Rocío Marengo confesó por qué tardó 5 años en conocer a los hijos de Eduardo Fort

Una noche cualquiera puede cambiarlo todo. Eso le pasó a Rocío Marengo en el verano de 2014, sin imaginar que una simple cena con amigas en una parrilla de Las Cañitas iba a marcar un antes y un después en su vida. Esa noche, entre risas y charla distendida, la modelo cruzó miradas con Eduardo Fort, quien acababa de separarse.

Entre se dio química instantánea, pero también algo más. “Solo estaba a una cuadra, pero me subí igual”, recordó Rocío sobre ese primer gesto de confianza que tuvo cuando él se ofreció a llevarla a casa. Desde entonces, más allá de alguna crisis, no se separaron más.

Lo cierto es que, más allá de una u otra ocasión, decidieron llevar su relación lejos de la exposición mediática. No era secreto, pero tampoco estaban listos para compartirlo con todos. De hecho, Rocío tardó cinco años en conocer a los hijos de Eduardo: Macarena, Pietro y Angelina.

“Nosotros teníamos una relación de novios como cualquier otra, pero cuidábamos ciertos espacios. Los chicos le insistían a Eduardo con que debía tener novia, y nosotros ya estábamos juntos. Cuando finalmente se supo, nuestra relación estaba tan fuerte que ninguna crítica pudo dañarnos”, confesó Marengo.

EL LARGO CAMINO DE ROCÍO MARENGO PARA QUEDAR EMBARAZADA DE SU PRIMER BEBÉ

Luego Rocío dio un paso más. Decidida a apostar todo por su pareja, se integró por completo a la dinámica de la familia. Y una vez ganado ese lugar, sintió que era momento de cumplir su anhelo más profundo: ser mamá. Lo que siguió no fue fácil. Inició tratamientos de fertilidad que no dieron resultado en un principio. “Me sentía apagada, no era yo”, reveló.

Pero no bajó los brazos. Su hermana Sol fue un sustento clave, además de su médica de confianza María Inés Viglierchio y la inquebrantable fe que siempre tuvo. Entonces, un día de abril, llegó el día más esperado: en plena grabación del programa de Juana Viale, la mediática recibió el mensaje más deseado que le cambió la vida para siempre: “¡Estás embarazada!”.

El comienzo del embarazo trajo algunas complicaciones: en Miami, donde viajaron para festejar en silencio, Rocío sufrió pérdidas y tuvo que hacer reposo. Pero tras superar ese susto, la emoción fue más fuerte. Y entonces decidió anunciarlo, gritarlo a los cuatro vientos. “Siempre soñé con ser mamá, sentía que tenía todo pero algo me faltaba”, contó en la televisión chilena.

Hoy vive cada ecografía como algo mágico. Mientras tanto, en medio de esta dulce espera, Marengo también se prepara para otro importante objetivo: recibirse de Administradora de Empresas, ya con su hijo en brazos. Después de tanta lucha, la felicidad llegó para quedarse.

Fuente: paparazzi.com.ar

Más Leídas

Temas en esta nota:

Más sobre:

También puede interesarte