El soldado Ismael Maldonado fue asesinado por los guerrilleros idealistas del ERP en Tucumán en septiembre de 1975. Murió como héroe, un pueblo de Monteros lleva su nombre.
“Ismael Maldonado tenía 18 años y cumplía el Servicio Militar. En septiembre de 1975, en democracia, lo enviaron a patrullar un camino en Tucumán, donde guerrilleros del ERP, apoyados por Montoneros, lo atacaron. Murió tratando de arrastrar el cuerpo de su jefe, herido, hasta un refugio.”
Entonces en la Argentina gobernaba una Presidenta constitucional, Isabel Perón. Funcionaban plenamente las instituciones de la República. Sin embargo, un grupo de personas, que rechazaba el sistema democrático en vigencia, quería imponer a sangre y fuego una dictadura socialista, siguiendo el ejemplo de la Cuba de Fidel Castro.
Estos argentinos, entrenados y financiados precisamente por Cuba, se constituyeron en “ejército” (“Ejército Revolucionario del Pueblo”) y mediante el terror que imponían sus acciones armadas (asesinato de policías, gendarmes y militares, empresarios, trabajadores, sindicalistas, niños) desafiaban al gobierno peronista al que querían reemplazar.
Nada les importaba, entonces, los “derechos humanos”, ni la “verdad”, ni la “justicia”, ni la “aparición con vida”, porque eran los cultores de la muerte por motivos políticos.
El gobierno constitucional ya había puesto fuera de la ley en 1973 a este grupo de revolucionarios mesiánicos. Los perseguía penalmente y los combatía en las calles.
El 1° de julio de 1974, el mismo día de la muerte del Presidente Perón, los terroristas anunciaban la creación del “foco rural” en la provincia de Tucumán (Revista “Estrella Roja”, Nro. 35).
Los terroristas se instalaron en la zona pedemontana del sur de nuestra provincia, intentando imitar lo acontecido en la Sierra Maestra cubana, mientras seguían cometiendo asesinatos sin miramiento alguno en las ciudades, como el asesinato de una chiquita de tan solo tres años, Cristina Viola, en diciembre de 1974, en Barrio Sur de la capital.
En uno de los más de cien enfrentamientos que el Ejército libró en Tucumán, los “jóvenes idealistas” del ERP asesinaron en una emboscada a un soldado conscripto salteño, Ismael Maldonado.
El “otro Maldonado” fue baleado cuando acudió a la carrera a asistir a su Jefe, el Subteniente Rodolfo Berdina, quien yacía herido en un claro del monte y que luego, y como Maldonado, moriría en la acción.
Berdina y Maldonado son hoy los nombres a dos pueblos del sur tucumano, en homenaje a esos valientes argentinos que cumplieron con su deber.
Nunca se supo quien mató al “otro Maldonado”. Pero recordarlo es un acto de estricta justicia, y es impedir que nos reemplacen la historia por un relato parcializado que solo define a los terroristas asesinos como “jovenes idealistas”.