Entre las muchas figuras monterizas destacadas, encontramos a Pacífico Díaz, un médico argentino, que atendió personalmente al presidente Luis Sáenz Peña hasta su lecho de muerte. También, fue emisario del presidente Carlos Pellegrini durante la revolución de 1890; aparte de fundar el Departamento de Dermatología en el Cuerpo Militar.
Su historia
Nació el 2 de noviembre de 1861 en Monteros, provincia Tucumán y murió el 30 de enero de 1931 en Buenos Aires.
Para estudiar medicina en la UBA, se mudó a Buenos Aires. En el momento de la revolución de 1880, era un practicante importante, sirviendo en las batallas de Los Corrales y Puente Olivera. Recibió su doctorado en 1885 con una disertación en nutrición.
Ingresó al Cuerpo Militar de Saneamiento y, durante la Revolución de 1890, brindó un servicio excepcional en el Hospital de Sangre de la Iglesia Las Victoria.
Durante la revolución del 26 de julio de 1890 fue emisario enviado por el entonces presidente Carlos Pellegrini para negociar con el general Manuel Campos, líder del ejército insurgente.
Pacífico, se desempeñó como médico personal del presidente Luis Sáenz Peña. Fue hasta el 8 de agosto de 1914, cuando este falleció de manera acaecida.
Sus piernas fueron amputadas en 1893 debido a un accidente ferroviario. Sin agachar la cabeza ante la desgracia, con la ayuda de subsidios oficiales, viajó a Estados Unidos y Europa para recibir implantes ortopédicos, mientras se especializaba en dermatología en la Escuela de Medicina de París. Se convirtió en la autoridad nacional del departamento. Regresó a Buenos Aires en 1896.
En cuanto a la sanidad militar, fundó el Departamento de Dermatología, y en 1910 reorganizó todos los cuadros cuando era Inspector General de Sanidad.
En 1907 se incorporó como miembro fundador a la Sociedad Argentina de Dermatología, de la que fue presidente de 1917 a 1921, donde publicó numerosos intercambios científicos.
Hace unos años, era muy común en dermatología tratar la “dermatitis del pañal”, con el uso de la pomada de Pacífico Díaz. Misma, que fue compuesta por 1 g de ácido salicílico, 6 g de dermatol (subgalato de bismuto) y 30 g de lanolina-vaselina aa.
El monterizo, recomendó el uso de ácido pícrico en algunos dermatofitos, al igual que altas dosis de sulfatida y cacodilato de sodio como terapéutica. También describió reacciones paradójicas al arsénico.