En una temporada fantástica para la pesca de dorados, no es fácil elegir un destino para ir por ellos. En cada punto tradicional para la especie los resultados eran buenos, incluso en pesqueros cercanos. Con esa idea de no viajar tanto surgió la propuesta de trasladarnos al río Uruguay y concretar una visita a Villa Paranacito, localidad del departamento entrerriano de Ibicuy, distante unos 180 km de Capital Federal.
En esta oportunidad me acompañaron Germán Garín y Luis Dos Santos, con la experiencia de Kaki Correa como guía. La pesca la íbamos a realizar con artificiales, utilizando equipos de baitcast, cañas de 2.40 m, de 15 a 20 lb (1 lb = 0,453 kg) de potencia, reeles chicos y medianos del tipo rotativo o huevito, cargados con hilo multifilamento de 35 a 40 lb.
La salida fue el pasado sábado 8 de febrero, momento en que Kaki nos esperaba en la guardería náutica Los Pinos a las 7.30 de la mañana. Allí abordamos el tracker de 6,40 m completamente equipado y motorizado por un Mercury 90 HP. Salimos al Uruguay por el arroyo Las Tintas, apuntando hacía la boca del río. El viento de unos 30 km/h, y el oleaje, complicaba la navegación, con un pronóstico que le había pifiado una vez más, ya que indicaba escasos 15 a 20 km/h.
Llegamos a uno de los sitios elegidos por el guía, un banco de arena en el medio del rio. Allí realizamos la primera parada caminándolo y rodeándolo para lograr las primeras capturas que serían, a la postre, las de mejor calidad de la jornada. Ya al mediodía recorrimos dos bancos más, luego de una parada a la sombra de un pino en la costa argentina del rio del Uruguay, momento para picar algo y descansar en una jornada de mucho calor. Tras el impasse, ya casi sin viento, sólo con una brisa del norte, empezamos a pescar al golpe.
Los señuelos más rendidores en esta ocasión fueron los poppers y sliders, es decir, artificiales de superficie para actuar en zonas de poca agua, tirando entre palos, debajo de árboles y juncales. Allí, al acecho estaban los dorados, mucha cantidad y abundantes yerros, aunque nos permitió dar de 8 a 10 piezas por pescador, todo con devolución. Las mejores capturas oscilaron los 5 kg, cerrando una jornada de grandes emociones y en una pesca que nos obliga a reforzar los equipos, así como privilegiar la calidad de los materiales que usemos, ya que tuvimos varias roturas, anzuelos y anillas abiertas. Esto hace que se puedan perder las capturas de mejor tamaño.
Villa Paranacito es un sitio ideal para pasar una jornada espectacular, con buena pesca y rodeados de una naturaleza que te cautiva. Una temporada que está bárbara, con dorados en abundancia como para volver con los brazos cansados. Un plan imperdible y a pocos km de Capital.
Servicios:
Guía Carlos Kaki Correa. Tel.: (03446) 601370. En redes: Facebook. Fuente: perfil.com