El exembajador argentino en Venezuela Eduardo Porretti es protagonista por estas horas de una situación confusa: muy altas fuentes del chavismo contaron a Clarín que el diplomático intentó aterrizar en Caracas este martes, pero no se le permitió entrar al país. Señalaron que no fue clara la situación por la que viajaba a dicho país, adonde estuvo ya en diciembre pasado para presentar un libro de su autoría. Más aún, las fuentes señalaron que Porretti “se enojó en Migraciones, dijo que tenía reuniones ahí, hizo un pequeño escándalo, pero lo despacharon en el primer avión”.
El episodio con Porretti se da mientras sigue detenido en Venezuela el gendarme argentino Nahuel Gallo. Y si bien el diplomático tiene hoy cargo como titular de Cascos Blancos, también fue nombrado como “encargado especial de temas humanitarios” en Venezuela, lo que agrega dudas a su viaje.
Clarín consultó en Cancillería por el episodio, pero aún no obtuvo respuesta. Otras fuentes oficiales del Gobierno, sin embargo, confirmaron que efectivamente Porretti anunció que iría a Venezuela esta semana. Lo que no pudieron responder es si se trasladó finalmente con respaldo oficial y si lo echaron las autoridades venezolanas, como aseguran en Caracas.
Tampoco queda claro si viajó enviado por el canciller Gerardo Werthein o por su cuenta. Lo cierto es que, siempre según las fuentes consultadas por este diario, viajó con su pasaporte diplomático, pese a que hoy no hay vínculos oficiales entre el régimen de Maduro y la Argentina.
Las relaciones diplomáticas argentino-venezolana están cortadas y atravesadas por dos situaciones graves:
1) La del gendarme Nahuel Agustín Gallo, detenido el 8 de diciembre en el país caribeño cuando entró para visitar a su pareja venezolana y al pequeño hijo que ambos tuvieron en la Argentina.
2) La de los cinco disidentes al chavismo, colaboradores de María Corina Machado, que están en la residencia argentina en Caracas desde el 20 de marzo pasado sin que se les de un salvoconducto o mejores condiciones de vida.
Los intereses de nuestro país, desde que Maduro echó a los diplomáticos argentinos, en agosto pasado, están mínimamente representados por el gobierno de Brasil, con el que Argentina apenas tiene relación.
Prueba de vida. El Gendarme Nahuel Gallo caminando por la prisión donde el régimen de Maduro lo tiene detenidoPorretti, que también fue diplomático en la embajada de Argentina en Cuba, cosechó una relación más o menos sin sobresaltos con el régimen chavista siendo representante de Mauricio Macri, que tuvo una muy mala relación con la dictadura.
Pero Porretti enojó al chavismo cuando, terminando su gestión, dijo por la prensa que le habían cortado todos los servicios de agua y luz en la embajada.
Presidente de Cascos Blancos, con vínculos con Venezuela
Con la llegada del Gobierno de Milei, Porretti fue nombrado presidente de Cascos Blancos, pero siguió su vínculo con Venezuela. Así, por caso, hizo un viaje a Caracas el 21 de diciembre que generó ruido en Cancillería. Pero fue el propio Porretti quien promocionó su viaje, con un flyer, que anunciaba la presentación de su libro “La forma exacta de Caracas”, en la capital venezolana.
El anuncio del embajador Eduardo Porretti de la presentación de su libro en CaracasOcurrió en los días más álgidos del enfrentamiento entre la ministra Bullrich y el régimen chavista, que acusó al gendarme Nahuel Gallo de ser un “espía” y de integrar “un complot” internacional para derrocar a la vicepresidenta Delcy Rodríguez, lo que el Gobierno argentino y la familia del efectivo niegan tajantemente.
Los puentes con el kirchnerismo
En diálogo con este diario, otras fuentes relacionadas con Caracas señalaron que “lo que no entiende” el Gobierno argentino -que bajó la exposición del enfrentamiento con Maduro- es que los únicos que tienen diálogo fluido con el régimen son los dirigentes del kirchnerismo.
Entre ellos el exembajador Oscar Laborde, a quien la ministra Bullrich denunció por supuesta “traición a la patria” cuando el dirigente kichnerista medió para que la mamá del gendarme le mandara una carta a su hijo. Fue la única que pudo enviar porque la estrategia de polarizar del Gobierno tensionó la situación y cortó los puentes.
La negociación de Donald Trump con Maduro para que liberara a un grupo de detenidos estadounidenses en Venezuela a cambio de deportados venezolanos de los Estados Unidos entusiasmó al Gobierno argentino, pero por el momento no se lograron avances con la situación del gendarme.
Desde hace varias semanas se desconoce dónde está Gallo, del que sólo se conocieron unas fotos caminando por el patio de un centro de detención que difundió como prueba de vida el gobierno venezolano. Según se quejó su propia madre en una entrevista no saben nada de él después de eso. Y las condiciones de los asilados en la residencia argentina siguen siendo las mismas que hace meses.
Fuente: clarin.com