La revelación del ministro de Economía, Luis Caputo, de que el Gobierno le pidió al FMI que el desembolso inicial del acuerdo sea mayor al 40%, superior a lo que históricamente gira el Fondo, no calmó al mercado, sino que genera más inquietud sobre las modificaciones en el régimen cambiario que exigirá el organismo, según la visión de analistas.
Los especialistas plantean que el mercado no le cree al ministro que no habrá devaluación, y esa incertidumbre se reflejó en la renovada presión alcista sobre el dólar blue y las divisas financieras, Contado con Liquidación y en la plaza de futuros que se registró en el comienzo de la semana, potenciado por un contexto internacional adverso que influyó en la caída de los bonos y acciones argentinas en Wall Street, y el salto del riesgo país.
En este clima de mayor tensión, Caputo aseveró que no “hay posibilidad de cimbronazo con el dólar”, pero algunos expertos advierten que ese riesgo existe. Por lo pronto, los analistas auguran que la volatilidad sobre los dólares paralelos se mantendrá hasta que no se conozca la letra chica del acuerdo con el FMI y el futuro esquema cambiario.
Desembolso de dólares del FMI superior a 40%: las dudas del mercado
La directora gerente del FMI Kristalina Georgieva dijo el lunes que es ” una solicitud razonable” un posible primer desembolso del 40%.
Sobre el monto del primer desembolso, Nery Persichini, estratega de GMA Capital, destacó que un informe de la Consultora 1816 indicó que “de los 311 programas aprobados por el FMI desde el 2000, en el 59% de los casos el primer desembolso fue inferior al 20% del monto total del programa. La muestra se extiende a casi un 92% de los acuerdos si hablamos de un primer desembolso menor al 50% del monto total. Para el caso argentino, la historia es incluso más ácida, ya que en los dos últimos EFF concretados el desembolso promedio rondó el 20%”.
En este contexto, Florencia Fioretin, economista de Epyca, señaló que “lo que está ocurriendo en el mercado es que todos los mensajes que emite el Gobierno para generar certidumbre y calmar generan el efecto contrario, porque dejan en evidencia que aún no tiene resuelto el acuerdo, y se empiezan a generar cada vez más hipótesis acerca de los motivos, montos de los desembolsos, cantidad de desembolsos, requerimientos por parte del FMI”.
“Mientras más insiste el Gobierno en aclarar que no habrá una devaluación, más deja en evidencia que hay presiones por una devaluación. El FMI puede aceptar (un desembolso mayor al 40%), pero bajo más condiciones. Y creo que no terminan de cerrar el acuerdo porque no quiere prestar con un tipo de cambio tan poco competitivo”, evaluó.
Persichini concordó que “aunque el superávit fiscal mejore la tolerancia al super peso, probablemente el FMI no se sienta cómodo con este nivel de tipo de cambio real y su capacidad para incentivar la generación de divisas vía cuenta corriente”.
En sintonía, la economista Natalia Motyl sostuvo que “el mercado financiero ha dejado de confiar en la palabras de Caputo, sus declaraciones desafortunadas y precipitadas, junto con las idas y vueltas en las negociaciones con el FMI sin ofrecer ningún tipo de precisión, han contribuido a una agudización de la crisis de confianza, y este deterioro ocurre en un contexto en el que Argentina ya enfrenta un fuerte impacto por factores externos, lo que profundiza aún más la inestabilidad”.
“Caputo no logra influir positivamente en las expectativas del mercado, que anticipa una devaluación inminente. Esta percepción responde a la creciente incertidumbre sobre la disponibilidad de reservas internacionales y la falta de señales claras sobre la dirección de la política económica”, esgrimió.
De igual mirada, Joaquín Marque, director de UG Valores, alegó que “si el mercado creyera en su totalidad las declaraciones del equipo económico, y que el FMI no pedirá condicionamientos, no tiene sentido apostar a favor de la devaluación”. Y acotó que “la duda consiste en que las afirmaciones del ministro son opuestas a lo que el FMI requiere habitualmente para firmar un acuerdo”.
A su vez, Ian Colombo, Financial Advisor de Cocos Capital, sostuvo que “el mercado no le cree al Gobierno; consideran que va a tener que devaluar porque eso es lo que le va a pedir el FMI lo cual creemos que no va a ser así”.
“El FMI se suma a un plan de estabilización de Argentina y no al revés. Entonces estimamos que no va a haber una devaluación, pero el mercado de alguna manera le tiene miedo a eso y se cubre. La subida del dólar responde a esa incertidumbre”.
María Belén San Martino, economista de Balanz, evaluó que “las negociaciones con el FMI están muy avanzadas, pero el mercado ha adoptado una postura más cauta ante la expectativa de posibles modificaciones en el esquema cambiario”
“Si bien en los últimos días hubo mayores definiciones sobre el acuerdo con el FMI, aún quedan puntos por resolver y es probable que se esté evaluando si el Gobierno asumirá compromisos adicionales para acceder a un desembolso mayor al habitual. El monto del desembolso y el ritmo de transición hacia un régimen cambiario más flexible son dos temas que están estrechamente relacionados”.
Más dólares a cambio de un nuevo régimen cambiario
Para Motyl, “solo en un escenario donde se establezca un régimen de flotación del tipo de cambio y se concrete una salida ordenada del cepo cambiario, el FMI podría considerar un desembolso” inicial significativamente mayor al habitual.
En sintonía, el economista Federico Glustein cree que “puede ser que el FMI desembolse más de lo habitual por la situación actual de Argentina, pero exigirá condiciones, como liberar el cepo por completo, flexibilidad del tipo de cambio, reducción de trabas burocráticas, entre otras, que chocan con el deseo del ministro”.
Roberto Geretto, Head Portfolio Manager de Adcap Grupo Financiero, consideró que “es posible que el FMI acepte el pedido de Argentina, ya que el país ha mostrado avances muy importantes en solucionar los desequilibrios macro, en especial en el frente fiscal”.
En cuanto a condiciones que estimó que “los candidatos naturales son eliminar el dólar blend, y tener un esquema menos discrecional para intervenir en la brecha, y también habrá que ver cuánto se flexibiliza el cepo y el esquema cambiario actual”.
El analista financiero Christian Buteler aseveró que la presión sobre los dólares persiste porque “el mercado sigue creyendo que habrá modificaciones en el esquema cambiario”, por lo cual dijo que “lo único que puede llegar a calmar al mercado es saber cuál va a ser el próximo régimen cambiario porque mientras no se sabes si puede seguir el crawling peg, los exportadores van a seguir intentando postergar la liquidación todo lo que puedan, y los importadores demandando”.
“Algún cambio va haber. Salir del cepo antes de las elecciones no creo por la inestabilidad cambiaria que podría provocar. Imagino que algo pasará con el dólar blend, no se si eliminarlo o reducir el 20% actual, pero no creo que el FMI le ponga dólares y siga dejando que el BCRA pierda la posibilidad de comprar divisas en el MULC. Y salir del crawling del 1%. No se si hacia un régimen de bandas, o acelerarlo al ritmo de la inflación”, especuló.
Maximiliano Ramírez, socio de Lambda Consultores, dijo que el “lógicamente el FMI busca que el tipo de cambio sea lo más flotante posible,pero creo que el programa que va a tratar de implementar Argentina es el que vino haciendo últimamente, no creo que haya un salto discreto en los tipos de cambio”.Según su visión, “posiblemente haya alguna corrección cambiaria después de las elecciones, pero antes no creo que el Gobierno opte por tomar ninguna medida muy agresiva porque eso incrementaría los dólares alternativos, y eso generaría mayor inflación, y el Gobierno va a seguir priorizando es la dinámica (a la baja) de la inflación”
Asimismo, Horacio Miguel Arana, economista de la Fundación Internacional Bases sostuvo que “hay una expectativa muy grande por el acuerdo con el FMI, principalmente en los desembolsos y en su cronograma, y hasta que no se oficialice todo va a generar dudas en exceso”
“A eso se suma la incertidumbre por el régimen cambiario post unificación, si será flotación o tipo de cambio fijo. También es importante ver lo que el gobierno jugó a cambio del acuerdo. Por ende, el mercado se pregunta si habrá una devaluación o una relajación del crawling. De todas formas, las lecturas que debemos hacer en el corto plazo es que la tensión global por los aranceles de Trump y todas sus medidas proteccionistas, sumado al miedo internacional de que EEUU caiga en recesión, es la principal variable que está afectando a los mercados locales”, comentó.
Luis Caputo dice que no habrá un cimbronazo del dólar: qué dice el mercado
Caputo aseguró que “no hay posibilidad de cimbronazo del dólar”. Y justificó: “Es un esquema monetario y fiscal tan robusto que puede haber volatilidad pero no cimbronazo”.
Al respecto, Geretto replicó que “si bien el actual ordenamiento macro hace menos propenso una corrida contra el dólar, no hay que perder de vista que estamos en un año electoral, el tipo de cambio real actual no es alto, y las reservas netas son negativas”.
“Así, un riesgo de implementar bandas cambiarias es que el mercado vaya a testear la banda superior”, acotó.
Motyl afirmó que “un aspecto clave que parece subestimado por el ministro es la dinámica entre la oferta y la demanda de pesos; aunque la oferta monetaria se mantenga estable, la demanda de la moneda local puede desplomarse rápidamente en un contexto de desconfianza”.
“La falta de credibilidad en el plan monetario y la percepción de una devaluación inminente incentivan a los agentes económicos a desprenderse de pesos y buscar refugio en el dólar, acentuando aún más la presión cambiaria”, destacó la experta, por lo que consideró que existe el riesgo de un cimbronazo del dólar “por caída de la demanda del peso”.
Además, advirtió que “el contexto internacional agrava la situación, los recientes anuncios de Donald Trump sobre la imposición de nuevos aranceles han intensificado la guerra comercial, impactando negativamente en los mercados emergentes como Argentina, y esto se refleja en el aumento del riesgo país, la caída de los bonos soberanos y el deterioro de las acciones argentinas”.
A su vez, un informe de la consultora LCG planteó: “Es evidente que, si el BCRA tuviera reservas infinitas, la probabilidad de corrida se acotaría notablemente. Pero como lejos está este respaldo en dólares de ser infinito (incluso con dudas de cómo será el cronograma de desembolsos del FMI o los montos adicionales del resto de los organismos internacionales), afirmar que u$s50.000 millones más que duplica el valor en dólares de la base monetaria tal vez no resulte del todo eficaz para anular toda duda sobre la evolución cambiaria”.
La consultora también subrayó que “la base monetaria (y en particular su mayor componente, los billetes que tienen los argentinos en sus bolsillos) es lo último que se usa para correr al dólar, dado que es el instrumento más transaccional que hay”.
Por lo tanto, hay que mirar qué otros activos en pesos los argentinos tienen a disposición si quisieran comprar dólares: depósitos bancarios, lecaps y bonos en pesos en general, ya sea teniéndolos directamente o a través de fondos comunes de inversión. Esos pesos que pueden ir potencialmente al dólar superan los $100.000 millones.
Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores, razonó: “Caputo obviamente tiene que decir que no habrá cimbronazo, lo cierto es que las condiciones deberían darle la razón pero eso no quiere decir que no hay momentos de tensión, y la situación global no acompaña tampoco así que ese mix contribuye a empeorar todo”.
Al respecto, un informe de Aurum recalcó que “la historia argentina ha sido pródiga en episodios de stress y crisis cambiarias muy severas aún con niveles mucho mayores de Reservas / Base Monetaria que aquellos a los que se llegaría con un ingreso de fondos del FMI+Organismo Internacionales que lleve el stock de las reservas brutas a u$s 50.000 millones”.
Por su parte, Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance señaló que “estamos logrando un superávit mensual constante con baja de gasto estable y eso es un dato muy positivo para evitar cimbronazos”.
“En junio de 2024 el dólar se fue a $1.400 cuando el Gobierno empezó a bajar la tasa pero luego se calmó con la llegada del blanqueo, que fue de un monto similar al que desembolsará el FMI, entonces debería tener un impacto parecido”, aseveró.
De igual diagnóstico, San Martino aseguró que “más allá de la volatilidad actual, el ancla fiscal sigue firme y el sobrante monetario es bajo, lo que reduce la posibilidad de movimientos disruptivos en el tipo de cambio”.
Fuente: iprofesional.com