¡Qué momento se vivió en La Voz Argentina 2025! Los hermanos tucumanos Enrique y Thomas Olmos nos hicieron erizar la piel con una de las audiciones más conmovedoras de la temporada.
Con su interpretación de la icónica “Zamba a Monteros”, no solo dejaron una huella profunda en el escenario, sino que lograron que las cuatro sillas del jurado se dieran vuelta. ¡Un reconocimiento reservado solo para los talentos que tocan el alma!
Autenticidad y Pasión por la Tierra
Desde el primer acorde, los Olmos demostraron que lo suyo no era solo técnica. Transmitieron una emoción genuina, una autenticidad que venía de sus raíces y una conexión íntima con su tierra, Monteros. Llevaron un pedacito de Tucumán al corazón del país a través de la pantalla de Telefe. La puesta en escena fue simple, sin grandes artificios, pero impactante por su honestidad y la entrega total.
La reacción del jurado fue inmediata. Soledad Pastorutti fue la primera en girarse, seguida por Lali Espósito, el dúo Juliana y Ale Sergi (Miranda!), y finalmente Luck Ra, quien no pudo contener su entusiasmo y exclamó: “¡Hay que cerrar el estadio, ya está, ya está!”. Lali, con su humor característico, les advirtió: “¡Piensen bien lo que van a hacer!”, mientras el público estallaba en risas y aplausos.
Un Futuro Prometedor con el Respaldo de La Sole
Después de unos segundos de suspenso que sumaron aún más emoción al momento, los hermanos Olmos tomaron su decisión: eligieron el equipo de Soledad. Una elección que parecía predestinada, dada su clara afinidad con el folklore. La artista santafesina celebró con euforia, consciente del talento y la sensibilidad artística que tienen estos jóvenes.
Los Olmos no solo cantaron una zamba; revivieron una parte esencial de nuestro cancionero argentino y le dieron una nueva vida desde su mirada generacional. Con apenas una audición, se convirtieron en embajadores culturales de Tucumán y en una de las apuestas más fuertes de esta temporada de La Voz Argentina.
Ahora, con el respaldo de La Sole y el cariño de la gente, el desafío para Enrique y Thomas es seguir creciendo en un certamen que no solo premia la voz, sino también la historia que se cuenta con ella. El folklore, y especialmente Monteros, ¡ya tienen a quién alentar en este camino!