Milei lanza su propia versión del “Plan platita” para mejorar el consumo y con inflación a la baja

La atención plena del Gobierno está puesta en las elecciones del próximo domingo en la ciudad de Buenos Aires. Es lógico. Ahí la Libertad Avanza se juega una parada política brava, de cara al armado electoral de octubre.

Precisamente, las fichas de la política económica ya se están esparciendo en el tablero con miras a esa compulsa nacional.

El Gobierno puso el foco en la desinflación, una dinámica que se había apartado durante el primer trimestre del año, y sobre la que ha regresado a partir del acuerdo con el Fondo Monetario.

En simultáneo con una decidida desaceleración inflacionaria, el Gobierno acaba de anunciar un set de medidas para abaratar consumos, con la mira puesta en los bolsillos de la población, de cara a la próxima contienda electoral.

Javier Milei lanza su versión del “Plan Platita”

Hasta ahora, el Gobierno se había focalizado exclusivamente en la dinámica inflacionaria. Para esto había tomado medidas para asegurar una estabilidad cambiaria, con un dólar históricamente “barato”.

Además, adelantó que habrá un nuevo “blanqueo” de capitales destinados al consumo de bienes.

El acuerdo con el FMI se puso al servicio de ese escenario: un tipo de cambio lo más pegado al piso de la banda cambiaria y un esquema monetario que le ponga límites a cualquier rebrote inflacionario.

Esta tarde, cuando se conozca el IPC de abril, lo más probable es que el Gobierno festeje una disminución sensible respecto del 3,7% de marzo.

Caputo ya adelantó que ese índice rondará el 3%, pero las consultoras que monitorean la inflación semana tras semana no descartan que el IPC se ubique algunas décimas por debajo de esa marca.

Menos impuestos y aranceles: el incentivo al consumo del Gobierno

En las últimas horas, el Gobierno sumó un nuevo plan a esa iniciativa, que se había focalizado en el entramado cambiario. El ancla del dólar pocas veces falla en el corto plazo: los precios se relajan y los bolsillos de los consumidores se sienten más cómodos a la hora de hacer gastos en dólares.

El anuncio de las últimas horas atacó directamente a los precios de productos claves para el bolsillo de las clases populares.

Hoy en día, el teléfono celular forma parte de los presupuestos de la gran mayoría de las familias.

Los aranceles a las importaciones de teléfonos se reducirán del 16% al 8% inmediatamente. Y se eliminarán a partir del 15 de enero del próximo año.

Se bajarán también los impuestos internos que pagan los celulares, televisores y aires acondicionados importados del 19% a 9,5%, y para los producidos en Tierra del Fuego del 9,5% al 0%.

La estimación oficial dice que los precios de los productos electrónicos importados van a abaratarse alrededor de un 30%. De esa forma, los valores se van a equiparar con los precios de los países vecinos.

Lo mismo, también van a bajar los precios de los productos provenientes de Tierra del Fuego.

Las reservas no crecen y el FMI puede esperar

Está claro que el Gobierno ha decidido jugar al fleje tras el acuerdo firmado con el FMI hace pocas semanas.

Lo más relevante fue la nula compra de dólares para las reservas del BCRA. La estrategia tiene que ver con la decisión de contar con un dólar lo más barato posible y forzar una desinflación de la economía, rumbo a las elecciones de octubre.

Al mercado, esa prioridad no le gusta tanto. Por eso, el riesgo país se mantiene cerca de los 700 puntos, en lugar de ir a buscar la zona de los 400-500 puntos, que era lo esperable tras el acuerdo con Washington, y en un contexto de compra de divisas.

El acuerdo con el FMI, firmado hace apenas algunas semanas, obliga al Gobierno a acumular reservas en el Banco Central, algo que por ahora no se está verificando. De acá al próximo 13 de junio, el BCRA debería juntar unos u$s4.500 millones. Sin embargo, Javier Milei y el ministro de Economía decidieron que no hace falta comprar divisas.

Por ahora, el Gobierno descartó la idea de comprar reservas. La prioridad es otra. Primero, la desinflación y, ahora también, el impulso del consumo a través del crédito. La rebaja de aranceles e impuestos podría ser un aditivo extra a ese escenario.

Fuente: iprofesional.com

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