Milei entra en modo electoral y apuesta al tridente dólar, tarifas y crédito para apuntalar la economía

A nueve meses de las elecciones de medio término, Javier Milei ya definió el plan que necesita para que la economía llegue de la mejor forma a esa instancia clave para su administración.

Esta vez no habrá “plan platita” ni un cronograma especial para la obra pública, por lo menos que sea financiada por el Tesoro nacional. Tampoco hay que esperar un “salariazo”.

El Presidente no dará marcha atrás con el eje de su gestión: el equilibrio de las cuentas públicas, que Milei considera una variable innegociable.

“Me van a tener que sacar muerto de la Rosada para lograr quebrar el déficit fiscal”, exageró el jefe de Estado al inicio de su gobierno. Milei convenció a propios y a extraños de que no está dispuesto a poner bajo discusión el orden de las cuentas.

En cambio, el Presidente tiene claro que necesita revalidar dos cosas si quiere llegar con buenas chances para ganar las próximas elecciones: un dólar anclado y una inflación a la baja.

El plan de Javier Milei para 2025: la lógica de lo que viene

Podría enfatizarse que el plan electoral tendrá su inicio formal después del fin de semana. A partir del próximo lunes, el Banco Central moverá la cotización del dólar oficial a un ritmo del 1% mensual. La mitad de lo que se movía hasta ahora.

Esa medida da una idea del objetivo central del Gobierno: profundizar el sesgo antiinflacionario de la dinámica económica.

La cuestión, en todo caso, remitirá a la velocidad de esa tendencia a la baja. Cuánto se demorarán los precios en tomar en cuenta el nuevo ritmo de la devaluación mensual. Es muy probable que los precios de los bienes reaccionen más rápido.

Los productos importados no tendrán margen para encarecerse más que la devaluación pautada. Tampoco aquellos que utilizan insumos extranjeros para fabricarse localmente.

Distinto es el caso de los servicios, que tienen su propia lógica para moverse.

El economista Pablo Goldin —director de la consultora MacroView— cree que algunos de esos servicios —desde la peluquería hasta los restaurantes— se encarecieron bien por debajo de los bienes después de la devaluación de 2023. Y que en los últimos meses vienen recuperando terreno, de la mano de la recuperación económica.

Goldín, desde ese punto de vista, pone en duda que el índice de precios baje rápidamente a la franja del 1% en el corto plazo, a pesar de que el ritmo del “crawling peg” mensual disminuya a la mitad.

Reactivar el consumo: el nuevo desafío del Gobierno

El Gobierno necesita que el nivel de consumo mejore en los próximos meses, como contracara a lo sucedido durante la primera parte de la administración Milei.

Con los ingresos de los argentinos mejorando en forma paulatina, el crecimiento del consumo dependerá de la expansión del crédito.

De hecho, es lo que vino sucediendo en los últimos tiempos. Los bancos dieron más préstamos al sector privado. También reaparecieron las promociones bancarias en la oferta de cuotas sin intereses o a tasas más bajas.

Es muy probable que en las próximas semanas esa oferta se amplíe. Lo posible es que el Banco Central decida un recorte de las tasas de interés la próxima semana, en simultáneo con la rebaja del “crawling peg”.

En este contexto, las ventas de electrodomésticos vienen mejorando mes a mes. Y desde las terminales automotrices proyectan que las ventas de cero kilómetro para este año deberían crecer en un 20%. Nada menos.

El alivio fiscal sobre el sector -aunque parcial- apunta en ese mismo sentido.

¿Tope al aumento de tarifas?

Las tarifas de los servicios públicos también tendrán ajustes limitados. El propio Gobierno dejó trascender que el costo de la luz, el agua y el gas irá por detrás de la inflación esperada. No más del 10% de acá hasta las elecciones.

Hasta ahora, y después de un aumento explosivo tras la devaluación inicial, Economía mantuvo estable el volumen de subsidios a esos servicios. Según el experto en tarifas Alejandro Einstoss, el nivel de subsidios se mantiene en el 47% del costo de los servicios. El restante 53% es lo que pagan los consumidores.

Ese nivel se mantiene estable desde mediados del año pasado. Y el Gobierno está dispuesto a dejar este mismo nivel de cara a las próximas elecciones.

Contexto internacional: surge una amenaza

Este plan corre con una desventaja: el atraso cambiario se produce a contramano de lo que sucede a nivel internacional. Las monedas de los mercados emergentes, como el argentino, se debilitaron en los últimos meses, más precisamente desde el triunfo de Donald Trump para su vuelta a la Casa Blanca.

Acá también habrá que prestar atención: cualquier movimiento adicional del dólar a nivel mundial podría impactar en la Argentina. Muy probablemente, ese desafío se produzca pronto: Trump acaba de confirmar que está dispuesto a elevar los aranceles a la entrada de productos de México y Canadá.

Si concreta la amenaza, es probable que los mercados globales tomen nota de que la inflación en EE. UU. será más elevada y que la tasa internacional, también.

Un contexto más agresivo podría alterar los planes de Milei, en su camino hacia el triunfo electoral que lo revalide en el poder.

Fuente: iprofesional.com

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