Se viene un nuevo capítulo de la guerra comercial entre Estados Unidos y la mayoría de sus socios comerciales, mientras el presidente Donald Trump define si prorroga -o no- una rebaja temporal de los aranceles recíprocos que anunció en abril pasado. En caso de no hacerlo, entrarían en vigencia las subas de aranceles, que en algunos casos llegarían al 50%. “Trump determinará si están negociando de buena fe”, advirtió el secretario del Tesoro, Scott Bessent.
Poco después del “Día de la Liberación” -cuando Trump reveló su esquema de aranceles para más de 180 países-, el presidente estadounidense abrió un período de negociación de 90 días que vence el próximo 9 de julio.
Ahora, consultado sobre la posibilidad de una prórroga, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, le dijo a CNBC: “Haremos lo que el presidente quiera, y él será quien determine si están negociando de buena fe”, dijo y agregó: “No voy a conceder a la gente una prórroga del 10% en la televisión nacional cuando deberían intentar llegar a la meta”.
En una entrevista con Fox News, Trump dijo el domingo que no tenía intenciones de extender el plazo, aunque siguió jugando con la incertidumbre y la imprevisibilidad: “Podría, no es gran cosa”.
“Veremos cómo nos trata el país: si son buenos, si no lo son tanto; algunos países no nos importa, simplemente les mandaremos un número alto”, dijo Trump y señaló que cerca de la fecha límite, Estados Unidos comenzará a enviar cartas a todos los países con los que no haya llegado a un acuerdo: “Felicitaciones, te permitimos comprar en Estados Unidos, vas a pagar un arancel del 25%, o del 35% o del 50% o del 10%”.
Esas cartas, con las que se notificará a los países de cuánto serán los aranceles y a qué productos afectarán, implicarán “el fin de los acuerdos comerciales”, afirmó el presidente norteamericano en la entrevista.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent. Foto: Reuters/ Elizabeth Frantz.Pero la administración Trump está bastante lejos de la meta de “90 acuerdos en 90 días” que se habían impuesto inicialmente, y el propio gobierno está empezando a bajar las expectativas. “Si podemos firmar 10 ó 12 de los 18 [acuerdos] importantes -hay otras 20 relaciones importantes-, creo que podríamos tener el comercio cerrado para el Día del Trabajo [1 de septiembre]”, le dijo Bessent la semana pasada a Fox Business. A otros “socios comerciales más pequeños, simplemente les enviaremos cartas”, detalló Bessent en CNBC.
Entre los potencialmente afectados por los nuevos aranceles están los países de la Unión Europea, al que inicialmente Trump les había impuesto aranceles de 20%, pero luego bajó al 10% universal que aplicó a la mayoría de los países. “Veremos qué podemos hacer con la Unión Europea“, manifestó Bessent, que se reunió este jueves con su par de la UE.
Otro de los países importantes que podría verse perjudicado es Japón, con el que todavía no han podido llegar a un acuerdo a pesar de que las múltiples rondas de negociación y de que fue uno de los primeros en llamar a la Casa Blanca. Bessent indicó que la política interna puede estar complicando las conversaciones.
“Japón es un gran aliado y se encuentra en una situación difícil en este momento: el 20 de julio se celebran elecciones al Senado, lo que creo que les impone muchas limitaciones internas a la hora de llegar a un acuerdo”, afirmó el secretario del Tesoro. “Así que ya veremos cómo evoluciona el acuerdo con Japón”.
China, por su parte, tiene un cronograma distinto al de los otros países. El 14 de mayo las dos principales economías del mundo habían hecho un acuerdo para rebajar por 90 días los aranceles que se habían impuesto mutuamente en plena guerra arancelaria.
AGE
Fuente: clarin.com