Intensa actividad de bogas en una temporada fuera de lo común en Berisso

A unos 65 km al sur de Capital Federal encontramos a una pujante ciudad nacida a partir de la instalación de un saladero en 1871 por el inmigrante genovés Juan Bautista Berisso. Este tano emprendedor hizo crecer esta actividad que, con el tiempo hizo que las empresas procesadoras de carne enlatada para exportación se instalaran allí. Eso llevó a la necesidad de crear un puerto que pudiera sacar esta producción por el Río de la Plata, dejando vestigios que hoy en día aprovechamos los pescadores: los legendarios malecones de Berisso. Estas largas hileras de palos astillados por el tiempo que se adentran miles de metros perpendicularmente a la costa, conforman un reservorio natural para muchas especies autóctonas que encuentran en alimento en sus bases de piedra. Ese es el punto que buscan los aficionados para tratar de llegar con las embarcaciones. 

0602_berisso

Esta pesca tiene sus recaudos como tener conocimientos de las características del lugar y las mareas. Por eso contamos con la ayuda del guía Fernando Sánchez, quien en los días previos nos había avisado de la incesante actividad de las bogas. Llegar a los malecones implica aferrar la embarcación a una de estas maderas en una maniobra muy especial, para luego estar a tiro de caña de esas maderas, ya que en su base donde hay que presentar la carnada. Allí están la especie comiendo almejas. La buscamos casi exclusivamente con granos de maíz saborizados; y decimos casi porque va también combinando con pequeños daditos de salame para obtener piques. En cuanto a esto último, les prevenimos que son violentos, cortos e inesperados, y no podemos saber el tamaño de lo que está abajo en nuestra línea hasta ver a la boga en la superficie, todas tienen una potencia que muchas veces no corresponde con su tamaño y que nos terminó cortando el nylon o doblando el anzuelo. 

0602_berisso

Logramos piezas que oscilan entre 1,5 a 2,5 kg en promedio, aunque algunas eran de un tamaño más importante sin que llegáramos a pesarlas por el vértigo de las capturas casi constantes, apurándonos solamente a devolverlas y de nuevo a esperar otra fuerte corrida caña en mano. El detalle estaba en prestar atención a los cortos tirones que daba, ya que en apenas un par de mordiscos se llevaba los dos granos de maíz del anzuelo. Por eso al segundo toque había que clavar firmemente y con las dos manos. La fuerza de este pez desafía a los cancheros y nos puede llevar la caña al agua. 

0602_berisso

Las líneas, cuanto más simples mejor: madre con nailon de 0,50 mm, con un plomo palito que oscila entre 60 y 80 gramos y sólo un anzuelo boguero atado con nylon del 0,40 mm. Es clave unir todo con nudos solamente, es ideal no usar mosquetones ni rotores que produzcan enganches debido a que el tiro tiene que ser preciso, casi entre las maderas del malecón, completando el equipo con reeles frontales o rotativos y cañas cortas con mucha acción de punta. 

0602_berisso

Servicios:

Fernando Sánchez. Tel.: (011) 53798430. En redes, Facebook e Instagram.  Fuente: perfil.com

Más Leídas

Temas en esta nota:

Más sobre:

También puede interesarte