Ser senador nacional es un negocio. Es una suerte de Pyme, como ironizó un intendente de una localidad tucumana, cuya esposa es senadora y cuenta con otros familiares en el estado provincial. Un senador de la Nación percibe hoy un sueldo bruto de $7.800.000 y administra una caja mínima para designar personal de al menos $15.387.386. Esa cifra podría incrementarse notablemente si es que el legislador integra más de una comisión o si tiene algún cargo jerárquico, como es el caso del libertario Bartolomé Abdala, presidente provisional de la Cámara y quien abrió esta semana una inmensa polémica al reconocer que 15 de sus 20 asesores trabajan en San Luis para su campaña electoral a gobernador.
En la Argentina hay 72 senadores. Además, del sueldo, que incluye otros beneficios como gastos de representación, pasajes aéreos y viáticos, cuentan con 4165 módulos por despacho. Un módulo equivale a $2096. Es decir, cuentan con por lo menos $8.729.840 para designar asesores. Los ingresos son mayores si el senador integra alguna comisión. Por esa tarea, que es parte del rol legislativo, reciben 3173 módulos adicionales. Es decir, $6.650.608 para más contrataciones de personal que debería cumplir funciones parlamentarias. Cada senador puede tener extra módulos, por ende, más dinero para designar personal. Es también lo que sucedió con Abdala, cuyos 20 asesores tienen un gasto para el Estado de al menos $26.976.139, ya que en la cuenta no se contemplan pagos extras como antigüedad, permanencia en el cargo, títulos universitarios, viáticos y otros. Las cifras surgen de los datos abiertos del sitio web del Senado cotejados con planillas administrativas a las que accedió La Nación de fuentes legislativas.
En el Gobierno se mostraron molestos con Abdala, pero no hay aún una decisión de correrlo de sus funciones. Manuel Adorni, vocero presidencial, se refirió a la polémica por el uso político que el senador puntano hace de su personal. “Para nosotros los asesores legislativos son para analizar, diseñar, proponer y ayudar a que los legisladores propongan leyes y lleven adelante la tarea. Cualquier función por fuera de eso está mal y se debe modificar. Y esto excede al senador Abdala”, sostuvo Adorni. Fue la primera reacción oficial después de que Abdala contara en una entrevista que tiene 15 asesores que se dedican a su campaña electoral en San Luis. “Mi deseo es ser gobernador y para eso necesito mantener vivo el territorio”, argumentó el senador.
Con su declaración en TN, Abdala destapó una caja millonaria que administran los 72 senadores para contratar asesores y hacer política en sus provincias.
En el Senado, en total, entre agentes de ambas plantas, parlamentarios y administrativos trabajan 6402 personas. En Diputados, a pesar de ser más legisladores [257], hay menos personal: 4551, según el sitio web de la cámara.
Cuando se cotejan los números entre el Senado y Diputados surgen diferencias que generaron más de un cortocircuito entre los legisladores. La principal diferencia es la salarial: el sueldo bruto de un diputado nacional es de $5.900.000 y no cuenta con el beneficio del salario número 13, avalado por los senadores en una sesión exprés a principio de año. Los diputados, además, cuentan con menos módulos per cápita. Tienen a disposición 2432, lo que equivale a $5.097.472 para contratar personal.
El sueldo bruto de la categoría más alta de asesores es de $2.031.702 a agosto de este año, mientras que la más baja es de $576.592. El salario de cada asesor cuenta con adicionales que podría hacer crecer entre un 20 y un 30 por ciento el monto final. Reciben un 20% extra por título profesional y un 14% por un segundo título. También un adicional de 10% por otras funciones, además de la antigüedad, viáticos y reintegros por gastos en comida. Hay acá también una diferencia entre ambas cámaras: en el Senado se abona con un adicional por una norma de calidad ISO 9000. Trucos de un poder estatal que se asemeja a un negocio./ CONTEXTO TUCUMAN