Una vez más, la denominada “Lluvia Negra” o “Nevada Tucumana”, volvió a cubrir la ciudad. Pasadas las 15, una gran cantidad de cenizas cayó sobre Monteros.
Se trata de partículas contaminantes, grandes franjas negras que caen impunemente del cielo, desarmándose a la menor presión, como consecuencia de la quema de cañaverales.
Al analizar las quemas en sí, nos damos con que hay existen intencional y controlada. Cuando se completa la cosecha manual, se quema la malhoja, una costumbre existente que es parte de la zafra, desde que la caña de azúcar es parte de la economía de Tucumán.
Sin embargo, si tenemos en cuenta que la mayoría de las cosechas ya no son manuales y que casi todas las cosechas se hacen con máquinas integradas (si tienes un terreno grande, es más rápido y económico alquilar un servicio o tener tu propia máquina), entonces tienes se puede suponer que la mayoría de los productores no son beneficiados al quemar los cañaverales antes de cosechar.
Además, cabe recordar, que la quema se encuentra prohibida previo a la cosecha con máquinas integrales.
La “Nevada Tucumana”, una actividad prohibida por Ley en la Provincia
La Ley Provincial 6.253 trata sobre la quema de caña de azúcar, y su reforma 7.459 prohíbe la quema de caña de azúcar como alternativa a la cosecha (distinta a la quema controlada).
El artículo 38 de la Ley Provincial del Medio Ambiente (Nº 6.253) prohíbe la quema.
Artículo 38.- Establece que queda prohibida la quema de vegetación (arraigada o seca) en toda la provincia para evitar la degradación del suelo y la atmósfera y provocar desequilibrios ecosistémicos.
> Qué ocasiona a nuestra salud
Según indica un artículo publicado por La Gaceta en agosto del 2018, un estudio llevado a cabo por médicos de Tucumán en referencia al tema cuestión, observó un aumento significativo en la incidencia de la mayoría de los síntomas respiratorios y oculares durante el período de cosecha.
Para ello, se estudiaron 629 niños de 10 a 11 años en dos fases asociadas a la zafra de caña de azúcar, detalla el portal de noticias capitalino.
El estudio también anotó que el 12.6 por ciento de los niños tenían antecedentes de asma, y tenían un 87 por ciento más de probabilidades de tener una función pulmonar anormal que los niños sin asma.