Decisivo para el fin del cepo: el BCRA compra dólares, pero no logra sostener las reservas

El Banco Central aceleró este viernes el ritmo comprador al registrar compras netas por u$s163 millones en el mercado cambiario oficial, por lo cual la entidad monetaria acumuló en enero un saldo favorable de u$s1.748 millones, el mayor volumen mensual desde mayo de 2024.

Pese a las compras, el stock de reservas brutas tuvo una caída diaria de u$s1.121 millones. Así, exhibieron una caída semanal de u$s1.663 millones, mientras que en enero cerraron en u$s28.307 millones, el nivel más bajo desde el 17 de octubre de 2024, cuando en las arcas había u$s28.273 millones. 

Los analistas aseguran que el frente cambiario es donde está el foco de “alerta” del plan del Gobierno, y el fortalecimiento de reservas es la variable que genera “mayor incertidumbre en el mercado”.

En ese contexto, el Gobierno anunció la rebaja temporal de las retenciones a los principales cultivos del campo que entraron a regir esta semana hasta fin de junio con el fin de mejorar la rentabilidad del sector afectado por la sequía y la caída de los precios internacionales. Pero fundamentalmente lo hacen a fin de acelerar la liquidación de divisas y lograr reforzar las alicaídas reservas y, a la vez, ayudar a contener a los dólares paralelos, a través de una mayor oferta vía dólar blend.

Sin embargo, en los primeros días de vigencia de la rebaja de retenciones no se evidenció una aceleración en liquidación del agro en medio de dudas ante la exigencia para acceder a ese beneficio de liquidar la exportación en un lapso de apenas 15 días, medida que solamente beneficiaría a las grandes exportadoras con acceso al crédito como para prefinanciar las exportaciones.

¿Por qué no repunta la liquidación del agro pese a la baja de retenciones?

Sobre el retorno a las compras, Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones Financieras, sostuvo a iProfesional que “puede que el agro no encuentre atractivo liquidar teniendo en cuenta que la zona productiva se encuentra amenazada por sequía y los productores pueden estar resistiéndose a desprenderse del stock”.

Sobre las razones por las que el agro no acentuó la liquidación, pese a la rebaja de las retenciones, Gustavo Quintana, operador de Pr Cambios, alegó que “el proceso de adhesión al régimen de baja de retenciones tiene varios pasos, inscripción en un registro, aceptación y compromiso de ingresar las divisas en determinado lapso, todo eso se está implementando. Seguramente veremos mayor flujo en los próximos días”.

Por su parte, el economista Federico Glustein consideró que “el campo todavía no tiene motivación para liquidar porque ve con dudas una potencial devaluación y podría perder en el período que vende sus commodities”.

Pese a las compras, las reservas tocan el menor nivel en tres meses

Los analistas de la sociedad de Bolsa Cohen S.A. destacaron que la diferencia “entre la variación de reservas y las compras en el MULC se explicaría por tres factores: el desarme de encajes bancarios en un contexto de drenaje de depósitos en dólares; las intervenciones del BCRA para mantener contenido el valor CCL, sobre todo en la primera quincena del mes; y el los vencimientos con organismos internacionales y a bonistas de la deuda”.

De igual mirada, Reschini comentó que “las reservas han caído debido a pagos de deuda, adecuaciones de efectivo mínimo en bancos sumado a las intervenciones en el dólar oficial que vimos hace unas semanas”.

Glustein dijo que a esas causas se suma que “hay todavía una demanda de divisas por turismo y consumo importado que genera caída de reservas”. No obstante, estimó que “en febrero van a mejorar tanto las liquidaciones como las compras del BCRA principalmente por estacionalidad, bajando la demanda por turismo pero creciendo por liquidación habitual en este mes”.

En cuanto a las reservas netas, los analistas de PPI estimaron que “las reservas netas bajo la metodología FMI, que contempla como pasivo de corto plazo los depósitos del Tesoro en dólares en el BCRA por u$s3.291 millones y los pagos de BOPREAL en los próximos 12 meses vista por u$s2.098 millones, se encuentran negativas en u$s10.140 millones”.

“Las reservas netas bajo la metodología FMI mejoraron en el margen desde -u$s11.471 millones al momento de asumir el nuevo gobierno. La gran diferencia con aquel entonces es que se incluyen como pasivos de corto plazo las tres series de BOPREAL que no eran un pasivo de la autoridad monetaria sino más bien privado, y los depósitos del Tesoro que eran solo u$s900 millones (además hay que considerar que buena parte de las compras realizadas se destinó al pago de Bonares y Globales de julio 2024 y enero 2025)”, destacaron.

Por esto mismo, calculó que “la métrica de reservas netas que suma los depósitos del Tesoro mejoró desde -u$s10.710 millones a -u$s6.849 millones en el mismo período”.

En cambio, en PPI indicaron que en ese lapso, “las reservas líquidas, que es con lo que el BCRA puede intervenir tanto en el mercado oficial de cambios como en el financiero, treparon de u$s5.113 millones a u$s12.581 millones en lo que va de la gestión Milei”.

A su vez, la consultora EconViews estimó que “las reservas netas siguen en terreno negativo por unos u$s6.800 millones, pero las líquidas están en torno a u$s9.600 millones”.

En este contexto, las reservas sufrirán un nuevo deterioro en breve ya que el 1 de febrero hay que pagar un vencimiento de intereses con el FMI por unos U$s660 millones.

Reservas: foco de alerta en la City 

Ante este panorama, los analistas de Delphos Investment afirmaron que “el fortalecimiento de las reservas del BCRA sigue siendo la variable que genera mayor incertidumbre” en el mercado.

“El cabo suelto del programa económico siguen siendo las reservas netas negativas y la falta de financiamiento externo para revertir esta situación”, plantearon. Y aseguraron que “este es el frente en el cual aún no se ha logrado una victoria clara y el principal factor que condiciona la posible salida del cepo”.

“En caso de concretarse un nuevo acuerdo con el FMI que incluya un desembolso en dólares, estimamos que la salida del cepo se produciría en 2025. Sin embargo, asumir el costo político antes de las elecciones no parecería una estrategia razonable, por lo que, de ocurrir, esta decisión probablemente se tomaría después de los comicios”, evaluaron.

A su vez, la economista Milagros Gismondi, estratega de Cohen S.A., aseveró en una charla virtual organizada por esa sociedad de bolsa que “acumular reservas es lo que viene siendo más complejo” por lo que “la pata cambiaria es donde está la alerta en un escenarios con riesgos” en alusión, entre otros factores, a la sequía que viene recortando la proyección de la cosecha de soja y maíz, y a la reducción del crawling peg del 2% al 1% a partir de febrero, que profundizará el atraso cambiario, lo que afecta por el flujo de dólares por la vía turística.

“La pata cambiaria la vemos floja porque se ven síntomas de apreciación cambiaria bastantes marcados. En enero ya el consumo de tarjeta de créditos en dólares viene por encima de lo que fue enero de 2018: u$s790 millones versus u$s 740 millones de 2018, cuando el déficit de turismo en ese mes fue de u$s1.300 millones. Por lo tanto, esperamos un déficit de turismo en enero similar al de enero de 2018. Esto le pone presión a la acumulación de reservas”, advirtió.

En Aurum Valores también destacaron que el “fuerte aumento del stock de la deuda de privados en dólares con tarjetas de crédito a lo largo de enero refleja el impacto del abaratamiento del tipo de cambio y su efecto en la cuenta de viajes y turismo”. Y acotaron que “la cancelación de esa deuda al vencimiento venía efectuándose en un 50% con dólar MEP”, pero “habrá que ver qué sucede ahora sin Impuesto PAIS, considerando que el valor extra del dólar tarjeta pagando en pesos (sin comprar MEP) ya no es un impuesto sino un pago a cuenta”.

Gismondi enfatizó, además, que los efectos de “esta apreciación cambiaria se notan y no solo por el lado de servicios, sino también por las importaciones porque se hacen más accesibles, y en medio de esta situación compleja se decidió bajar el crawling al 1% que le genera una tensión extra a la pata cambiaria porque se vuelve a ensanchar la diferencia entre inflación y tipo de cambio, y genera un extra de apreciación cambiaria”.

La economista recalcó que a esos factores de riesgos se suma la sequía. Al respecto, señaló que “los datos hoy lo que dicen es el 45% de los suelos de soja tienen condición hídrica regular o sequía”.

“Y para los próximos días se espera una anomalía en la precipitación, o sea por debajo de las precipitaciones de enero, altas temperaturas. Es decir que todavia no vienen las buenas noticias por el lado de la sequía y eso parte de la tensión en esta pata cambiaria por el temor de que la cosecha sea aún peor de lo que por el momento está en precios”, alegó.

En ese sentido, Gismondi comentó que “por el momento, tomando las estimaciones de la Bolsa de Cereales y la de Comercio, lo que indican es que la cosecha va a ser similar a la de 2024, muy por encima todavía de lo que fue la sequía de 2023 cuando se cosecharon solamente 25 millones de toneladas de soja”.

“Se tiene en precios que la cosecha de soja va a estar en torno a 49 millones de toneladas, pero la realidad es que todavía no se sabe. Se vienen ajustando a la baja las estimaciones y eso obviamente le pone un riesgo adicional a lo cambiario. En el escenario actual de una cosecha de soja de 49 millones de toneladas de soja, y 50 millones de toneladas de maíz, llevaría a que la cosecha valorizada este un poquito por debajo de la del año pasado, es decir unos u$s2.000 millones menos de ingresos del agro”.

Pero advirtió el impacto en caso de que la sequía se agrave: “Cada 10% de caída en la soja y maíz, lo que genera son u$s4.000 millones menos”.

Los analistas de Max Capital también hicieron hincapie en que “según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se espera que el calor persista, con lluvias recién hacia finales de la próxima, lo que podría complicar aún más la cosecha”.

Entre los factores de riesgos exógenos, Gismondi resaltó que hay que monitorear como seguirá el real brasileño que ante fortalecimiento del dólar a nivel internacinal se ha depreciado: “Esto encarece las exportaciones argentinas a su principal socio comercial y afecta directamente sectores como el automotriz y algunos bienes industriales. Debido a que Brasil representa el 17% de las exportaciones argentinas (y el 23% de las importaciones), cualquier pérdida de competitividad frente a productos locales o de otros mercados podría reflejarse en una menor demanda externa, afectando el ingreso de divisas”.

La perspectiva de los analistas es que, con la baja de retenciones, haya mayor liquidación y el BCRA pueda volver a comprar, aunque aclaran que eso dependerá también del nivel de demanda que podría aumentar ante la mejora de la actividad económica.

Reservas de dólares del Banco Central: las perspectivas

En PPI prevén que, hacia adelante, con la baja de retenciones, “los productores tendrían más incentivos a vender sus stocks a los exportadores, lo que redundaría en una aceleración de la liquidación, y este efecto se monta sobre el ya existente carry de los exportadores; la combinación de ambos efectos redundaría en una fuerte suba de la oferta en el MULC que, a su vez, permitiría una aceleración de las compras del BCRA”.

A su vez, la consultora EconViews advirtió que “la liquidación dependerá de cómo siga el precio internacional, que puede verse presionado a la baja por esta mayor oferta temporal (por la baja de retenciones) y por la incertidumbre de lo que pueda llegar a pasar después del 30 de junio”.

“La incertidumbre post junio puede ser un arma de doble filo. Si los productores deciden vender masivamente la cosecha antes del 30 de junio puede haber un efecto ´puerta 12´, en el que baje el precio local de la soja, haciendo que la baja de retenciones beneficie a las empresas exportadoras, sin implicar una mejora real para los productores”, argumentó.

Por su parte, Reschini sostuvo que “la acumulación de reservas dependerá de la evolución de la cosecha y los precios, los préstamos en dólares, y la evolución de la balanza energética, entre otros factores”.

Asimismo, Glustein advirtió que “la apreciación cambiaria genera mayor demanda de importados y turismo emisor, y si no crecen las exportaciones, junto a los pasivos (vencimientos en dólares) de 2025 de u$s24.000 millones, será difícil aún más la situación de reservas”.

Pablo Repetto, jefe de research de Aurum Valores, esgrimió que la rebaja de las retenciones “debería tener un efecto positivo sobre las reservas, pero la verdad es que cada vez va a empezar a ser más complejo el tema porque te van a subir las importaciones y no nos olvidemos que estos dólares que ingresarían anticipadamente; después no estarán”.

Fuente: iprofesional.com

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