Las aguas residuales no tratadas son portadoras de bacterias intestinales, como Escherichia coli (que se utiliza como indicador de contaminación fecal del agua).
Aunque la mayoría de las cepas de esta bacteria son inofensivas y viven en los intestinos de personas y animales sanos, una cepa (llamada O157: H7) produce una poderosa toxina que causa diarrea severa y síndrome urémico hemolítico en niños pequeños y ancianos.
Además de esta bacteria, suelen existir otras sustancias muy peligrosas para la salud (como Salmonella, Shigella, Leptospira, Campylobacter jejuni y Vibrio cholerae).
Todos estos pueden causar enfermedades que van desde fiebre, debilidad, náuseas, calambres, vómitos y calambres hasta enfermedades intestinales y pulmonares graves (como diarrea, shigelosis, fiebre tifoidea, leptospirosis y cólera).
Entre muchas otras cosas que afectan la salud humana, también se pueden encontrar varios parásitos intestinales en las aguas residuales, como protozoos (por ejemplo: endoameba, cryptosporidium, gusanos del intestino grueso y Giardia lamblia), gusanos, como nematodos (gusanos redondos), anquilostomas, tricocéfalos. y huevos de tenia.
La principal forma de entrar en contacto con diversos organismos en las aguas residuales es el contacto de las manos a la boca o “vía fecal-oral”, que puede ocurrir durante la ingestión de alimentos o agua (directamente contaminados por salpicaduras, sin prestar atención a la adecuada higiene de manos o utensilios durante el tratamiento), o indirectamente a través de medios (como moscas), fumando o tocándose la cara con manos o guantes contaminados.
La inhalación de aerosoles que contienen microorganismos es menos común, pero en algunos casos puede ser una ruta de entrada importante para estos organismos.
El tráfico de vehículos produce aerosoles y una gran cantidad de salpicaduras, que pueden tocar personas, animales, ropa, etc. Y también pueden ser transportados a distancias considerables por la acción del viento.
Aunque es poco probable que estos microorganismos se absorban a través de la piel, pueden ocurrir cuando la piel ha sido previamente lesionada (cortes, raspaduras, pinchazos, quemaduras u otras lesiones).
Las membranas mucosas (en la nariz y los ojos) también proporcionan otra forma de entrada de patógenos.
Derrame en el centro de Monteros
Tras varios días de trabajo, personal de Medioambiente de la Municipalidad de Monteros logró solucionar un derrame cloacal que afectaba la zona este del casco céntrico de la ciudad.
El olor nauseabundo, causaba malestar y preocupación tanto en los vecinos de la zona como en aquellos ocasionales transeúntes.
El agua contaminada brotaba por una tapa ubicada en la vereda del canchón del ingenio y luego corría por la esquina de 9 de Julio y Silvano Bores continuando su trazado hacia el norte por el tramo de dos cuadras, para luego continúan al este por Crisóstomo Álvarez y posterior hacia el norte por avenida Avellaneda (detrás de la Terminal de Ómnibus).
Los vecinos habían mencionado que trataron de hacer sus reclamos en la SAT, pero los teléfonos no son atendidos. Una cuadrilla de empleados municipales junto al camión al desobstructor y ayer por la tarde brindaron una solución.