Desde Lima
Salvada por el Congreso de acusaciones por medio centenar de muertes en las protestas antigubernamentales y cargos de corrupción, ahora las vanidades y mentiras de la presidenta Dina Boluarte la han vuelto a poner en graves problemas. Una intervención quirúrgica estética que en un principio ocultó y después pretendió negar, que la apartó de sus funciones sin cumplir con comunicar esta situación al Congreso, abre una posible imputación por abandono del cargo y omisión de funciones. El médico que la operó ha desmontado las mentiras de Boluarte para negar la intervención estética.
Boluarte se ha esforzado por cerca de dos años por ocultar sus operaciones estéticas. Fue operada el 28 de junio de 2023, pero se comenzó a hablar del asunto en mayo de 2024 cuando el semanario “Hildebrandt en sus Trece” denunció que una operación estética a la nariz habría dejado fuera de sus funciones a la presidenciales por varios días, sin que la mandataria cumpliera con comunicarlo al Congreso. Recién varios meses después, Boluarte aceptó que había pasado por el quirófano. Lo hizo luego que en diciembre de 2024 quien al momento de la operación era su jefe del gabinete ministerial, Alberto Otárola, ahora distanciado de la presidenta, confirmó la operación en una declaración ante una comisión del Congreso. Boluarte no tuvo otra alternativa que admitir la operación, pero negó que fuera estética y que haya implicado un abandono temporal de sus funciones presidenciales. Señaló que se operó la nariz por razones médicas. “Lo necesitaba por funcionalidad respiratoria”, aseguró, y añadió que la intervención quirúrgica “no me generó ningún tipo de incapacidad o impedimento para ejercer mis funciones como presidenta”. Trató de sonar enfática, pero no convenció. Su rostro, puesto bajo escrutinio en comparaciones fotográficas, no podía guardar el secreto de los arreglos estéticos negados.
La investigación
La Fiscalía abrió una investigación por supuesto abandono del cargo y omisión de funciones por parte de la presidenta durante la operación y los días siguientes de convalecencia. La investigación también se enfocó en un supuesto pagó de la operación con el nombramiento como directora de la seguridad social de una allegada al médico que la operó y dueño de la clínica donde se hizo la intervención, Mario Cabani. Esa denuncia la había hecho quien en el momento de la intervención quirúrgica era asistenta personal de Boluarte, ahora también distanciada de la jefa de Estado.
Un juez liberó al doctor Cabani del secreto profesional para que pueda declarar sobre la operación a la presidenta. Y lo ha hecho ante la Fiscalía, y los medios. Su testimonio ha sido lapidario para Boluarte. Ha revelado que le hizo varias intervenciones quirúrgicas simultáneas a Boluarte, todas estéticas excepto una a la nariz para ayudarla a respirar mejor. Esta última es la única que hasta ahora ha reconocido la presidenta. Además de la septoplastia a la nariz para mejorar la respiración, a Boluarte se le hizo ese día una rinoplastia estética, se le operaron los parpados inferiores, se le pusieron hilos para tensar el rostro y se le rellenaron con grasa los surcos en la cara. Boluarte ha negado estas operaciones ahora confirmadas por su médico.
Pero la gravedad de la mentira descubierta -algo reiterado en el caso de Boluarte- no es lo único que ha puesto en problemas a la mandataria. Para escapar a la acusación de que por estas operaciones dejó acéfala la presidencia al no informar al Congreso que estaría temporalmente imposibilitada de ejercer el cargo para ser reemplazada por esas horas, o días, -como no hay vicepresidente es el titular del Congreso quien asume la presidencia en caso Boluarte este impedida de hacerlo-, la mandataria aseguró que en ningún momento estuvo totalmente dormida por la anestesia y que todo el tiempo estuvo al mando del gobierno. “Fue como una curación a una muela”, dijo Boluarte en la Fiscalía que la investiga, para respaldar esa afirmación. El médico que la operó la ha desmentido. “De ninguna manera es como una curación a una muela”, ha dicho el doctor Cabani. El cirujano ha asegurado que la presidenta estuvo totalmente anestesiada y se quedó dos días en la clínica para su recuperación, algo que Boluarte también había negado.
Decretos
Para sustentar la afirmación que la presidenta siempre estuvo al frente del gobierno, el Ejecutivo ha mostrado decretos supremos firmados por Boluarte en esos días. Sin embargo, las declaraciones del médico Cabani ponen en duda la veracidad de la firma de la presidenta en al menos dos decretos supremos dados el 29 de junio, que en esos documentos se afirma fueron firmados por la mandataria en “la Casa de Gobierno”. Cabani ha revelado que ese día, el siguiente a las operaciones, la presidenta estaba en cama en la clínica, apenas podía moverse y tenía los dos ojos tapados con gasas, lo que le impedía ver.
El cirujano ha confirmado la versión que Boluarte no pagó por las operaciones, pero niega que él haya cobrado colocando a una allegada suya en la jefatura de la seguridad social. Según su versión, se había acordado con Boluarte un monto a pagar, pero se retiró sin cumplir con hacerlo. Recién hace unos días, en medio del escándalo por este caso, Boluarte le mandó 4500 dólares a la clínica como pago por las operaciones. Cabani también ha confirmado que la presidenta se robó su historia clínica, ha dicho que se la pidió para verla y luego se marchó de la clínica sin devolverla.
La investigación fiscal por abandono del cargo y omisión de actos funcionales continúa. En el Congreso se habla de presentar una acusación constitucional por estos cargos, pero hasta ahora Boluarte ha tenido la protección de la mayoría parlamentaria, encabezada por el fujimorismo, que ha bloqueado otras acusaciones, por corrupción y por 49 muertes en las protestas sociales.
Fuente: pagina12.com.ar