Más de 30 personas murieron este domingo y decenas resultaron heridas en un bombardeo ruso con misiles en el centro de Sumi, una ciudad del nordeste de Ucrania.
“Rusia golpeó el centro de la ciudad con misiles balísticos. Justo cuando había mucha gente en la calle” por el domingo de Ramos, informaron los rescatistas ucranianos en redes sociales.
Según el último balance ofrecido a las 14.00 (hora local) por el servicio de emergencias ucraniano, el ataque dejó 32 muertos -incluidos dos niños- y 84 personas heridas, entre ellas 10 menores.
Las autoridades de Sumi, fronteriza con Rusia, publicaron imágenes de cuerpos tendidos en las calles y de personas corriendo para refugiarse de los bombardeos. También difundieron fotos de vehículos en llamas y de civiles heridos.
El ataque tuvo lugar “un día en que la gente va a la iglesia: Domingo de Ramos. Sólo los malnacidos pueden hacer esto”, reaccionó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
“Sin una presión realmente fuerte, sin un apoyo adecuado a Ucrania, Rusia continuará llevando a cabo esta guerra”, declaró en un mensaje en Telegram, acusando a su homólogo ruso, Vladimir Putin, de haber “ignorado la propuesta estadounidense de un alto el fuego total e incondicional”.
Intensificación de los ataques
El bombardeo es “un ejemplo horrible de la intensificación de los ataques de Rusia mientras Ucrania aceptó una tregua”, denunció la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas.
El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, denunció a su vez en X el “criminal ataque ruso con misil” en el centro de la ciudad de Sumi. “Rusia continúa su campaña de violencia, demostrando una vez más que esta guerra existe y se prolonga solo porque así lo decide”, planteó.
Por su parte, el primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, escribió en X que “este último ataque mortal es un recordatorio brutal del continuo baño de sangre perpetrado por Putin”.
El bombardeo de este domingo, el más mortífero desde hace meses en Ucrania, invadida por Rusia en febrero de 2022, tuvo lugar dos días después del encuentro en San Petersburgo entre el emisario estadounidense Steve Witkoff y Putin.
Estados Unidos, que desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha retomado conversaciones con Rusia, propuso en marzo un alto el fuego, pero Putin no se mostró convencido y la propuesta de tregua de 30 días, aceptada por Kiev, no se concretó.
Kiev y las potencias occidentales sospechan que Rusia, cuyo ejército es más numeroso y está mejor equipado en el frente, prolonga deliberadamente las negociaciones.
Rusia ha atacado a Ucrania sin descanso en las últimas semanas a pesar de la presión de Trump para poner fin al conflicto. “Hablar nunca ha detenido los misiles balísticos y las bombas”, aseveró Zelenski en ese sentido.
A principios de abril, otro bombardeo ruso dejó 18 muertos en Krivói Rog, en el centro de Ucrania. Nueve niños murieron ese día en el ataque, que conmocionó a todo el país.
Sumi, cerca de la frontera
Sumi está cerca de la frontera y sufre una presión creciente desde que Moscú hizo retroceder a gran parte de las tropas ucranianas en la vecina región rusa de Kursk.
La ciudad, hasta ahora, ha evitado la intensidad de los combates que se han desarrollado más al sur, en la región de Donetsk. Pero Kiev advierte desde hace semanas que Moscú podría lanzar ahí una ofensiva.
Rusia reivindicó el jueves la toma de un pueblo en la región homónima, un avance poco común en esta zona del nordeste de Ucrania de donde sus tropas tuvieron que retirarse en la primavera de 2022.
El comandante de las fuerzas armadas ucranianas, Oleksandr Sirski, afirmó el miércoles que los rusos habían comenzado “hace algunos días” ofensivas en las regiones de Sumi y Járkov, también en el nordeste, para crear “zonas de amortiguamiento” y así evitar nuevas incursiones ucranianas.
Fuente: pagina12.com.ar