Los detalles del crimen de Giselle Barrionuevo Núñez siguen conmocionando a los habitantes de Monteros. Una ciudad que conoció el infierno de la droga con el homicidio de esta adolescente de 17 años. No sólo por el estado de vulnerabilidad de las jóvenes, sino por cómo el circuito de la venta y el consumo de la cocaína en esa ciudad. Mañana, el tribunal integrado por Wendy Kassar, María Fernanda Bähler y Emilio Páez de la Torre, escucharán los últimos testimonios, los alegatos y la sentencia. Se cerrará así uno de los capítulos más negros de la historia de esa localidad.
1- El hecho
El viernes 4 de marzo de 2018, Giselle le dijo a su madre que saldría a andar en bicicleta. Fue la última vez que la mujer la vio con vida. La adolescente de 17 años, que tenía severos problemas de adicción, fue a buscar a sus amigos con los que se drogaba. Se refugió en la casa de Américo “Lulo” Suárez. El sábado a la noche, junto a Gaspar Aldonate, se dirigió hacia la casa de Luis Cristian “Pony” Danum (43) donde supuestamente se vendía droga.
No se supo nada más de ella hasta el martes 8, cuando su cuerpo fue encontrado en una finca del paraje El Rincón, cercano a la localidad de Soldado Maldonado. La habían golpeado, la mataron asfixiándola con una mano y luego la arrojaron allí.
LA JOVEN VÍCTIMA. Giselle Barrionuevo Núñez tenía 17 años.
El crimen se cometió el domingo a la madrugada o la mañana, ya que el lugareño José Luis Padilla vio su cadáver ese día a la tarde, pero no dijo nada del hallazgo porque se había asustado y no quería tener problemas.
2- La investigación
El ex fiscal de Monteros Jorge Carrasco (actualmente juez de Impugnación del Centro Judicial de Concepción) dirigió la investigación. Con el correr de los días centró sus sospechas en contra de “Pony” y de su pareja Teresita “Tere” Raso (24).
Por su fiscalía pasaron varios testigos que le aportaron datos sobre lo que había pasado en esos días. Según su teoría, Giselle tenía una relación sentimental con Danum y eso molestaba e irritaba a Raso. Esa situación y el probable hecho de que la víctima le haya robado dinero o drogas a “Pony” terminaron transformándose en el móvil del crimen.
ATENTOS. Los miembros del tribunal darían mañana la sentencia del juicio.
Esa versión fue confirmada durante las audiencias por Hugo “Ranita” Juárez y se esperaba que Carlos Fernández, como lo hizo en la etapa de instrucción, hiciera lo mismo. Pero este testigo, desde hace varias semanas se ausentó de la provincia y sólo se tendrá en cuenta la declaración que realizó como testigo.
La pareja fue detenida dos días después en Monteros, cuando habían regresado a buscar sus pertenencias porque, al parecer, tenían pensado fugarse. Antes, según lo reconoció la misma Raso, estuvieron ocultos en un hotel de Tucumán, versión que había sido confirmada por los investigadores. Las pruebas en contra de los acusados fueron los testimonios y las muestras que se recolectaron en la escena del crimen y en el Fiat Uno que habrían utilizados los imputados para trasladar el cuerpo.
Los imputados estuvieron poco más de seis meses tras las rejas. El ex juez Enrique Pedicone les dio la libertad por un tecnicismo. El juez de Monteros Mario Velázquez volvió a ordenar sus encierros porque “Tere” no residía en el lugar donde había dicho que lo haría y “Pony” no había realizado el tratamiento psicológico que se le ordenó hacer.
3- Las esclavas
En esta historia hay un factor común: la vulnerabilidad de las jóvenes que habían caído en ese infierno llamado consumo de drogas. Giselle había intentado varias veces rehabilitarse, pero no pudo hacerlo. “Estaba cautiva por las sustancias que le eran suministradas por el imputado. Esto no es una apreciación personal, sino que surge de los testimonios brindados hasta el momento”, comentó el representante de la querella Benjamín Núñez Arévalo.
“Tere”, la pareja del sospechoso, reconoció en la audiencia que estaba con el imputado porque le daba techo, comida y drogas. “Cuando yo o alguna chica se quería ir de su casa, nos encerraba en una pieza y nos daba un tacho de pintura para que hiciéramos nuestras necesidades”, declaró Raso. “Ranita” Juárez aportó otro dato clave: “él era violento con todas las chicas que estaban en la casa”.
M.P.V, otra testigo clave en la causa, indicó que ella se quedaba varias veces en su casa para limpiársela y consumir sustancias. “Pony”, como coartada, dijo que la noche en la que se produjo el crimen estuvo con una joven en un hotel alojamiento. La chica también declaró en el juicio. Confirmó en parte esa versión y contó que ella estaba haciendo un tratamiento contra las adicciones y el acusado le pedía que salieran para consumir drogas.
EN LA MIRA. En el juicio se derrumbaron las coartadas de “Pony” Danum.
Fuentes judiciales comentaron una situación que se dio en la etapa de instrucción, a un testigo se le consultó: ¿Cree que Danum captaba mujeres por las drogas que les entregaba para que consumiera? “No, si va a hacer porque es lindo”, le respondió sin ningún tipo de pudor.
4- Distintas estrategias
“Pony” y su defensor Gabriel Medina, buscaron varias alternativas para tratar de sostener su inocencia. Plantearon otras hipótesis para despegarse de la acusación. La primera de ellas fue apuntar a Gaspar Aldonate, que fue el que llevó a la joven a la casa de Danum.
El joven, hijo de reconocidos profesionales de Monteros, quedó a salvo luego de que un testigo confirmara que él se presentó en la casa del imputado para buscar a Giselle, pero nunca ingresó. “Lo único que pretendía era sacarla de allí. Gritaba para que saliera”, declaró Luis Suárez.
En tanto, M.P.V dijo que ella se había retirado de la casa de “Pony” con Aldonate. Relató que fueron a la casa de Gaspar aprovechando que sus padres estaban en una villa turísticas y que volvió el domingo a la madrugada a la vivienda del imputado, cuando Giselle ya no estaba en la vivienda del imputado.
Otra de las teorías que realizó el acusado y su defensor es que se investigue a Walter “Pulga” Rodríguez, el hermano de la actual figura de Colón de Santa Fe y ex de Atlético, Luis “Pulguita” Rodríguez porque, según dijeron, en Monteros se escucharon varios rumores sobre el tema. Pero en el debate nunca se lo mencionó.
“No entiendo cómo esa persona, que es un delincuente que hizo mucho daño en Monteros haya pretendido involucrarme en algo que no tengo nada que ver”, explicó “El Pulga” en una entrevista con LA GACETA. “Nunca me llamaron ni siquiera a declarar por este caso”, agregó.
Fuentes judiciales confirmaron además que antes de que comenzaran las audiencias, Danum buscó otra alternativa. Pidió abrir una negociación para hacer un juicio abreviado. Su propuesta fue la de declararse culpable por encubrimiento y que Raso se haga cargo de la muerte de la adolescente. La iniciativa, según informaron varios voceros, fue rechazada de lleno por Raquel Ferreyra Asis, defensora de la acusada y por el representante del Ministerio Público Fiscal que actuaba en esos momentos.
5- Amenazas
Complicado procesalmente, en las últimas semanas, “Pony” habría recurrido a distintas maniobras para pedirle a los testigos que no declararan en su contra. La defensora Ferreyra Asis, antes de que declarara Raso, denunció que la madre del imputado, haciéndose pasar por una pariente de “Tere”, ingresó al penal de Mujeres con la intención de tener una charla para pedir que no lo perjudicara en el juicio.
M.V.P y “Ranita” Juárez declararon en la audiencia que habían recibido llamados por parte del hijo del acusado para que trataran de no perjudicar con sus dichos a “Danum”. Carlos Fernández, otro testigo clave en el caso, sorpresivamente abandonó su ciudad para instalarse en una provincia patagónica; hasta el momento no pudo ser ubicado.
6- Golpe de realismo
“Este caso fue una cachetada para toda Monteros, una ciudad que tiene otro ritmo de vida. De pronto, se dieron cuenta de que la droga corría como agua y que varios jóvenes se habían transformado en sus esclavos”, aseguró Ferreyra Asis, defensora oficial que cumple funciones en el centro judicial de esa ciudad.
El ex fiscal Carrasco detalló que la causa tuvo un importante significado social. “Lo que parecía que ocurría en otros lugares de la provincia, sucedió en Monteros. Muchos, a través de este caso, descubrieron que en la ciudad había jóvenes presos del consumo y que las drogas se vendían en casas diseñadas para recibirlos. Fue muy fuerte”, opinó.
Las consecuencias de esa dura realidad también se ventilaron en la etapa de instrucción. “Fue muy difícil entrevistar a los testigos por los efectos de la droga que consumían. Algunos nos decían que no le preguntáramos sobre fechas precisas porque no tenían ni idea de una ubicación temporal. Y era lógico que ello sucediera, porque muchos reconocían que salían un día de sus casas y estaban una semana consumiendo, viviendo en situación de calle o en las casas de los vendedores”, agregó Carrasco.
“El crimen de Gisselle generó un gran llamado de atención a la sociedad de esa ciudad. Han pasado varios años y aún debe ser considerado como un llamado de atención para lograr que se implementen políticas públicas con el fin de que no haya más niños cautivos de este flagelo”, explicó Núñez Arévalo.
7- Culpable o víctima
Aunque aún falta para que termine el juicio, todos los indicios apuntan a Danum como uno de los autores del hecho, pero no sucedió lo mismo con Raso. Hasta aquí no se escuchó un testimonio que la ubicara con la víctima, lo que sí sucedió con “Pony”.
“Ella es inocente. También es víctima del otro acusado. Ella era una persona cautiva de las drogas y del que se las proveía. No tenía padres, estaba totalmente sola en la vida. Tiene una pariente que, en los tres años que está encerrada, sólo la vio tres veces. Espero que el tribunal tenga en cuenta esta situación”.
El médico forense Raúl Afour, que realizó la autopsia, dijo en la audiencia que la joven, antes de morir, habría recibido un golpe de puño y que después, una sola persona la ahorcó con la mano izquierda. También señaló que hizo un estudio para determinar cuál era la mano hábil de los dos, señaló que Raso era zurda. Pero al ser interrogado por el tribunal, el profesional sólo habló de supuestos, no dio ninguna certeza. “Mi defendida en esos tiempos pesaba alrededor de 40 kilos, es muy difícil que haya tenido la fuerza para reducirla”, comentó la profesional.
Pero hay una prueba contundente en contra de la imputada. En el cuerpo de Giselle se encontró un pelo que, según determinaron los estudios, pertenece a “Tere”. “Con todas las maniobras que realizó el acusado, no es descabellado que lo puso para perjudicarla”, concluyó.
El representante legal de la familia de la víctima, se mostró cauto a la hora de opinar sobre esta cuestión. “Todavía faltan escuchar testimonios y pruebas por incorporar. La posibilidad incluso de adecuar los hechos imputados está latente. Es un tema que se definirá en los próximos días”, concluyó Arévalo Núñez.