Pese a las medidas del BCRA y del Tesoro, la incertidumbre por el valor del dólar de aquí a las elecciones nacionales del 26 de octubre se mantiene.
Pero en las dos últimas semanas, algunos errores del equipo económico en los últimos días no ayudaron para bajar esa incertidumbre.
Un error del Gobierno suma incertidumbre en la City
Es que mientras el levantamiento del cepo cambiario fue un proceso de máxima perfección, donde la evolución del precio del dólar oficial se mostró con baja volatilidad por debajo del centro de las bandas, la llamada “Operación Desarme”.
Está consistió en el rescate de las LEFI (Letras Financieras de Liquidez) que estaban en poder del BCRA y que fueron absorbidas por el Tesoro que las reemplazó a su vez por una canasta de letras Lecaps.
Esta operación de acuerdo a la opinión de algunos operadores del mercado financiero local no tuvo la misma fluidez que tuvo el levantamiento del cepo genera algunas dudas en el mercado financiero y en los operadores de Wall Street.
El último informe de la ALYC Invertir en Bolsa (IEB) enviado a sus clientes explica que “el desarme intenpestivo y en medio de un periodo preelectoral mostró por primera vez algunas desinteligencias en el equipo económico”.
Por qué se disparó el dólar y subieron las tasas de interés
El informe destaca que “se generó un efecto indeseado que fue el excendente de pesos en el mercado que, en una primera etapa, provocó una baja de la tasa de interés y suba del dólar,y en una segunda etapa una fuerte volatilidad del dólar y una fuerte alza en la tasa de interés de cauciones que el viernes llegó al 120 % anual, frente al 30 % anual, que estaba al comienzo del rescate de las LEFI hace dos semanas”.
Para entender el problema, hay que destacar que las LEFI fueron introducidas en julio del año pasado en el marco de la Fase 2 del programa económico, con el objetivo de sanear los pasivos monetarios del balance del BCRA para sustituir a los pasivos remunerados heredados de la administración anterior que venían de las LEBAC colocadas en el Gobierno de Mauricio Macri y que luego se transformaron en la LELIQ en el Gobierno de Alberto Fernández llegando a totalizar unos 45.000 millones de dólares en diciembre de 2.023.
Al final del último mandato del kirchnerismo, estas letras en poder del BCRA generaban un déficit cuasi fiscal del 10% del PIB, una magnitud muy alta que el BCRA le pagaba a los bancos que eran los únicos tenedores de esas letras.
Pero a partir del 17 de julio de 2024 y con vencimiento a un año, la colocación de las LEFI sinceraron el hecho de que los pasivos remunerados del BCRA habían sido originados por la acumulación de déficits del Tesoro y que, ante la inviabilidad de su financiamiento y consecuente emisión monetaria, provocaron la necesidad de esterilización por parte de la autoridad monetaria. Si bien las LEFI eran un pasivo del Tesoro, el BCRA funcionó como una suerte de agente financiero que a través de ellas administró la liquidez del sistema. Por lo tanto, fueron un pasivo del Tesoro que se ubicó en los balances de los bancos y el BCRA.
En el marco de la Fase 3 del programa económico, tanto Javier Milei como Luis Caputo anticiparon que las mismas serían reemplazadas por una canasta de LECAPs tras su vencimiento a partir del 18 de julio y también anunciaron que el BCRA dejaría de operar las LEFI a partir del 10 de julio, tal como ocurrió.
La interpretación de aquellos anuncios, hizo parecer que el efecto monetario podría ser neutro. No obstante, al transformarse el stock de LEFI en una canasta de LECAP, los bancos, tanto públicos como privados, podían vender esas letras para incrementar su integración de efectivo mínimo o los llamados encajes en el BCRA o bien para cambiar la “duration” promedio de la canasta ofrecida por el Tesoro.
Por eso se observó que, apenas realizado el anuncio y ante un nuevo esquema de administración de liquidez donde el sistema definiría endógenamente la tasa de interés y el BCRA se retiraría salvo condiciones excepcionales, los bancos privados comenzaron rápidamente a desprenderse de las LEFI y aumentar peligrosamente su liquidez.
El problema es que esa liquidez fue destinada a integrar efectivo mínimo, que aumentó en la misma magnitud que aumentó la base monetaria simple, en unos 10 billones de pesos.
“Al comparar el promedio de efectivo mínimo integrado por el sistema durante junio, de 13,7 billones de pesos a 19,2 billones de pesos encajados tras los anuncios, concluimos en que los bancos quedaron sobre integrados con unos 5,5 billones de pesos, lo que da cuenta del exceso de liquidez. Así, se generó una integración técnica superior a la exigida por el BCRA, de acuerdo con las tasas definidas por la comunicación “A” 8277 del BCRA, considerando la composición de los distintos tipos de depósitos” explica el informe.
Para entenderlo fácil: este exceso de liquidez llevó a una fuerte caída de las tasas de interés y suba del dólar que el equipo económico no esperaba y por ese motivo lanzó una licitación extra de letras el miércoles pasado que no estaba en el cronograma del mes. Esto generó más preocupación en el sistema financiero y en particular en los bancos que ya estaban bastante molestos con el tuit que publicó en su cuenta de X el ministro de Economía Luis Caputo el lunes pasado.
Por ese motivo, ADEBA pidió una reunión el lunes pasado con el Presidente en su despacho de Casa Rosada.
El lunes pasado, Caputo, atribuyó a los bancos la suba del dólar oficial, que llegó a los 1.300 pesos, y justificó la intervención del Gobierno en el mercado cambiario.
Según explicó, “las entidades financieras no adhirieron como se esperaba al canje de Letras de Financiamiento (Lefis) por LECAPS, priorizando conservar liquidez.
Caputo aseguró además en ese tuit que “los bancos, temerosos de perder la liquidez diaria, no fueron con todo y prefirieron hacer numerales”, deslindando así al Ministerio de Economía de responsabilidad directa en la suba del dólar oficial y paralelo.
El antecedente de 2018
El fuerte tuit de Caputo provocó una gran molestia en algunos banqueros. Hay que recordar que Caputo no trató muy bien a los banqueros cuando les pidió en julio de 2018, siendo titular del BCRA, que compraran bonos argentinos.
Estos se vieron defraudados cuando el actual ministro renunció al BCRA por sus diferencias con el entonces titular del Palacio de Hacienda para manejar la corrida cambiaría, que llevó el dólar de unos 25 a 45 pesos en el periodo que él fue prudente del BCRA que perdió unos 5.000 milones de dólares en una de las peores corridas cambiarias que tuvo la Argentina.
A Caputo, los banqueros no le perdonaron todavía que les prometiera que la situación económica del Gobierno de Macri mejoraría con el préstamo de unos 45.000 millones de dólares que le dio el FMI y que luego a partir del 28 de septiembre otro ministro del mismo gobierno impusiera la re programación de los vencimientos de la deuda en pesos
Esto ocurrió cuando Hernan Lacunza reemplazó a Dujovne a partir del 28 de agosto de 2019 y luego el 1 de septiembre el BCRA impondría el cepo cambiario que Milei pudo levantar a partir recién a partir del 14 de abril pasado.
Al presentar las medidas, Lacunza señaló: “Podemos analizar cómo llegamos hasta acá. Algunos atribuirán la suma de todos los males a la presunta mala praxis del Gobierno actual; en el polo opuesto, otros al futuro inferido a partir de una experiencia pasada”.
La principal medida que tomó Lacunza fue como él dijo reperfilar los vencimientos de las letras de corto plazo que colocaron Dujovne y Caputo en inversores institucionales como las Lecap Letes Lecer y Lelinks por unos 15.000 milones de dólares se refinanciarían a través de lo que llamó un “reperfilamiento de la deuda en pesos”, que en realidad fue un canje compulsivo de la deuda en pesos que dejó muy heridos a los principales bancos del sistema local y a muchos fondos de inversión internacionales que se posicionaron en pesos y luego no pudieron salir por la imposición del cepo cambiario desde el 1 de octubre a fines del Gobierno de Macri.
“El problema de Caputo es que se la creyó, el no es Milei, y no se tendría que olvidar de lo que hizo con el macrismo y no le vendría mal bajar un poco la soberbia”, comentó a iProfesional un experimentado ex banquero que supo lidiar con Caputo en aquellos años.
El hombre que ahora maneja un fondo de inversión millonario comentó que fue parte de aquellas negociaciones y hasta fue uno de los que suscribió el famoso bono a 100 años que lanzó Caputo y que ya fue reestructurado en dos ocasiones en los gobiernos anteriores. “Ese recuerdo no se borra fácil y más cuando uno confía en el que lo convence de invertir y después se va y te deja colgado”.
Caputo le presentó a Macri y en ese momento dijo que “su salida de la entidad monetaria se debe a motivos personales”. Pero la misma se dio en medio de los crecientes cortocircuitos entre él y Dujovne, en medio de una de las peores corridas cambiarias de la historia argentina.
Según los trascendidos, en ese entonces, Dujovne estaba molesto desde hacía semanas porque gran parte del círculo rojo y de la cúpula del poder gubernamental, incluyendo al Presidente, tomara a Caputo como una suerte de Messi de las finanzas, gracias al cual la crisis no es peor. “Estoy hinchado las bolas de que todas las buenas se las adjudiquen a él y yo ligue los cachetazos, incluso los que son su culpa”, comentaba a algunos periodistas Dujovne tal como reveló en ese entonces el jefe de redacción del Diario Perfil, Javier Calvo, en su columna de opinión del 1º de septiembre.
Algunos banqueros comentaban que Dujovne le pasó viejas facturas a “Toto” por “exagerar recaudos”, como fueron el bono a cien años, la colocación adelantada de títulos por u$s9 mil millones y el apuro del acuerdo con el FMI ante las primeras turbulencias.
Dujovne tambien le adjudicaba a Caputo ser errático con el dólar y las tasas imposibles al 60% (con su impacto letal en la inflación y en la actividad económica, respectivamente).
Aunque el más duro de los reproches es haber sido el artífice de que Macri saliera el miércoles 29 a anunciar un adelanto de más desembolsos del FMI sin tenerlo cerrado, discurso que aceleró aún más la corrida cambiaria.
Todas estas tensiones derivaron en que finalmente Caputo, en pleno cuarto paro nacional contra la gestión de Cambiemos,presentara su renuncia a Macri, quien se encuentra a en Estados Unidos en plena negociación con el FMI.
La anticipación de los bancos por desprenderse de las LEFIs, se sumó la licitación del Tesoro del 7 de julio que tuvo resultados complejos de entender.
El Tesoro adjudicó 8,5 billones, implicando un roll over de 295% de los vencimientos. Según explicó el Secretario de Finanzas, Pablo Quirno, el excedente por sobre los vencimientos resultaría en una cancelación de deuda con el sector privado.
Ante tales circunstancias, el proceso de reemplazo de LEFIs por LECAPs no terminó siendo indiferente en el comportamiento de la base monetaria simple, sino que, cómo ya se ha mencionado, ésta aumentó en 10 billones de pesos.
La misma pasó de de unos 33,1 billones de pesos al 8 de julio a unos 43 billones de pesos al 10 de julio y este aumento explicó el derrumbe de la tasa de caución a un día y la escapada del tipo de cambio, en un contexto de alto ritmo de liquidación de agro dólares.
Si bien el proceso no fue ejecutado con la misma fluidez y suavidad que la salida del cepo, lo relevante a destacar es que tanto el BCRA como el Tesoro tuvieron reflejos para reaccionar y salir a absorber los excesos de liquidez para normalizar el costo del mercado de pesos y restablecer tranquilidad en el mercado cambiario.
Si bien las acciónes conjuntas de las autoridades del BCRA y del ministerio de Economía que desde el martes pasado buscaron evitar una fuerte suba del dólar oficial y el paralelo, el resultado del viernes muestra que luego de esa baja al final de la semana el valor del dólar volvió a subir.
En la semana la cotización del dólar blue cayo 35 pesos o un 2,6% a $1.295 tras haberse negociado a $1.350 al promediar la rueda del martes y la brecha cambiaria con el dólar oficial que cerró a $1.295 se redujo a un 2,7 por ciento.
Por su parte, los dólares financieros cayeron en la semana con dólar contado con liquidación que cerró a $1.275 mediante y un dólar MEP a que finalizó a 1.269,10 pesos.
El resultado hasta ahora desde la entrada en el esquema de flotación cambiaria con bandas muestra que desde el lunes 14 de abril en que se levantó el cepo cambiario, el precio del dólar empezó a fluctuar sin intervención oficial en el segmento de contado de la plaza mayorista, se observó una tendencia alcista moderada, a un mayor ritmo que el de la inflación, que acomodó la tasa de cambio ahora en un umbral próximo a los $1.300 que parece un nuevo nivel de equilibrio que pretende el equipo económico liderado por Caputo y el titular del BCRA Santiago Bausilli, el viceministro José Luis Daza y el secretario de Finanzas Pablo Quirno.
Fuente: iprofesional.com