El ministro de Seguridad de Entre Ríos, Néstor Roncaglia, manifestó su enojo y preocupación por el aumento de vuelos ilegales que transportan cocaína desde Bolivia hacia campos argentinos. Cada aeronave lleva entre 300 y 400 kilos de droga, violando la soberanía del espacio aéreo nacional.
“Nos llenan de cocaína y violan nuestra soberanía”, expresó con contundencia el ministro de Seguridad y Justicia de Entre Ríos, Néstor Roncaglia, quien asegura estar “enojado” y “preocupado” por la creciente frecuencia de vuelos ilegales de aviones con cocaína que descargan su mercancía en campos argentinos.
La mayoría de estos vuelos pasan sobre Entre Ríos y descienden en la provincia de Buenos Aires, mientras que otros se desvían hacia Uruguay. Cada avión suele transportar entre 300 y 400 kilos de esta droga, en operaciones que constituyen delitos federales ya que las provincias no tienen jurisdicción sobre el espacio aéreo.
Este año se registraron varios casos significativos. En enero, fueron secuestrados 359 kilos de cocaína de un avión que aterrizó en un campo del departamento Islas del Ibicuy, Entre Ríos. El piloto era brasileño y lo acompañaba una mujer de nacionalidad boliviana.
“Este secuestro de drogas ilegales equivale a más de cuatro millones de dosis de cocaína que en Argentina tienen un valor aproximado de 2.200.000 dólares y en Europa esta misma cantidad de drogas equivale a unos 14.000.000 de euros”, precisó en su momento Roncaglia, ex jefe de la Policía Federal Argentina.
Esa aeronave había despegado de Bolivia con la carga narco y habría aterrizado de manera forzosa porque falló un cálculo clave: se quedó sin combustible.
En marzo, encontraron otro avión abandonado en un campo de soja en la localidad de San Gustavo, departamento La Paz, también con matrícula boliviana. En este caso, la cocaína ya había sido descargada, pero los perros rastreadores marcaron olores de esta sustancia en la aeronave.
El caso más reciente ocurrió en Salta, donde un avión de matrícula boliviana se estrelló en Rosario de la Frontera con 130 kilos de cocaína.
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Así cayó un avión narco en Salta: llevaba 130 kilos de cocaína
Según un estudio de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar), en 2017 había 200 mil personas que consumían periódicamente cocaína en el país y el mercado interno absorbía entre 12 y 14 toneladas por año.
Los especialistas señalan que en 2025 las lluvias de verano y el desborde del Río Bermejo entorpecieron la logística del contrabando por tierra, lo que podría explicar el aumento del tráfico aéreo.
El millonario negocio se reparte entre productores bolivianos y peruanos, carteles brasileños -con el Primer Comando da Capital (PCC) a la cabeza-, el uruguayo Sebastián Marset -sobre el que la DEA estableció una recompensa de dos millones de dólares- y organizaciones internacionales como la Ndrangheta calabresa o la mafia albanesa.
La ruta narco es clara: parten de Bolivia, a veces hacen escala en Paraguay y descargan la droga en campos de Entre Ríos, Santa Fe o Buenos Aires. Algunos vuelos continúan hacia Uruguay.
Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación apuntan a un control en crecimiento del Primer Comando da Capital (PCC) brasileño, que ya tiene fuerte presencia en Paraguay a través de grupos como Bala Na Caca.
El año pasado, las fuerzas federales (Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria, Gendarmería y Prefectura) secuestraron casi 12 toneladas de cocaína.
Más allá de lo que queda para el consumo local, los grandes carteles como la mafia calabresa (Ndrangheta) o albanesa se nutren de grandes cargamentos que parten a Europa en buques de carga contaminados, contratando grupos locales para la logística.
Un ejemplo fue el buque Ceci, donde a fines de abril de este año se encontró media tonelada de cocaína que había sido subida desde una lancha rápida frente al puerto de Montevideo, con destino a Holanda.
La situación marca una escalada preocupante: mientras hace unos años los decomisos en la frontera boliviana-argentina se contaban por kilos y gramos, ahora con frecuencia se habla de toneladas.
Con información de Virginia Messi
EMJ
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