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A 4 años del crimen de Brenda Rojas: dos balazos, dos armas distintas y un asesino que todavía no tiene nombre

El homicidio de la adolescente conmocionó a Pehuajó el 25 de mayo de 2020. Ese día su novio, convencido de que lo engañaba, la baleó a ella, mató a su hermano y se mató. La causa, sin embargo, sigue abierta porque hay indicios de un posible segundo tirador.

10 de mayo 2024, 05:40hs

Brenda Rojas fue asesinada de dos disparos en Pehuajó. (Foto: gentileza María Luz Lacoste).

Brenda Rojas fue asesinada de dos disparos en Pehuajó. (Foto: gentileza María Luz Lacoste).

La rivalidad entre Boris y Felipe Lulich y un supuesto engaño desataron el lunes 25 de mayo de 2020 una lluvia de balas en una casa de la ciudad de Pehuajó. En la línea de fuego aquella madrugada quedó también atrapada Brenda Aylén Rojas, la novia del menor de los hermanos, a quien encontraron muerta con dos disparos en la espalda.

La causa fue caratulada en principio como “doble homicidio agravado seguido de suicidio” pero con el avance de la investigación creció la sospecha de un segundo tirador. Sin embargo, por una serie de irregularidades, todavía no pudieron ponerle nombre y apellido.

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El dato que sostiene esta hipótesis es que uno de los proyectiles que impactó en el cuerpo de Brenda coincide con el arma que usó su pareja, Boris Lulich, para atacarla, pero el otro no. Para el abogado querellante, Fernando López García, el autor del segundo disparo mortal podría haber sido un policía que, al llegar al lugar y escuchar una detonación, repelió la agresión pensando que le disparaban a él.

“La causa ha avanzado a cuentagotas”, dijo a TN el letrado, a días de cumplirse el cuarto aniversario del hecho. Y apuntó: “Hemos tenido una serie de trabas, de vueltas, como si alguien estuviera intentando ocultar algo. Eso se huele en el expediente”.

Brenda Rojas y los hermanos Boris y Felipe Lulich. (Foto: Facebook).

Celos que matan

Todo ocurrió en la propiedad que los Lulich tenían sobre la calle Cambaceres al 300, un terreno que estaba dividido en tres: en la primera casa vivía el padre de los hermanos, en la segunda Boris y en la tercera Felipe. El domingo a la noche, en la víspera del feriado patrio, la familia se reunió a comer un asado y unas horas más tarde el lugar se convirtió en la escena de un crimen.

Cerca de la medianoche, cuando ya todos habían terminado de cenar, Brenda se fue de la casa de su suegro y Boris la siguió un rato más tarde, alrededor de las 0.45. Lo que el joven no esperaba, al empezar a recorrer los pocos metros de distancia que había hasta su propia casa, era pasar por la de su hermano y ver a su novia con él adentro.

Al parecer, Felipe había invitado a su cuñada a tomar unos mates mientras esperaba a que volviera su novio pero Boris, un efectivo de la Policía Científica local que en ese momento tenía 29 años, malinterpretó la situación y en medio de un ataque de celos desenfundó su arma reglamentaria y abrió fuego contra los dos.

Boris Lulich era perito de la Policía Científica de Pehuajó. (Foto: gentileza LT9).

La secuencia criminal

Felipe atinó a armarse con una escopeta pero fue asesinado por su hermano sin llegar a disparar para defenderse. “Lo mató en el baño, en una habitación de 4×4″, describió el abogado López García. Mientras tanto, sumó, Brenda llamó al 911 con su celular y trató de escapar de un destino trágico, pero no lo consiguió.

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“Ella alcanza a pasar una pierna a través de la ventana y es ahí cuando recibe un primer disparo y cae hacia el lado de afuera”, detalló el querellante. Ese proyectil es el que queda alojado en la espalda de la víctima y, de acuerdo a las pericias balísticas, corresponde al arma de Boris Lulich. Pero no fue el único. Otro balazo atravesó su cuerpo y es ese, a cuatro años del hecho, el elemento que podría llevar al cierre definitivo de la causa o su elevación a juicio.

Es que Boris Lulich, después de completar su venganza criminal, se pegó un tiro en la cabeza y murió a los pocos minutos de haber ingresado al hospital municipal de Pehuajó, imposibilitando cualquier acción penal en su contra.

“Hacía un mes y medio que Brenda salía con Boris cuando pasó esto”, contó a este medio la mamá de la joven, María Luz Lacoste. “Ella al principio estaba contenta, nunca me dijo que él ya la había golpeado en una oportunidad”, agregó la mujer, que vive en Mar del Plata y no llegó a conocer personalmente a la pareja de su hija.

Lo supo recién después del crimen, así como también se enteró entonces de la mala relación que mantenían los hermanos Lulich. “Boris y Felipe se llevaban muy mal, siempre peleaban y andaban a los tiros en su casa matando animales”, afirmó a TN.

De acuerdo a la causa, aquella noche fatídica se secuestraron tres armas en el lugar: la pistola 9 milímetros de Boris -con una bala en la recámara y seis cartuchos en el cargador-, la escopeta calibre 12 que tenía una de las víctimas en el baño y el arma reglamentaria del policía que llegó a la escena y disparó pensando que le tiraban a él.

Brenda Rojas fue asesinada en Pehuajó. (Foto: gentileza María Luz Lacoste)

Las irregularidades y el cabo suelto

“El caso sigue en la etapa de instrucción con pericias contrapuestas”, explicó el abogado López García. “Primero dijeron que Boris la había matado (a Brenda) de dos disparos, después otra pericia arrojó que mi hija recibió dos tiros de dos armas diferentes”, añadió Lacoste en el mismo sentido, y remarcó: “Hoy tengo más dudas que al principio, yo sólo busco saber la verdad”.

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“La causa trasitó por períodos complejos”, empezó a explicar el querellante en relación al paso del tiempo y la falta de avances. Y siguió: “La fiscalía debería haber hecho intervenir a otra fuerza de seguridad, porque Boris formaba parte de la Policía Científica”. A partir de ahí, como si fuera un efecto dominó, se sucedieron distintas irregularidades que no hicieron más que dificultar, todavía más, el esclarecimiento del caso.

“Extrañamente se pierden las fotos de la autopsia, no se encuentra el plomo que atraviesa el cuerpo de Brenda y que hubiera permitido determinar de qué arma salió y el titular de la Policía Científica ordenó resetear todas las computadoras”, enumeró López García.

Y completó: “Hubo un perito que confundió un orificio de entrada con uno de salida, un fiscal que no ha cumplido bien su rol…existió una mala praxis judicial, porque los funcionarios tienen que tener una responsabilidad”.

Con este escenario, establecer si el segundo disparo que recibió Brenda Rojas pertenece a personal policial o no es clave para el futuro de la causa. “Los dos disparos le pueden haber causado la muerte”, explicó el letrado, pero sólo uno de los dos autores materiales podría ser juzgado.

Por otro lado, la familia de la víctima pidió exhumar el cuerpo. “No podemos saber hoy con certeza si Brenda recibió dos o 10 disparos, y la familia necesita saber qué pasó realmente para poder hacer el duelo”, concluyó López García.

Brenda tenía 19 años y una hija de dos cuando la asesinaron. (Foto: gentileza María Luz Lacoste).

El drama después del horror

“Me cuesta seguir y fingir delante de mis otros hijos que soy fuerte cuando mi alma sangra por dentro”, lamentó sobre el cierre de la entrevista con TN María Luz Lacoste, sobre el drástico vuelco que dio su vida el día que mataron a su hija.

Al momento del crimen, Brenda era madre de una nena de dos años, fruto de una pareja anterior, que al principio quedó a cargo de su abuela. Pero la tragedia sólo trajo más drama para su familia. “Yo crié a mi nietita y ahora la Justicia le dio la tenencia al padre, la nena me pide llorando volver conmigo”, expresó angustiada.

El 30 de marzo Brenda hubiera cumplido 23 años. “Yo me fui con mi hija el mismo día, me duele vivir”, concluyó Lacoste.

Fuente: tn.com.ar

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