A raíz de una semana de misiones oficiales para las autoridades, un monterizo quedó como provisorio gobernador de la provincia de Tucumán. El motivo se debe a que Osvaldo Jaldo y Sergio Mansilla, se encuentran en tierras porteñas.
La norma vigente establece que a raíz del corrimiento de cargos, este debe ser ocupado por el momento por quien se desempeña como vicepresidente primero del poder legislativo (en este caso, el monterizo Regino Amado).
En este sentido, el monterizo recibió esta mañana un reporte oficial sobre el impacto de la fuerte tormenta registrada en Tucumán este lunes.
A su vez, la dirección del poder legislativo ha cambiado de responsabilidades. En ausencia de su titular Mansilla, la segunda vicepresidente, la legisladora republicana Sandra Orquera, cuñada de Ricardo Bussi, está a cargo de la legislatura provincial.
Estas diapositivas aparecen en el medio de un “interinato” indefinidamente. Da la casualidad de que en septiembre del año pasado, luego de que el Frente Todos sufriera un revés en las elecciones a nivel nacional, Alberto Fernández llamó a Manzur y lo nombró jefe de Gabinete en lugar del actual canciller, Santiago Cafiero.
A raíz de ello, el vicegobernador Jaldo quedó al frente del poder ejecutivo. Como presidente interino de la legislatura, Amado “cedió el paso” a Mansilla, el hombre fuerte del manzurismo, como máxima autoridad de la dirección de la cámara de conducción provincial.