El departamento es antiguo, pero no en el mejor sentido de la palabra. Si se pusiera a la venta, los operadores inmobiliarios dirían que es de época. Amplio, con techos altos, en un edificio sin gimnasio ni amenities, luce, más bien, descuidado, con muebles que no llamarían la atención de ningún decorador. Tampoco se ubica en el corazón de Recoleta, como el piso en el que Cristina vivía antes de que la tormenta judicial arreciara contra ella, y la Cámara de Casación Penal confirmara los seis años de prisión por administración fraudulenta en perjuicio del Estado.
Después del intento de magnicidio, y para estar más cerca de su hija, Florencia, Cristina se mudó a San José y Humberto Primo, un departamento que en su momento la sociedad Los Sauces pagó 370 mil dólares, en el barrio de San Cristóbal, a pocas cuadras de la estación de trenes de Constitución. Se trata de una de las zonas más desprotegidas de la Ciudad, aunque sus nuevos vecinos suelen decirle a Mariano Cabral, su secretario, que ahora se sienten más seguros porque ven muchos policías y patrulleros que van y vienen las 24 horas. Cuentan que la líder del PJ bajó alguna vez al supermercado chino, rodeada de los policías de civil que la custodian, y agradeció el buen trato que tienen con ella.
Carteles de Cristina Kirchner 2025, en Avenida Figueroa Alcorta Facultad de Derecho. Cristina 2025 Foto Enrique García MedinaLos dirigentes que la quieren han comenzado a preguntarse si será esa la propiedad que elegiría la ex presidenta para el caso de que la Corte Suprema confirme la condena a la cárcel y sus abogados pidan la prisión domiciliaria por la edad. Cristina cumplió 72 el 19 de febrero. La beneficia la ley 26.472. No parecería el lugar apropiado para quien, según dos instancias judiciales, se apropió de millones de dólares a costa de un impresionante circuito para estafar al Estado que se inició con su marido, Néstor Kirchner, y continuó en sus mandatos. Un hombre del Conurbano que conoce el departamento y nunca pierde el humor negro, dice: “Si robó tanto para terminar así…”.
Aunque en el entorno de la presidenta del PJ se mueven bajo estricto hermetismo sobre esta cuestión en particular, ya hay personas que están haciendo una búsqueda de casas y quintas para ponerle a disposición. Cristina, en principio, desestimaría vivir en un lugar con características similares al que eligió Carlos Menem -la quinta de Carlos Gostanian en Don Torcuato- durante sus 167 días con prisión preventiva. Pero hay quienes insisten con aconsejarle que piense en un lugar cómodo y alejado. El Conurbano, más precisamente algún distrito de los diecinueve que componen la Tercera Sección Electoral, donde aspira a ser candidata el 7 de septiembre. Otros afirman que sería más adecuado que volviera al Sur, lejos de los periodistas y de las pasiones políticas.
Pero, ¿qué tanto se habla del fallo de la Corte en el peronismo? En los últimos días, muchísimo. El rumor de un inminente pronunciamiento por parte de los jueces del máximo Tribunal encendió las alarmas en el partido y no solo en él: en distintos ambientes del establishment el tema se aborda con mucho interés. Pasaron casi dieciocho años de las primeras denuncias. Desde entonces, la Justicia accedió a cientos de expedientes administrativos, presupuestos, órdenes de pago y papeles clave para comprobar el movimiento delictivo que se hacían con los fondos públicos. La hora de la verdad, llegó.
Cristina eclipsó la agenda el lunes, cuando en una entrevista en C5N reveló que se presentará como legisladora a las elecciones de septiembre en la provincia de Buenos Aires. Ni cuando fue ungida como postulante a la presidencia, en 2007, ni cuando encaró la reelección en 2011 ni cuando decidió presentarse por la senaduría en 2017 lo anunció con tanta anticipación. Es fácil suponer que tenía, cuanto menos, alguna sospecha de que la Corte podría pronunciarse pronto y quiso meter presión. El mito de la proscripción podría agigantarse si fuera condenada.
En el universo que la rodea están divididos. Un sector elucubra que, por aversión al cristinismo, hay periodistas que intiman a Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti para que se expidan antes del 19 de julio (el día que se oficializan las candidaturas en territorio bonaerense) y, otro grupo, supone que la prensa no hace más que reflejar la información que recopila de los propios despachos de los magistrados o de sus asesores.
La cuestión se abordó, aunque no de lleno, en una cumbre del jueves entrada la noche en San Telmo, con una picada de por medio, en un local que maneja el senador Mariano Recalde, uno de los más activos en el operativo de que a su referente no le falte nada ni ahora ni cuando se produzca el fallo. Estaban, además de Recalde y Cristina, el diputado Máximo Kirchner, el senador Eduardo de Pedro y los intendentes Mayra Mendoza (Quilmes), Federico Otermín (Lomas de Zamora), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Ariel Sujarchuk (Escobar) y Gastón Granados (Ezeiza). La excusa había sido otra; la jefa venía de reunirse, durante dos horas, con Axel Kicillof. Llevaban más de seis meses sin hablarse.
Cristina y su discípulo rebelde acordaron ir juntos a las elecciones. Es decir, intercalar nombres en la boleta sábana. Hubo reproches: él exigió que los camporistas dejen de boicotearlo en la Legislatura y ella le recriminó haberse cortado solo para desdoblar los comicios. Los dos se fueron con la sensación de que algo habían ganado y algo habían cedido. La relación entre ellos sigue quebrada. “No hay unidad, hay lista única, que no es lo mismo”, resumió uno de los asistentes a la cita de San Telmo.
Cara de pocos amigos. Mayra Mendoza le hace sentir la indiferencia a su gobernador, Axel Kicillof.Durante la reunión, Cristina se cuidó de criticar a Kicillof y contó que con el gobernador se habían puesto de acuerdo en armar una mesa para discutir nombres para septiembre y para la contienda nacional de octubre. La posibilidad de un fallo judicial que modifique todo sobrevoló la charla. Uno de los testigos se animó a preguntar: “¿Se sabe algo de la Corte?”. Cristina se hizo la desentendida. Recién al rato, como al pasar, señaló: “Todos los planes y las cosas que podemos pensar se pueden alterar si la Corte no quiere”.
La sensación que existe en el peronismo es inocultable: “Ella sabe que va a ir presa. Todos lo intuimos”. Un kirchnerista de relevancia que no participó de aquella cumbre dice haberlo hablado hace un tiempo. “Antes lo negaba, pero ahora nos da a entender que la sentencia saldrá pronto”.
El temblor ya se siente. ¿Qué actitud tomaría el partido si su conductora no pudiera presentarse en septiembre? En La Cámpora se preparan para movilizarse. Uno de sus integrantes dice que seguirán el camino de Lula en Brasil. “No sueñen con que se retire. De la prisión a la presidencia puede haber un paso”, exageran.
Un fallo adverso para la ex presidenta no sería la mejor noticia para el Gobierno. Así lo interpretan Karina Milei y Santiago Caputo. Nunca fueron de la idea de que sean los jueces los que la aparten del camino. “Queremos ganarle con los votos”, coinciden. Su lanzamiento en la tercera sección provocó distintas reuniones en la Casa Rosada. Al cabo, primó la idea de hacerle beber de su propia medicina: por ahora no se oficializará ningún postulante. Podrían aguardar al final del plazo legal.
El armador libertario en la Provincia, Sebastián Pareja, acudió en varias ocasiones a Balcarce 50 para charlar con la hermana presidencial. Tiraron varios apellidos sobre la mesa, desde Daniel Parisini -el Gordo Dan en X- hasta Nahuel Sotelo, el secretario de Culto. Caputo estaría pensando en el influencer Iñaki Gutiérrez. Karina y Caputo mantienen diferencias, aunque están de acuerdo en el espíritu de la elección del candidato. Un tuitero joven, provocador y libertario.
María Eugenia Vidal se abstuvo en la votación por el aumento de los jubilados.El nombre de Dan generó escalofríos en el macrismo. Sería, para Mauricio Macri y una parte del PRO, un sapo demasiado grande. Basta ver el tono con el que escribe en sus redes para saber por qué. Cristian Ritondo Diego Santilli y Guillermo Montenegro, los más entusiasmados con la alianza, preferirían no dar peleas innecesarias. Para ellos hay que cerrar a como dé lugar. Viejos cuadros del PRO, como María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato, empiezan a mostrar diferencias. La ex gobernadora y la legisladora porteña electa se abstuvieron de votar el aumento para los jubilados, que tuvo media sanción en Diputados. Javier Milei anunció que, si el Senado lo convierta en ley, lo va a vetar.
El Presidente, antes de embarcar rumbo a Roma para encontrarse con el papa León XIV, les avisó a sus colaboradores que quienes votaron a favor del aumento a los jubilados o se abstuvieron son populistas o traidores. No resulta un buen presagio para el futuro de una incipiente convergencia de fuerzas, aunque la debilidad de Cristina, el fallo que sacaría la Corte Suprema y la coyuntura electoral parezcan, a simple vista, del lado del Gobierno.
Fuente: clarin.com