Sabrina Rojas volvió a sacudir las redes sociales con un contundente mensaje en el que no solo reveló un problema que atraviesa su hijo menor, Fausto, sino que también dejó entrever un reclamo dirigido a Luciano Castro, su expareja y padre de sus dos hijos.
En un posteo en sus historias de Instagram, la actriz contó que el niño padece una fobia particular desde su nacimiento y, al mismo tiempo, detalló la intensa labor que implica la crianza diaria.
Rojas comenzó su relato exponiendo una particularidad sobre su hijo menor: “Resulta que Fausto tiene fobia a los botones desde que nació. Por eso jamás lo verán con camisas, entre otras cosas”, explicó, mientras mostraba cómo modificaba sus uniformes escolares para adaptarlos a su condición.
En la misma publicación, reveló la rutina que tiene que llevar a cabo para que el pequeño pueda asistir al colegio sin dificultades: “Así que acá, una vez más, sacando botones a las chombas del cole y reemplazando los de unos pantalones donados por una mamá”.
La actriz también destacó el espíritu de colaboración entre las madres del colegio: “Nos pasamos los uniformes que ya no vamos usando. La vida misma”.
Pero lo que más llamó la atención de su posteo fue que, además de compartir la situación de su hijo, lanzó una indirecta que muchos interpretaron como un reclamo hacia Luciano Castro, dando a entender que la carga de la crianza no está repartida equitativamente. Junto con la historia sobre Fausto, Rojas publicó un mensaje en el que enumeró todas las tareas que lleva adelante como madre.
“Las mamás etiquetamos, conseguimos, buscamos presupuestos, imprimimos, cosemos, pedimos turnos para los aptos médicos, los llevamos al turno, averiguamos qué se necesita para la compu, la buscamos, los anotamos en los deportes, contenemos, llevamos, traemos, organizamos, y también trabajamos fuera de casa“, reveló.
En el final de su mensaje, la actriz dejó una frase que muchos interpretaron como una crítica directa a al novio de Griselda Siciliani y su rol en la crianza de los niños: “Cuánto más fácil sería trabajar y que te traigan a los nenes dos, tres veces por semana con todo resuelto, ¿no? Pero más lindo sería que valoren lo que hacés”.
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