La pesca de canales y arroyos es un clásico en la provincia de Buenos Aires. Una opción orillera económica y a veces muy rendidora, que en ámbitos como el Canal 15 –en rigor una rectificación aliviadora de la traza del Salado– adquiere una variante muy especial, pues se da la confluencia de especies propias de agua dulce con otras que entran del mar.
Para llegar a este pesquero desde Buenos Aires tomamos la Autovía 2 hasta pasar el Salado y, ni bien encontramos el primer retome en “U”, doblamos como para volver a Capital Federal, tomando a la derecha inmediatamente un camino de tierra durante 12 km hasta llegar al Puente de Pascuas, que cruza el Canal 15. Una opción cómoda para quien busca algo de confort (pasto cortado, baños, dejar el auto en zona segura, tener una pequeña proveeduría, etc.) es no cruzar el puente y entrar a mano izquierda al camping La Cascada, un clásico perteneciente al municipio de Castelli.
Hay que buscar la bajada
En nuestro caso, cruzamos el puente y tomamos el camino a la derecha, costeando el canal con rumbo al mar, buscando una bajada prometedora para hacer los intentos. Cabe consignar que el canal discurre por un cajón de barrancas muy elevadas, por lo que las bajadas son sinuosas y difíciles en muchos casos. Pero íbamos con el dato de nuestro amigo Leo Damario, gran conocedor del ámbito, que ya tenía testeada una bajada que está ubicada a unos 2.500 m del Puente de Pascuas, pasando un molino a mano izquierda.
Son bajadas tipo camino de peludo, describió Leo, quien ofició de guía en esta ocasión. Lo cierto es que la recurrencia de pescadores bajando por allí ya había generado una suerte de escalones –que algún buen samaritano trabajó con una pala– para facilitar el acceso a una superficie de unos 3 m de ancho entre barranca y agua y unos 50 m de largo.
Esta isla lucía barrosa porque el agua sube con la marea y tapa el espacio, por lo que había que aprovechar el tiempo de tierra al desnudo para hacer la pesca. Ya sabemos cómo funcionan las mareas.
Enseguida desplegamos posacañas varios y armamos equipos de caña de 2,40 m, reeles medianos con multifilamento de 30 lb (1 lb = 0,453 g) y líneas coreanas para la pesca de carpas, con su clásico resorte cebador y 4 brazoladas de hilo acerado rematadas en anzuelos tipo Chinu 5. Pero también otras cañas de medio lance, con líneas de dos anzuelos de pesca variada, para tentar corvinas y bagres de mar, usando como cebos camarón pelado y cornalitos.
No contento con estas opciones y pese a estar pescando con temperaturas elevadas, también armé un equipo de pejerrey, con líneas de boyas de 10 mm esféricas, para tentar flechitas de plata y hacer mis esperas más entretenidas mientras aguardábamos a que se arquearan las cañas destinadas a otras especies. Afortunadamente los pejes tipo lapicera estaban presentes, tomaban brazoladas de 20 a 40 cm y picaban en la franja más pegada a la costa. Saqué unos cuantos, aunque sólo un par llegaron a la medida.
Finalmente, a media mañana y después de haber tirado varias bolas de masa en los distintos encarnes, la zona empezó a cebarse y comenzaron a salir carpas. En rigor, las primeras capturas fueron de carpines de 15 a 25 cm, capturas muy poco frecuentes en otros ambientes, pero que aquí se dieron mucho, haciéndonos pensar que su presencia no iba a dejar comer a las grandes. Sólo la tranquilidad de Leo nos hacía tener confianza: Ya van a venir las buenas, repetía. Y acaso por esa fe tuvo su primer trofeo. Su caña se arqueó de golpe en la típica llevada carpera y la estrella floja de su reel permitió a la primera chancha llevar hilo con confianza. Ya tomada su caña del posacaña, la clavada efectiva dio inicio a una pelea superlativa que se prolongó por unos 15 minutos y nos obligó a todos a levantar nuestros aparejos porque el bicho paseó a nuestro amigo por toda la plataforma sobre la que estábamos asentados, hasta que se entregó: un ejemplar soberbio de unos 10 kg con el que Leo posó feliz antes de devolverlo a su medio.
Corvinas y cangrejos
Luego llegó el turno de sus compañeros Ignacio y Santiago, con carpas más terrenales de 2 a 4 kilogramos. Evidentemente, estaban activas. Viendo que mis compañeros volcaban todas sus energías a la carpa, aposté a pescar especies de mar.
Logré varias corvinitas chicas, tipo roncadoras, sin que ninguna de ellas pasara el kilo. Y, como curiosidad, un extraño doblete con corvina chica arriba y abajo un enorme cangrejo de patas azules (manjar apreciado por los orientales), una especie que se va afincando en terrenos desconocidos al compás del cambio climático.
Hasta el mediodía la cosa siguió más o menos pareja con lo descripto: yo metiendo pejerreyes y algunas corvinas, y mis amigos sumando alguna carpa más, sin lograr empardar a la primera, que fue colosal y nos mostró hasta qué límites pueden llegar los tesoros del Canal 15. Cabe agregar que en mi única caña carpera perdí un pique tras pelear un buen rato con una carpa enorme a la que no le vi la cara y que, quizás, también pudo llegar a ese porte. Pero… lo que no sale del agua, no tiene foto, y me quedé con las ganas de saber cómo era mi rival.
Por desgracia, se acortó la jornada pues a eso de las 14 horas empezó a crecer el canal y la plataforma donde estábamos ubicados comenzó a quedar bajo agua. Satisfechos ya con haber pescado teniendo en cuenta los objetivos buscados, emprendimos el regreso unas horas antes, satisfechos de las emociones vividas.
CARNADA CASERA Y RENDIDORA
En tiempos de tanto harinado comercial que multiplica las opciones que el pescador ve en mostradores de casas de pesca y puestos de venta de carnada, vamos a recomendar una masa muy fácil de hacer y sumamente efectiva para pesqueros como el Canal 15, el Salado y las lagunas bonaerenses: Una parte de harina de maíz, otra de harina de trigo y ajo en polvo. Nada más. Se mezclan los componentes con agua del lugar y lograremos una pasta de consistencia justa para el lanzamiento, muy olorosa y sumamente efectiva. Por supuesto, el pescador es libre de innovar agregándole otros elementos, pero así funciona de maravillas. ¡De nada! MAPA DE LA ZONA
Cómo llegar: desde Buenos Aires por Autovía 2 hasta pasar el río Salado, retomando en “U” hacia mano Buenos Aires y saliendo por el primer camino de tierra a la derecha (se complica con lluvias), para transitar 12 km hasta el Puente de Pascuas. Cruzándolo a la derecha podemos buscar bajadas de acceso gratuito, o bien podemos optar por el Camping La Cascada (a la izquierda del Puente de Pascuas), donde se cobra ingreso. Guía de pesca: Jorge Damario, Tel.: (02241) 681791. Carnadas: El Biguá, Km 71 de Autovía 2, atendido por Jorge López. Tel.: (02241) 538099. Fuente: perfil.com