SIMBOLO DE VIDA| La historia de Luciana Casmuz es un poderoso testimonio de cómo la tragedia más profunda puede convertirse en un motor de cambio. A casi once años del devastador accidente vial que le arrebató a sus dos hijos pequeños, Luciana celebra hoy la culminación de una obra vital: la construcción de una rotonda en el peligroso cruce de las rutas provinciales 306 y 323, en Santa Rosa de Leales, Tucumán. Este mismo lugar fue el escenario del siniestro que, en 2014, marcó su vida para siempre.
El 31 de agosto de 2014, Luciana vivía un día que se convertiría en su peor pesadilla. Viajaba junto a su familia con destino a las Termas de Río Hondo cuando un camión los embistió violentamente.
Según consigna Contexto Tucumán, el impacto fue devastador: la camioneta en la que se trasladaban volcó, desatando el caos y la desesperación en el lugar. La consecuencia más dolorosa e irreversible fue la pérdida de sus hijos, María Emilia, de tan solo 8 meses, y Ramiro, de 3 años.
Luciana, por su parte, logró sobrevivir, aunque con heridas graves, incluyendo un brazo destrozado en ocho partes. Sin embargo, el dolor más profundo y duradero fue el emocional.
Del Luto a la Acción: Una Lucha por la Seguridad Vial
Lejos de paralizarse por la tragedia, Luciana Casmuz transformó su inmenso dolor en una incansable acción. Apenas pudo recuperarse físicamente, emprendió una valiente cruzada: comenzó a juntar firmas incansablemente para exigir la construcción de una rotonda que garantizara la seguridad de quienes transitan por esa intersección, tristemente conocida por su peligrosidad.
“Con la partida de mis hijos ya eran 47 las personas que habían muerto en ese cruce”, explicó Luciana, revelando la magnitud de la problemática en ese punto de la red vial tucumana. Su reclamo no tardó en resonar. La comunidad, sensibilizada por su historia y consciente del riesgo, se unió con fuerza a su demanda, y finalmente, el anhelado proyecto se concretó.
La obra de la rotonda, impulsada por la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) y financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo, representa una mejora sustancial en la seguridad vial de la zona. El proyecto contempla la construcción de una glorieta de 146 metros, que permitirá un flujo de tránsito más ordenado y seguro.
Además, incluye el ensanchamiento de la calzada, la creación de dársenas para el ascenso y descenso de pasajeros, un nuevo puente y un refugio para pasajeros, elementos todos que contribuirán a la protección de conductores y peatones.
Esteban Romano, inspector de la DPV, aseguró que la intervención “mejorará notablemente la seguridad vial de una zona marcada por innumerables siniestros”, destacando la trascendencia de esta construcción para reducir la siniestralidad.
Vecinos de Santa Rosa de Leales, como Luisa Aranda y Luis Fernández, quienes fueron testigos frecuentes de accidentes en el cruce a lo largo de los años, celebran la concreción de la obra como un verdadero milagro. “Este camino es muy peligroso, sobre todo en época de zafra. La rotonda era fundamental”, afirman, aliviados.
El Legado de Luciana: “Memoria, Amor y Prevención”
Hoy, Luciana, quien ha encontrado nuevos caminos en su vida siendo instructora de yoga, maestra de Reiki y madre de un nuevo hijo, Alejo, siente que con la inauguración de esta rotonda se cierra un ciclo doloroso pero transformador. “Esta rotonda es de mis ángeles. Es memoria, amor y prevención”, dice, conmovida, aludiendo a sus hijos fallecidos.
Agradecida a cada persona que la acompañó y la ayudó en este largo proceso, Luciana reflexiona sobre su propio impulso: “Podría haberme quedado quieta, pero algo dentro mío me empujó a moverme”.
Su mensaje, hoy más que nunca, es claro y contundente: “Hay que crear conciencia. La seguridad vial depende de todos. No hay que esperar a que nos pase”.