Luego del elogio de Donald Trump al presidente Javier Milei el lunes último, el aparato comunicacional de redes del Gobierno libertario comenzó a difundir un supuesto avance en un Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos.
Sin embargo, el vocero presidencial Manuel Adorni y funcionarios experimentados de Cancillería aseguraron este miércoles que en el incierto caso de que haya voluntad de Washington podría demorarse entre dos y 25 años, según cómo sean las negociaciones.
Tratado de Libre Comercio: ¿cuánto puede demorar la firma de un pacto con Estados Unidos?
“La cosa marcha. No puedo dar mayor información”, dijo a iProfesional un alto funcionario cercano al canciller Gerardo Werthein. Sin embargo, una dificultad principal es que Werthein aún no designó a su secretario de Relaciones Económicas Internacionales, que sería el encargado de llevar adelante las negociaciones clave en un TLC.
Por otra parte, Adorni señaló que “es una prioridad, pero no se resuelve de un día para otro”. Señaló que “el equipo económico” se ocupará. Un error técnico porque es Cancillería y no el ministro de Economía, Luis Caputo, quien tiene competencias en negociaciones comerciales internacionales.
Funcionarios de diplomacia profesional de la Cancillería estiman que puede tardar entre un mínimo de dos años y hasta 25 años. En ese sentido, apuntan que el acuerdo Mercosur-Unión Europea demoró 25 años y aún no entró en plena vigencia por objeciones de Francia.
El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y Estados Unidos se firmó el 6 de junio de 2003 y entró en vigor el 1 de enero de 2004. Pero las primeras negociaciones entre los presidentes Bill Clinton, de EE.UU. y Eduardo Frei, de Chile, se iniciaron en 1994. El TLC fue ratificado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos el 24 de julio de 2003 y por el Senado de Estados Unidos el 31 de julio de 2003. Transcurrieron 9 años de conversaciones intensas entre las líneas diplomáticas.
En otras palabras, si se negocia con el cuidado que se necesita para coordinar la reciprocidad, la gestión del acuerdo podría trascender uno o dos mandatos del presidente Javier Milei.
¿Por qué Javier Milei debe esperar para firmar un acuerdo con Donald Trump?
Sin embargo, según altas fuentes diplomáticas, existen otras dificultades para alcanzar un TLC con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump:
En su mensaje al Congreso, Trump dijo este martes que impondrá aranceles a todos los productos que no se fabriquen en los Estados Unidos. La suba de aranceles alcanzará a limones, vinos, biodiesel, acero y aluminio, todos productos que la Argentina exporta a ese país. El enviado especial del Departamento de Estado para América latina, Mauricio Claver Carone, mano derecha de Trump, adelantó que no habría un TLC para la Argentina aunque sí veía posibles acuerdos de inversión. Un TLC requiere de la aprobación de los dos Congresos y el de los Estados Unidos tiene mayoría republicana, pero muy estrecha y son mayoría proteccionistas. Para la Argentina, es imposible firmar un TLC sin denunciar el acuerdo del Mercosur y retirarse del bloque regional implicaría un acuerdo del Congreso, y hoy no tiene número. Los influencers libertarios en las redes sociales comenzaron a instalar la version exitista de un inminente acuerdo para un TLC cuando Donald Trump dio una conferencia de prensa y le respondió al corresponsal argentino de La Nación, Rafael Mathus Ruiz, sobre si consideraría un TLC con la Argentina. La definición fue ambigua: “Yo consideraría cualquier cosa… Milei es un gran líder, está haciendo un gran trabajo, sacó a la Argentina del olvido. Miraremos como están las cosas”.
Para muchos observadores diplomáticos, Trump no afirmó positivamente que buscará un TLC con la Argentina, sino que respondió con una evasiva difusa. “Decir que ‘consideraría cualquier cosa’ es lo mismo que no decir nada”, señaló a iProfesional un diplomático avezado en esas negociaciones.
Otro funcionario de la línea de la Cancillería señaló que “como muy rápido puede demorar dos años y hasta 25, como fue el tratado Unión Europea-Mercosur. Depende si cedes en todo y firmás lo que te ponen en la mesa es 24 horas, pero eso es difícil que ocurra”. Agregó: “Si vas a hablar de reciprocidad, hay que ver línea arancelaria por línea arancelaria y es un laburito de un año por lo menos. Si vas a profundizar minerales, ya hay mitad hecho: cinco meses. Si vas a avanzar en Sistema Generalizado de Preferencias, necesitás acuerdo previo del Congreso de los Estados Unidos y eso no se puede prever”.
En tanto, el debate se trasladó a la tradicional conferencia de prensa en la Casa Rosada que ofreció el vocero presidencial Manuel Adorni. Cuando le hizo una pregunta un periodista de La Derecha Diario, el portavoz oficial dijo que “es un deseo del Presidente hacer cuanto TLC se presente y los Estados Unidos por ser la principal economía del mundo claramente es una prioridad. El presidente ya lo dijo”.
El vocero admitió que “el Mercosur está en medio del debate tambien, nosotros en todos los ámbitos vamos a buscar la libertad, son cuestiones que no se resuelven de un día para el otro, pero el equipo económico está pensando en lo que podria ser un acuerdo TLC”.
En verdad, el ministro de Economía, Luis Caputo, no tiene a su cargo las relaciones comerciales internacionales ni es experto en la materia, competencia que tiene la Cancillería y en parte ahora la Agencia Nacional de Inversiones, que dirige Diego Sucalesca y depende de la secretaría general de la Presidencia, Karina Milei.
Gerardo Werthein demora en nombrar funcionarios de Cancillería
Un ejemplo de las demoras de la Cancillería en poner en marcha las negociaciones comerciales, sin haber nombrado a nadie en la Secretaría del área, es que hace un mes Werthein creó por decreto la figura del “Embajador Comercial para Inversiones y Desarrollo Estratégico” y todavía no puso en marcha a ninguno por falta de instrumentación, debido a que es una figura que contraviene la Ley del Servicio Exterior y genera un conflicto con la línea de carrera en la Cancillería.
De hecho, cuando se pidió un dictamen al área de asuntos jurídicos de Cancillería, los funcionarios técnicos que escribieron que esos embajadores eran un elemento contrario a la ley fueron echados de sus cargos.
No obstante, Adorni señaló que un TLC “no debería sorprender a nadie y debería ser algo normal y además con una economia con tantas falencias y tantas mentiras enquistas en la sociedad. Nos han hablado durante décadas de la sustitución de importaciones, defender el trabajo argentino y de vivir con lo nuestro y le han hecho mucho daño a la Argentina, porque lo único que han hecho es aislarnos del mundo. Imaginate que a vos te digan que le tenés que vender sólo a 47 millones de argentinos y no a 8.000 millones de seres humanos, eso es limitarte en tu desarrollo y eso es lo que nos han hecho durante más de 80 años”.
Por último, señaló: “Estamos dispuestos a que Argentina sea cada vez más libre y eso implica hacer todos los TLC que las oportunidades nos permitan”. Sin embargo, no pudo arrojar ninguna definición concreta en la relacion puntual con los Estados Unidos respecto a un acuerdo.
“Con esto, Milei buscó dar una señal y despues vemos, por ahora esto está en los diarios y es irrelevante si va a ocurrir o no”, señaló otro analista diplomático de la Cancillería.
En rigor, para Trump es una agenda de segundo orden. “La Argentina en Estados Unidos es intrascendente. Trump quiere como aliado a Milei en América latina, pero los diarios de los Estados Unidos hablaron más de la criptoestafa LIBRA que del TLC entre ambos países, que ni mencionan”, señaló a iProfesional un analista de la Cancillería.
En esa línea subrayan que Trump, más que negociar un TLC con la Argentina, le está poniendo aranceles a sus dos principales socios, como México y Canadá. Y difícilmente una negociación con el Congreso norteamericano termine en buen puerto en el corto o mediano plazo.
Trump tiene facultades para subir los aranceles por disposición ejecutiva, pero para bajarlos necesita de la autorización del Congreso. “Tiene una mayoría de las dos cámaras pero es muy finita y los republicanos son muy proteccionistas en su mayoría”, señalan quienes siguen las relaciones bilaterales. Además, hoy existe incertidumbre de cómo se aplicarán las subas de tasas, si serán acumulativas por productos, sectores o países o si serán excluyentes.
Por otra parte, el artículo 1 y 2 del Tratado de Asunción que dio conformación al Mercosur en 1986 y dispone que cualquier negociación externa al bloque regional debe hacerse con el acuerdo de los cuatro países. Por lo tanto, la Argentina debería denunciar el tratado para avanzar en un TLC con cualquier país del mundo o modificarlo, algo improbable.
“Lo más preocupante es que el Presidente está mal informado, solo, no tiene alrededor nadie que sepa de los temas. La Cancillería no funciona, Werthein no es experto en Relaciones Exteriores, no hay vicecanciller de peso, ni secretario de relaciones económicas internacionales”, señalan fuentes diplomáticas de larga trayectoria a iProfesional.
En la actualidad, el jefe de Estado argentino se ocupa más de asesorar y proteger a sus segundos, como el asesor presidencial Santiago Caputo, que no detiene su carrera por generar conflictos, que de pedir consejos a un grupo de asesores técnicos en cada área.
“En esa soledad, el tipo puede estar jugando escenario virtual y entendiendo que no lo puedo hacer avanza para mandar señales”, señaló otro funcionario diplomático.
En esos vaivenes de política exterior, el único Norte es el alineamiento con Trump, al punto de que en la Cancillería se sorprendieron por el cambio radical de postura de Milei frente al conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, cuando el Presidente ordenó votar en abstención una resolución de la ONU que condenaba la invasión de Vladimir Putin al país del otrora amigo Volodomir Zelensky. “Hoy nadie dice nada, nadie escribe nada, porque hay temor a las represalias”, dijo en estricta reserva un secretario del área.
La prioridad estratégica de la Argentina, que es resolver los conflictos de la región, con Brasil y Bolivia, por ejemplo, no forman parte de la agenda de Werthein.
Tal es la orfandad de políticas en la casa de los diplomáticos que los diputados de importantes comisiones del Congreso consultaron en estos días sobre un posible TLC con los Estados Unidos a antiguos funcionarios de la Cancillería. Se interesaron sobre cómo es la forma legal para salir del Mercosur y firmar un TLC, pero se encontraron con la sorpresa de que no existe una forma estudiada porque en la Cancillería todavía no se pusieron a pensar el problema.
Fuente: iprofesional.com