“Acuéstate con jóvenes y amanecerás mojado”. La vieja frase popular se le puede estar volviendo realidad a Wanda Nara, que hoy debió correr para todos lados ya que una travesura de L-Gante -su novio 14 años menor que ella- derivó en el que el rey de la cumbia 420 debiera ser operado de forma urgente de la clavícula y ella tuvo que ir de acá para allá y sudar la gota gorda para acompañarlo.
Esa parte del cuerpo se fracturó el cantante mientras aceleraba e intentaba concretar una serie de maniobras riesgosas y un tanto temerarias mientras manejaba un cuatriciclo en las playas de Pinamar. Al agarrar medio chanfleado una curva, L-Gante salió despedido del particular rodado y fue a dar con toda su humanidad contra el piso, que no es tan duro como el asfalto pero igual le provocó el estallido de algunos huesos.
La recuperación incluyó, antes de la cirugía, cerca de una semana de reposo absoluto en su casa. “Es muy doloroso, hasta para respirar es molesto. A la noche cuesta dormir y uno no sabe bien cómo ponerse o cómo acomodarse, siendo que se puede mover poquito y que cada girito que se intente, por más menor que sea, provoca una molestia terrible”, informaron algunos especialistas.
En el medio de todo ese jaleo, Wanda se subió a un avión y se fue a Turquía. ¿Adóoooonde? Sí, a Estambul, justo la ciudad en la que vivió con Mauro Icardi. Casualidad o no, él también se fue para allá, y encima con la China Suárez. Wanda viajó acompañada, en su casa por el inefable -y siempre bien predispuesto para la charla con la prensa- Kennys Palacios.
OPERARON A L-GANTE: LAS FOTOS
Wanda estaba al otro lado del Atlántico -y del mundo prácticamente- cuando se subió a un avión y con “las horas contadas” se vino para acá. No quería que su novio entrara al quirófano sin verla y sin recibir su voz de aliento y de apoyo. Si eso pasaba se lo iba a reprochar durante mucho tiempo y también “le daría de comer” a aquellos que alimentan, precisamente, los rumores de crisis de pareja.
¿Qué se estuvo diciendo estos días? Fácil: que Wanda estaba agobiada, o fastidiada, o agotada, o hasta hasta de algunas actitudes del cantante. Según lo que contaron en Puro Show, ya no se aguantaba que “L-Gante siguiera de gira, lo que incluye fiestas, música, mujeres y otros excesos con los que ella no está para nada de acuerdo”. Al llegar y hacerse presente en la clínica, los nubarrones se disiparon… un rato por lo menos.
