Según informa Página 12, las denunciantes revelaron detalles de las acciones llevadas a cabo por el acusado para espiarlas. Una de las víctimas era pareja de Robles, mientras que las demás eran conocidas o amigas de ambos. El acusado utilizaba como estrategia no cobrarles a las mujeres por reparar sus computadoras o celulares.
La asimetría de poder derivada del género, la edad y la confianza basada en la reputación pública del acusado por su trabajo en el Centro de Monitoreo local fueron considerados por la querella y el juez Velázquez al dictar la sentencia. El juez impuso una serie de medidas al acusado, de acuerdo a lo convenido en el juicio abreviado.
Estas medidas incluyen permanecer a disposición del tribunal, comparecer mensualmente, prohibición de acercamiento a las víctimas y sus domicilios, realizar un curso sobre masculinidades y género, abstenerse de consumir alcohol o estupefacientes en exceso, realizar un tratamiento psicológico, reparar económicamente a las víctimas y donar los equipos de computación recuperados a una institución de ayuda a mujeres víctimas de violencia de género.
Además, se impide al acusado prestar servicios en cualquier área informática del Estado. A solicitud de las víctimas, el juez también instó al Ministerio Público Fiscal a coordinar capacitaciones en género en las comisarías de Famaillá, ya que inicialmente se negaron a tomar las denuncias sin la presentación de los videos íntimos grabados o robados por el técnico.
En caso de que Robles incumpla alguna de las órdenes impuestas por el juez, la pena se convertirá en cumplimiento efectivo. La abogada Soledad Deza explicó que la conducta delictiva de Robles salió a la luz en septiembre de 2021 cuando su entonces novia comenzó a sospechar de ciertas situaciones.
Tras revisar su computadora, descubrió videos que mostraban la vida diaria de varias chicas, incluyendo a personas que ella conocía y que claramente no sabían que estaban siendo grabadas.
La joven decidió cortar la relación una vez que tuvo suficientes pruebas y, a pesar de las dudas iniciales por posibles repercusiones, decidió denunciar al acusado con el apoyo de sus amigas, quienes también fueron víctimas de Robles. El acusado intentó chantajearla emocionalmente, llegando incluso a amenazar con suicidarse. Según su exnovia, Robles nunca reconoció la gravedad de sus acciones.