Milei dejará que Grupo Clarín y Telecom formen un “cuasi monopolio” de cable e Internet en Argentina?

Ironías de la política argentina, Javier Milei se está enfrentando cada vez con más situaciones similares a las de los gobiernos kirchneristas. Por lo pronto, empieza a tener enemigos en común con Cristina Kirchner. Ahora, tras el anuncio de que Telecom comprará Telefónica Argentina y tendrá un virtual monopolio de las comunicaciones, se ve enfrentado al poderío del multimedios Clarín.

La concreción de la fusión no resultó sorpresiva para el presidente, quien ya venía alertando sobre estas negociaciones. En un mensaje en las redes sociales, cuando se quejó de que un periodista de TN había asegurado que Donald Trump no lo recibiría, Milei insinuó que esa información tenía una intencionalidad política.

“¿Es casualidad que esto ocurrió en el canal del Grupo que quiere comprar Telefónica y así tener el monopolio de las Telcos?”, se preguntaba Milei.

Y pocos días antes, en pleno escándalo por la estafa de la cripto moneda $LIBRA, había sido la diputada Lilia Lemoine quien había insinuado otra jugada política de Clarín contra Milei. Afirmó que no había sido accidental la filtración del video en el que se ve la interrupción de Santiago Caputo durante la entrevista del presidente con Jonatan Viale. Según la diputada, esa situación obedecía a la intención de Clarín de presionar sobre Milei, porque el presidente se negaba a ceder ante la presión del grupo conducido por Héctor Magnetto.

Otro tema que alimentó la especulación fue el presunto temor de las compañías de medios tradicionales por el eventual desembarco de Starlink, el servicio de internet satelital de Elon Musk, el empresario -y ahora funcionario de la administración Trump- que entabló amistad con el presidente. 

Tampoco fue inesperado el anuncio de la venta de Telefónica de Argentina, porque obedece a una decisión estratégica de la casa matriz, que quiere desinvertir en los negocios de América Latina, donde había desembarcado cuando se produjo la ola de privatizaciones de los años ’90.

En cambio, sí causó sorpresa el hecho de que en la puja se haya impuesto Telecom -que pertenece mayoritariamente al grupo Clarín, siendo que entre los interesados había grupos económicos que no solo tienen poderío financiero y socios internacionales, sino que además están vinculados a Milei, como Eurnekian y Werthein.

También habían manifestado su interés el grupo Pierri, dueño de Claro, el grupo Olmos, dueño de Crónica, y Fénix Entertainment Group.

Al adquirir los 20 millones de líneas de celulares de Telefónica, el grupo Clarín consolidaría una posición dominante en el mercado, con un 67% del volumen en el negocio de las comunicaciones.

El paralelismo con el gobierno de Néstor Kirchner

Y, para Milei, se plantea la misma disyuntiva que a inicios de los 2000 se le presentó a Néstor Kirchner, cuando el negocio del momento era la TV cable, y Multicanal -perteneciente a Clarín- compró a la entonces líder del mercado, Cablevisión -originalmente de Eurnekian y luego del grupo global TCI-. En aquel tiempo, Kirchner mantenía un pacto de coexistencia pacífica con Clarín, que era moderado al cubrir la situación económica y social de un país convulsionado tras la implosión económica de 2001.

Kirchner, según relató varias veces la propia Cristina, tuvo varias reuniones con Héctor Magnetto en Olivos. Clarín había anunciado en 2006 la adquisición de Cablevisión, lo cual lo convertía en el jugador dominante del negocio televisivo.

Y Kirchner demoró más de un año, hasta el final mismo de su gestión, para aprobar formalmente la fusión sin hacer objeciones por eventual monopolio. Poco tiempo más tarde, cuando acusaba a Clarín de querer “instalar un clima destituyente” contra la presidencia de Cristina, calificaría como uno de sus mayores errores el hecho de haber permitido esa fusión.

Han pasado casi dos décadas y el panorama de las comunicaciones ha sufrido cambios radicales por la irrupción de las nuevas tecnologías, pero el peso de Clarín parece no haber perdido potencia. Prueba de ello es que gobiernos de distintos signos continúan acusando al misterioso Magnetto de incidir sobre varios aspectos de la vida nacional, incluyendo resortes del poder judicial.

¿Hará Milei lo mismo que Kirchner o se arriesgará a chocar contra el multimedios? La primera reacción apunta a que la compra podría ser objetada por el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.

“El Estado Nacional tomará todas las medidas pertinentes para evitarlo”, afirma el comunicado oficial, en alusión al riesgo de que se conforme un monopolio de las comunicaciones.

Libertarios con reflejos kirchneristas

Resulta extraño el comunicado y hasta el lenguaje utilizado si se considerada que, pocos meses atrás, en sus ponencias ante empresarios tecnológicos y en la Conferencia de Acción Política Conservadora, el propio Milei había criticado a los gobiernos que, con el argumento de impedir monopolios, interferían en el ámbito de los negocios y, de esa forma, se transformaban en un obstáculo para el progreso.

Pero Milei ya demostró varias veces que, cuando la situación apremia, su dogmatismo libertario puede dar lugar al pragmatismo más llano. Lo hizo en el plano de la economía, al subir impuestos y mantener el cepo cambiario.

Y, por lo visto en estas primeras horas, todo indica que está dispuesto a impedir la fusión que haría aún más poderoso al multimedios Clarín. De hecho, ya se analizan antecedentes internacionales para ver qué solución regulatoria se aplica.

La frase: “No al monopolio Clarín”, que escribió Agustín Romo, presidente del bloque de diputados de La Libertad Avanza dio lugar a una amplia gama de comentarios irónicos y memes, por parte de quienes recordaban los tiempos en que el mantra kirchnerista era “Clarín miente” y Cristina se empeñaba en aprobar su ley de medios que obligaría al grupo dirigido por Magnetto en varias unidades operativas.

Aquellos intentos kirchneristas -tanto la puesta en práctica de la ley como el intento de estatización de Fibertel- fueron revertidos en la justicia. Ya con Alberto Fernández en la Casa Rosada ocurrió el último intento kirchnerista por enfrentarse a Clarín, cuando en la pandemia se intentó congelar los servicios de comunicaciones y conectividad a internet, algo que también tuvo una apelación judicial.

Y lo irónico de la situación es que hoy los militantes K están pronosticando que Milei no tendrá mejor suerte.

¿Tiene Javier Milei un instrumento para negociar?

Hay también otra especulación en el ámbito político: la de una negociación en la que el presidente demore la decisión técnica sobre la fusión, como forma de presionar a la dirección de Clarín a adoptar una postura mediática menos agresiva respecto de su gestión gubernamental.

Milei se encuentra en un momento clave de su presidencia, todavía con un alto respaldo popular, pero con un mercado que expresa dudas sobre el sostenimiento del plan económico. Y ahora, además, con la explosión del primer escándalo de corrupción, por sospechas de tráfico de influencia y complicidad de estafa en el caso de la criptomoneda $LIBRA.

El presidente, que siempre tuvo una relación conflictiva con los medios, ha endurecido su discurso con el paso de los meses y, en particular, tomó como blanco de sus críticas a Clarín, al que ve como eventual conspirador.

La otra situación irónica de este momento es que, así como la fusión Telecom-Telefónica acercó inesperadamente a Milei con el kirchnerismo, lo alejó de Mauricio Macri.

Después de todo, fue en el gobierno macrista cuando se anuló formalmente la ley de medios kirchnerista y, además, se aprobó la fusión entre Telecom y Cablevisión. Corría el año 2017 -el de la victoria macrista en las legislativas, cuando se concretó el “cuádruple play”: una empresa que diera telefonía fija, móvil, televisión e internet, conformando un conglomerado de u$s11.000 millones.

Fuente: iprofesional.com

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