Hace 37 años, el ídolo argentino hacía realidad el gran sueño de toda la ciudad y esa misma noche fue el invitado estrella en una reunión a todo lujo que hizo la camorra en un castillo de las afueras.
La obtención del tan deseado campeonato desató una locura en el estadio San Paolo tras el empate consagratorio del Napoli ante la Fiorentina, a una fecha del final del torneo. La fiesta se trasladó a las calles y a cada casa de una ciudad que vivía aquello que había soñado durante décadas y que Diego convirtió en realidad.
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En ese contexto de alegría desbordante, la mafia napolitana invitó al crack argentino al excéntrico festejo que organizó esa misma noche. Hubo un acuerdo con Guillermo Cóppola, en ese momento amigo y representante del futbolista, y de esa forma se concretó el encuentro en una mansión lujosa y oculta.
Había que recorrer unos 60 kilómetros desde Nápoles para llegar a una especie de castillo en el que se desarrolló la espectacular fiesta a todo lujo. “El camino era oscuro, sinuoso y silencioso”, recordó el periodista Ernesto Cherquis Bialo, que trabajaba en la revista El Gráfico y pudo participar de la celebración, a la que Diego asistió con su mujer, Claudia Villafañe.
La advertencia hacía referencia al anfitrión de la fiesta, que estaba sentado en la cabecera de la enorme mesa, rodeado de su familia. Muy cerca de él se ubicó Cóppola, al que el jefe de la mafia le estaba muy agradecido por haber llevado al mejor jugador del mundo a su casa.
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Don Beppo era el líder de la camorra napolitana y tenía relación con las peligrosas mafias de Sicilia y Calabria. Siempre se sostuvo que la camorra, que amaba al Napoli y por ende a Maradona, le brindaba protección al crack y a su familia para que nada le ocurriera. “Vi a Maradona y estoy enamorado” dice la canción de los “tifosi” napolitanos que también se entonó como un himno agitando pañuelos y servilletas en ese castillo que se erigía en medio de un pequeño pueblo escondido y ocupaba casi una manzana.
Corrado Ferlaino, propietario del Napoli, hizo echar de la sala al cronista que se atrevió a preguntar por los vínculos de la camorra con el arribo del mejor jugador del mundo, que venía del Barcelona.
Hace 37 años, Maradona le daba al Nápoli el primer scudetto de su historia. El excéntrico festejo de la camorra lo tuvo como invitado estrella.
A lo largo de su estadía en el club, que se extendió hasta el 91, Maradona tuvo que defenderse ante la prensa por sus presuntos nexos con la camorra: “Cuando salgo a la calle me encuentro con gente que me pide hacerse una foto conmigo y yo no puedo pedirle el documento de identidad a todo aquel con el que me hacía una foto. Después salgo en los diarios porque alguno era un camorrista”, aseguró alguna vez en una entrevista.
En el Napoli, donde se lo sigue venerando como a una divinidad, Diego ganó otro scudetto en 1990, una Copa Italia (1987), una Supercopa (1990) y tal vez el título más importante de su carrera en clubes: la Copa de la UEFA, en 1989.
Fuente: tn.com.ar