Los argumentos que expuso Javier Milei para demostrar que el dólar no está atrasado

En una columna publicada en el diario La Nación, el presidente Javier Milei explica su visión sobre el valor actual del dólar.

Lo más importante de la nota son los sólidos argumentos que da Milei para demostrar que el tipo de cambio en Argentina no está atrasado y que su Gobierno no va a devaluar el peso frente al dólar como solicitan algunos sectores económicos y también algunos economistas como el exministro de Economía Domingo Cavallo.

Otra de las novedades de la nota de Milei es la explicación de los procesos de evolución del tipo de cambio real (TCR) en el kirchnerismo, el cambiemismo, y de la dictadura militar.

Los argumentos de Javier Milei para explicar que el dólar no está atrasado

En estos casos, Milei explica que “dada la precariedad del análisis de muchos economistas basado en el TCR, ello nos empuja a indagar sobre otra metodología que nos permita detectar un problema de atraso cambiario y así podríamos señalar la existencia de al menos tres patrones” y los define como kircnerismo, cambieismo, y la dictadura militar.

En la última parte de la nota, tal vez la más rica a nivel académico, Milei explica que una forma alternativa de enfocar la cuestión del atraso cambiario es en un modelo de bienes transables y no transables.

Porque con ese análisis de Milei el tipo de cambio real estaría dado por el cociente entre el precio de los bienes transables sobre el de los bienes no transables. Los primeros son las materias primas y los productos finales y los segundos los servicios.

En este caso, Milei plantea que “si suponemos que hubiera un shock de oferta negativo en el sector no transables y dada la demanda inicial, el precio de los bienes no transables sube”.

Pero Milei explica al respecto que “inferir de ello que hay atraso cambiario y que ello se arregla con una devaluación sería un disparate, dado que algo así estaría rompiendo la señal de precios que llama a invertir en el sector no transable”.

Además, agrega que “el mismo modelo señala que cuando el gasto público cae, el precio de los no transables cae y, con ello, dado el nivel de precios internacionales existe una tendencia a la baja del tipo de cambio. Por tanto, bajo este marco, la Argentina tampoco tendría atraso cambiario”.

En la nota, Milei explica que otro modo de ver la cuestión es mirando el PBI/c a paridad del poder de compra (PPP). Este valor es el que surge de computar las cantidades producidas por la Argentina a los precios de EE.UU.

En este caso, Milei señala que “cuando el PBI/c en dólares corrientes está por encima del de PPP habría atraso cambiario (y viceversa). Acorde al Banco Mundial, el PBI/c de la Argentina a PPP es de u$s30.000, mientras que a dólares corrientes es de u$s15.000, por ende, no sólo no hay atraso cambiario, sino que además el dólar podría caer hasta los $600″.

En este caso, Milei señala que durante la convertibilidad el dólar era de unos $700 y sin equilibrio fiscal.

El mensaje de Javier Milei para los economistas

En otra parte de la nota Milei le dedica un párrafo a los economistas que se muestran horrorizados el déficit de la cuenta corriente del balance de pagos.

En ese aspecto, Milei destaca que “lo primero que habría que señalar es que la Argentina es acreedor neto del mundo, motivo por el cual el país podría vivir con déficit permanente dentro de su restricción presupuestaria intertemporal. Por otra parte, si uno mira los proyectos en petróleo, gas, litio, cobre y en el sector agropecuario, debería resultar que, ante semejante oleada de dólares, el país debería ir camino a una moneda mucho más apreciada. Es más, dada la caída del riesgo país observada desde que LLA ganó las elecciones, en la medida que la tasa de interés internacional caiga debajo de la doméstica, no debería sorprender que el país vaya a una cuenta corriente negativa. ¿Es de temer? Dado el equilibrio fiscal, no” afirma Milei.

Al analizar la dimensión monetaria del tipo de cambio y considerar que la oferta monetaria se contrae por superávit fiscal (se absorbe más de 6% de la base monetaria por mes), al tiempo que recompone la demanda de dinero y la economía crece Milei concluye que “el dólar no solo no tiene combustible monetario para subir, sino todo lo contrario, ya que de hecho están faltando y faltarán pesos conforme pasen los meses. Por lo tanto, todas las apuestas devaluatorias de los economistas que intentan redimirse de sus malos pronósticos de 2024 están flojas de papeles, mientras que el Gobierno no devaluará para salvarles la ropa a sus clientes a costa del dolor de los argentinos de bien”.

Milei además describe que “toda vez que el tipo de cambio (TCR) real empieza a caer, igual que un disco rayado, los economistas comienzan a dar alarmas de atraso cambiario sin siquiera considerar el caso de una apreciación del peso”.

En ese punto señala que el método que usan estos economistas tiene una serie de problemas metodológicos graves.

Entre estos destaca: “Nadie puede determinar el vector de precios de equilibrio general intertemporal de donde se deriva la afirmación de que el tipo de cambio está atrasado, ya que su cálculo implica conocer las preferencias, la tecnología y las dotaciones, tanto de la economía local como de la mundial, y no solo en el presente, sino también para el futuro; (ii) en un intento por corregir esta dificultad, los economistas suelen recurrir a promedios como si existiera un proceso de reversión a la media, lo cual implicaría que los parámetros profundos no cambian en el tiempo, lo cual es obvio que es falso; (iii) aun si el punto anterior se cumpliera, no es trivial el punto de inicio de la serie, donde los adalides del atraso cambiario suelen iniciar la serie desde la salida de la convertibilidad, un período caracterizado por violación de derechos de propiedad que lleva a la depreciación sistemática de la moneda” 

“Por ende, si se considera la convertibilidad, el tipo de cambio real cae; (v) lo anterior conlleva a señalar que durante los períodos de populismo salvaje el tipo de cambio real está por encima del promedio, mientras que en los momentos de confianza lo hace por debajo; y (vi) aun cuando esto último sea tenido en cuenta, y conociendo el vector de precios de equilibrio por medio de “La Acción Divina”, su extrapolación a otro momento del tiempo implica asumir que las condiciones de oferta y demanda de todos los bienes y servicios y en todos los países del mundo son idénticamente iguales a lo largo del tiempo, lo cual es un total disparate”, agregó.

Para demostrar que el valor del dólar no está atrasado, Milei cita un artículo de análisis de TCR publicado por el economista Rafael Di Tella en La Nación que presentó la evidencia empírica sobre el TCR para casos de estabilización exitosos.

En el artículo, Di Tella demuestra que lo natural es que el TCR caiga y que cuanta más alta es la inflación de inicio, mayor es la apreciación. Sin embargo, explícita Milei, “parece que han decidido omitir dicha evidencia, ya que choca con el relato alarmista de consultores y opositores”.

En este caso, Milei señala que, “dada la precariedad del análisis basado en el TCR, ello nos empuja a indagar sobre otra metodología que nos permita detectar un problema de atraso cambiario. Así, podríamos señalar la existencia de al menos tres patrones:

“Patrón Kirchnerista: aquí el origen es el déficit fiscal financiado por emisión monetaria, lo cual, al poner presión sobre el nivel de precios, se intenta corregir fijando el tipo de cambio, cuyo resultado es una pérdida de reservas y que, frente a la intención de no devaluar, deriva en restricciones cambiarias. Por ende, este patrón se caracteriza por déficit fiscal, inflación creciente, brecha cambiaria elevada y creciente y pérdida de reservas”.

“Patrón Cambiemita: aquí persiste el déficit fiscal, pero se lo financia con endeudamiento externo, lo cual, bajo un tipo de cambio flexible, hace caer el precio del dólar y ello atrasa el tipo de cambio. Por ende, este patrón se caracteriza por déficit fiscal, inflación indeterminada y endeudamiento”.

“Patrón Dictadura: aquí el déficit fiscal se lo financia con emisión de dinero y es esterilizado con una tasa de interés creciente en la medida que no se reponga el orden fiscal, cuya contrapartida es un dólar planchado por la mayor tasa de interés, mientras la inflación persiste elevada”.

En la nota Milei también explica las virtudes del actual modelo donde no hay déficit fiscal, por lo que por ello no es necesario emitir para financiar al tesoro, la inflación es decreciente, la brecha está en mínimos históricos y las reservas han aumentado, por lo que no estamos frente al caso kirchnerista.

Tampoco estamos frente al caso Cambiemita, ya que la deuda consolidada del Estado Nacional ha caído en más de u$s30.000 millones. Finalmente, tampoco es aplicable el patrón de la Dictadura, por el simple hecho de que no se emite dinero para financiar al Tesoro y, por ende, no existe la necesidad de esterilizar el dinero que no se ha creado, al margen de la tendencia decreciente de la tasa. Por ende, bajo este análisis no hay atraso cambiario” concluye la explicación del Presidente quien explica muy claramente por qué para él no hay atraso cambiario en la Argentina, como en los últimos días pregonan algunos economistas.

Fuente: iprofesional.com

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