La historia de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Monteros se remontan a los tiempos de la fundación de San Miguel de Tucumán, en la zona de Ibatín. Las tierras donde hoy se encuentra la ciudad de Monteros fueron entregadas en forma de pago por sus servicios al Capitán Espinoza, fiel devoto de la Virgen de Rosario.
En honor a la Virgen, se construyó una modesta capilla de adobe y paja que utilizaron Espinoza y sus descendientes. En 1719 sucedió un episodio conocido como el Milagro de la Virgen; durante tres días la imagen lloró mojando sus vestiduras.
Por iniciativa del párroco, años más tarde se construyó una enorme iglesia, la cual fue demolida en 1940 debido al deterioro que había sufrido.
La actual parroquia fue finalmente inaugurada luego de casi 20 años de trabajo, el 17 de noviembre de 1962. Sus fieles celebran anualmente la Fiesta del Rosario el primer domingo de octubre.
Se encuentra ubicada sobre calle Rivadavia, frente a la plaza principal.