Baby Etchecopar reaccionó este viernes a los últimos mensajes críticos e intimidantes de Javier Milei y sus militantes contra los periodistas. El conductor de TV habló de “intentos de censura” y se dirigió al Presidente: “Si me matás, te suicidás”.
“Según parece, al Presidente o al gobierno de Milei le molestamos algunos periodistas y están pidiendo nuestras cabezas y nos están queriendo censurar“, comenzó Etchecopar, en un video que difundió en las redes sociales.
“Me resisto a creer que es verdad, no puedo creer que es verdad, no puedo creer que después de tantos años de democracia no se haya entendido nada”, agregó el periodista.
Luego habló sobre Daniel Parisini, más conocido como “Gordo Dan” en las redes sociales. Sobre él, sostuvo: “Simplemente que el rumor, sólo el rumor, que un chico que se llama Dan, que es tuitero diga ‘Javier pone preso a Baby‘ o ‘pone preso a [Gabriel] Levinas‘ o ‘pone preso a [Luis] Novaresio‘… La sola idea de que en democracia no se pueda opinar en contra porque se busca la cárcel para el periodismo, es irrisorio, es ridículo”.
Aludía en ese momento a una campaña impulsada por algunos trolls del Gobierno en X y apoyada por el Gordo Dan, para meter presos a periodistas por decreto.
Baby Etchecopar cuestionó los embates del Presidente contra la prensa.Etchecopar concluyó con una frase lapidaria. “Lo único que puedo decir es una frase de un escritor muy conocido, decírsela al gobierno de Javier Milei, que voté: ‘Soy periodista, si me matás, te suicidás’”.
Los periodistas son uno de los blancos elegidos por Milei para sus ataques en redes sociales. En la última arremetida, Milei volvió a encender la polémica el jueves al afirmar: “No odiamos lo suficiente a los periodistas”. Lo hizo para desmentir una información que había dicho el panelista Javier Brancatelli sobre la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, en su visita a Roma, pero a lo largo de la semana utilizó la misma fórmula para cruzar a periodistas de prensa escrita y audiovisual.
A esa ola se sumó el Gordo Dan, junto con otros usuarios trolls afines al Gobierno y a La Libertad Avanza.
“¿Javo podés meter en cana a algún periodista por decreto como hizo Alfonsín por favor?”, le escribió Parisini.
Javier Milei con el Gordo Dan, en el programa de streaming del jefe de los trolls.El influencer se refería a un decreto del expresidente radical, que en 1985 ordenó la detención de 12 personas por presuntas vinculaciones con un “complot golpista”. Entre la lista de detenidos se encontraban el general retirado Guillermo Suárez Mason, los periodistas Jorge Vago y Daniel Horacio Rodríguez y Rosendo Fraga, analista político.
Al Gordo Dan le respondió Gabriel Levinas, excolumnista de Jorge Lanata. “Nunca fue periodista el detenido por decreto, era un analista político a quien se lo vinculó con un golpe de estado, hijo de un militar, Rosendo Fraga”, le escribió Levinas.
Parisini redobló la apuesta y respondió con otro pedido al Presidente: “Javo ¿podés meter en cana a Gabriel Levinas?”.
Crece la preocupación en el periodismo por los ataques de los funcionarios y tuiteros oficialistas
Tal como informara Clarín la semana pasada, el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) alertó por 179 agresiones contra la prensa en 2024, un 53% de crecimiento en relación con el año anterior. La segunda peor marca desde que se realiza el relevamiento, solo superada en 2013, durante el gobierno de Cristina Kirchner.
Los datos fueron presentados el pasado lunes en el informe anual de Libertad de Expresión de FOPEA, titulado “El asedio al periodismo debilita la democracia”.
“Sólo el Presidente concentra 56 episodios en el último año y 11 más algunos de sus funcionarios”, advirtió Fernando Stanich, que analizó los datos de la Comisión de Monitoreo de Libertad de Expresión de FOPEA.
Dos semanas antes, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) también se pronunció respecto de la relación entre el Gobierno y la prensa.
“Como ADEPA ha reiterado, el Presidente está en todo su derecho de refutar informaciones, cuestionar opiniones y replicar críticas. Pero hacerlo desde la agresión, la estigmatización y el señalamiento de intereses espurios frente a quien no se alinea sin matices a la visión oficial puede ser intimidatorio. También degrada el debate público, al cuestionar a los emisores por sobre los hechos y las opiniones”, sostuvieron desde esa entidad.
AGE
Fuente: clarin.com