Susana Reyes tiene un altar. Hay un cuadro que alguien pintó y algunas fotos de Cecilia Gisela Basaldúa (35), su hija. “Le hablo, la nombro. Todo el tiempo está conmigo”, confió a Clarín mientras se preparaba para viajar desde Núñez hasta Córdoba, a cuatro años de la misteriosa muerte de Cecilia.
La víctima se había dedicado a viajar por Latinoamérica, a escribir un libro y a recorrer otras culturas. Para fines de 2019 decidió regresar a Buenos Aires para visitar a su familia, pasar las fiestas y volver a partir.
De pronto, la pandemia de COVID-19 sorprendió al mundo y ella, que estaba acostumbrada a vivir en movimiento, decidió irse a Córdoba, a Capilla del Monte, para dedicarse a escribir.
Con los campings, los hoteles y los alojamientos turísticos cerrados, la mujer se fue cambiando de lugar hasta que terminó en una casa, la de un hombre que sería el último en verla con vida.
Cecilia desapareció el 5 abril. La búsqueda, atravesada por las restricciones para circular, fue desesperada. Hubo rastrillajes y operativos con perros y helicópteros en toda la ciudad. Vecinos, baqueanos y otros viajeros colaboraron con la familia para dar con ella.
La investigación quedó en manos de la fiscal Paula Kelm, cuestionada por la familia de Cecilia y desacreditada por la Justicia.
Es que en julio de 2022 la causa llegó a juicio. Había un único imputado al que la familia Basaldúa defendió: “En el juicio se vio claramente que no tenía nada que ver, era lo que se dice un perejil“.
Una de ellas, la que la familia de Cecilia insiste en investigar, señala a Mario Gabriel Mainardi, un rosarino de 47 años que hospedó a Cecilia en su casa hasta que desapareció.
Desde ese fallo, la causa sigue prácticamente paralizada y sin fiscal.
“Nosotros nos habíamos reunido con el fiscal general de Córdoba en noviembre, nos dijo que habían nombrado al fiscal nuevo, que faltaba la designación y que se haría en febrero. Pero no firmaron”, contó a Clarín Daniel Basaldúa (67), el papá de Cecilia.
A casi un año de esa decisión, asignaron a un nuevo fiscal, de la Fiscalía de Cruz del Eje, pero se jubiló y todavía no han designado nuevas autoridades. Es por este motivo que la causa está prácticamente paralizada, a excepción de algunas pericias firmadas por fiscales subrogantes pero sin un rumbo fijo.
“La maniobra es un poco para dilatar la investigación, creemos nosotros. Hubo muchas personas involucradas en el crimen y en el encubrimiento, incluso la Policía”, especula Daniel.
Reyes (67) pidió a los vecinos de Capilla del Monte que declaren: “No tengan miedo, por favor. Los que sepan algo del caso de Cecilia, tenemos que llegar a los culpables, para que no pase más, para que estén tras las rejas. Está la droga, está la trata, tienen que hablar y perder el miedo, porque el miedo los paraliza. Ellos son los que tienen que tener miedo, porque están actuando mal. Les pido que por favor que hablen, habrá protección, habrá recompensa para los que hablen”.
“Fue todo muy duro, para nosotros es como escalar el Everest todo esto, es cada vez más complicado. Lo peor que nos podía pasar ya lo pasamos, que es no tener a Cecilia, no tenemos más a mi hija. Logramos que no metan preso a un inocente, ahora lo que buscamos es que investiguen a Mainardi, a Vivi ‘La Rasta’, que es quien lleva a Cecilia a ese lugar. Y a los policías involucrados”, repasa el papá de la víctima.
Susana es religiosa y organizó una misa para homeajear a su hija en el aniversario de su desaparición. “Este día me encuentra, como siempre con la esperanza, con la fuerza que me da la gente, la familia, buscando la verdad. Queremos pedirle a la gente que no tenga miedo, que hable porqu esto le puede pasar a cualquiera”, se esperanzó.
Y cerró: “Algún día voy a saber qué pasó con Cecilia. Sí que voy a saber. Algún día voy a saber. Estoy convencida de eso”.
EMJ
Fuente: clarin.com