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Fuerte alerta por la posición ultraconservadora de Milei en la próxima cumbre de la OEA

El presidente de la Nación es quien da los lineamientos y moldea la política exterior del país durante el tiempo que dura su gestión. Pero salvo alteraciones del orden constitucional o de otra índole, hay asuntos que se sostienen como política de Estado.

En ese sentido, la linea histórica de la Cancillería, dentro y fuera del país le viene advirtiendo en las últimas semanas a la ministra Diana Mondino, y a la interventora que la Casa Rosada le colocó como condición para su continuidad en el cargo, la abogada especialista en Derecho de Familia, Ursula Basset, que la política ultraconservadora y disruptiva que el gobierno de Javier Milei llevará desde este lunes y durante toda la semana a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que sesionará en Asunción, Paraguay, no solo contradice el ordenamiento jurídico nacionall (el país tiene aprobada ya las leyes del divorcio, matrimonio igualitario y aborto).

También contradice el ordenamiento también jurídico internacional con el que está comprometida la Argentina.

Por si ello fuera poco, Basset, apadrinada en su puesto por el asesor presidencial Santiago Caputo, tiene como misión aggiornar la cruzada libertaria contra la llamada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (Pobreza, Hambre y seguridad alimentaria, Salud, Educación, Igualdad de género y empoderamiento de la mujer, Agua y saneamiento, Energía, Trabajo decente y crecimiento económico) y contra el reconocimiento del cambio climático en todos los organismos multilaterales en los que participa Argentina.

Los problemas explotaron ahora con la Asamblea General de la OEA en Paraguay, adonde viajan con ese discurso la nueva embajadora argentina ante el organismo, Sonia Cavallo -que llega este lunes desde Washington-, Basset y Mondino -que volará allí desde Europa el miércoles para participar de los debates de cancilleres-.

Las tres van con la misión de tachar toda mención y compromisos de la Argentina en materia de género, derechos humanos, agenda LGBTI, y cambio climático en una asamblea cuyo tema central -propuesto por el propio gobierno de Santiago Peña- es “Integración y seguridad para el desarrollo sostenible de la región”.

El punto es que le advierten que esta política ideologizada en el sentido contrario a la también ideologizada agenda K -a la que desprecian como una agenda “progresista” y “socialista”- lesiona en realidad la política de Estado argentina, y pone en riesgo la sociedad con sus aliados.

Para el caso ya hubo choques entre Cavallo hija y el gobierno de los Estados Unidos en los debates de la OEA, sobre todo por la mirada con perspectivas social y de género en torno a la crisis en Haití. E incomoda a Santiago Peña, anfitrión este año de la OEA, ya que la Argentina es la única que pone objeciones en esta Asamblea a la Agenda 2030. Y puede afectar a futuro el interés de los Estados por acompañar votaciones a favor como las que acompañan el reclamo de soberanía de la Argentina.

Para el caso, trascendió que la semana que pasó el Gobierno temió que, en el seno del Comité de Descolonizaciones de las Naciones Unidas, algún país, en venganza por las posiciones adversas del gobierno actual (Cuba, Rusia, Venezuela o islas del Caribe a los que el gobierno de Milei no quiere aprobarles fondos para ayuda ante los efectos del cambio climático) pidieran votación en lugar de ir por consenso a una resolución que llama al Reino Unido y a la Argentina a un diálogo pacifico sobre las islas. De haber ido a votación y no consenso podría haber sido “desastre” para la Argentina frente a su reclamo por las Malvinas. Podría haberse perdido por primera vez.

Según supo Clarín, la linea tradicional de la Cancillería -diplomáticos de todas las áreas- advirtieron también a Basset y a Mondino que oponerse a la Agenda 2030 en los términos actuales del Gobierno tambien es contradictorio con los textos similares que ya están dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y a la que Argentina pidió entrar. Va en contra de las negociaciones del Mercosur con la Unión Europea para lograr un acuerdo de Libre Comercio. Y con los textos ya vigentes en el Grupo7 o del G20, en el que Argentina es miembro. Más aún, el país tiene compromisos adquiridos con distintas agencias de la ONU, adonde esperan que Basset continúe su intervención.

Todo comenzó en enero pasado cuando en una reunión de Naciones Unidas, en Nueva York, con el tema mujeres como eje, la canciller Mondino recibió un llamado de la Casa Rosada que le cuestionaba con ironía si le parecía si había o no un nuevo gobierno, teniendo en cuenta que sus diplomáticos de ONU no parecían dispuestos a cambiar la línea histórica del país.

Después, tuvo lugar el papelón argentino ante la CEPAL (Comisión Económica Para America Latina y El Caribe, de abril pasado). Argentina preside de manera pro tempore esta Comisión, que está bajo la orbita de la ONU. Por presión de la Rosada, Mondino decidió no ir y tampoco hubo quien viajara. Por primera vez en la historia ningun representante argentino fue porque también tiene una agenda cruzada por los temas a los que se opone el gobierno de Milei sobre metodologias y discurso contra la pobreza, género, y diversidad sexual.

Ahora llegó el turno de la OEA, y pronto seguirá el mismo discurso en la ONU en Naciones Unidas, y en Ginebra donde el pais ya esta recibiendo fuertes cuestionamientos. Incluso hay quien advierte que la Argentina puede quedar con esa postura, del lado de países como Rusia, China o teocracias como la de Irán, donde se imponen agendas ultraconservadoras emparentadas con el discurso libertario.

Fuente: clarin.com

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