemnizaciones y traslados de los diplomáticos.

Por ejemplo, la sede en Siria fue desmantelada y ahora querrían abrirla porque Donald Trump reconoce a los sucesores de Al Assad. En el caso de la de Irán, los consejos también apuntan a que hace falta tener activa la embajada para seguir reclamando por el atentado.

Por su parte, los diplomáticos iraníes en Buenos Aires, que en el pasado mantenían algún contacto con los medios de comunicación, hoy permanecen retirados de la vida pública.

La sede que se levanta sobre la avenida presidente Figueroa Alcorta al 3200 mantienen mínima actividad pública. El encargado de negocios designado es Amir Houshang Karimi. Y si bien hay un rumor en los ambientes de inteligencia que Argentina les estaría negando los visados para el recambio de funcionarios y de esa manera ir vaciando su presencia en Buenos Aires, dicha información no pudo ser confirmada.

Fuente: clarin.com

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