CRIMEN ORGANIZADO| Una investigación a fondo, liderada por la Unidad de Investigaciones Criminales y Delitos Complejos Oeste, puso fin a las andanzas de una peligrosa banda dedicada al robo y posterior desarme de vehículos. El caso detonó con el hurto de una camioneta Fiorino en Monteros.
El pasado 18 de julio, un vecino del barrio 100 Viviendas de Monteros denunció que le habían robado su camioneta, que estaba estacionada en la vereda de su casa. El vehículo apareció completamente desguazado, lo que encendió las alarmas.
El trabajo coordinado de tres equipos de investigación fue fundamental. Gracias a un minucioso seguimiento de cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas, lograron reconstruir la ruta de escape de los delincuentes. Esto permitió identificar a, al menos, tres implicados, todos con domicilio en San Miguel de Tucumán.
Allanamientos y primeras detenciones: El desarmadero al descubierto
Los primeros allanamientos se realizaron el 26 de julio, ordenados por el juez Matías Graña del Centro Judicial Monteros. En uno de los operativos, se logró la detención de un sospechoso y se secuestraron numerosas partes de la camioneta robada: puertas, ópticas, parabrisas, butacas, ruedas, volante, motor y hasta un tubo de gas. También se incautó un Fiat Duna, que era usado por los delincuentes, y varios celulares clave para la causa.
Más operativos: Un arsenal alarmante y conexiones con otros delitos
La investigación no se detuvo. El 30 de julio, por orden del juez Mario Reinaldo Velázquez, se realizaron nuevos allanamientos en la capital tucumana. El resultado fue contundente: detuvieron a otro implicado y secuestraron decenas de autopartes, herramientas para desmantelar vehículos y objetos personales que pertenecían a la camioneta robada.
Pero lo más preocupante fue el arsenal encontrado: proyectiles de distintos calibres, cartuchos sin usar, un cargador de pistola, equipos de comunicación HT, placas balísticas con certificación RENAR, una remera policial, un bastón tonfa y otras prendas que podrían vincular a los detenidos con actividades ilegales más amplias.
Además, se halló una motocicleta desarmada, lo que refuerza la hipótesis de que esta banda operaba como un verdadero desarmadero clandestino.
Este operativo representa un golpe significativo al crimen organizado dedicado al robo de vehículos en la provincia. Deja en evidencia la profesionalización de esta banda, que contaba con su propia logística, movilidad y hasta elementos policiales que podrían haber usado para evadir controles o simular autoridad.
La causa sigue en manos de la Justicia y no se descarta que aparezcan nuevos implicados o que se descubran conexiones con otros delitos similares en la provincia.