Hasta la noche del sábado, Facundo Manes podía jactarse de ser uno de los pocos dirigentes opositores indemnes a la artillería pesada que suele disparar Javier Milei.
El diputado radical y el Presidente mantuvieron en estos años una relación de respeto y tolerancia más allá de las abismales diferencias ideológicas que los atraviesan.
Por eso sorprendieron las críticas despiadadas de Milei y el cruce posterior entre Santiago Caputo y el médico. A diferencia de otros dirigentes del radicalismo, como el senador Martín Lousteau, Manes decidió estar en el Congreso y escuchar el discurso.
Lo hizo con un mensaje cargado de críticas al Gobierno que publicó en Twitter, pero argumentando que su compromiso como legislador electo era asistir a la cita.
En el mileísmo, ya en la previa, lo interpretaban como un intento del diputado por tomar la escena y aparecer como un opositor duro en medio de un Congreso semivacío desde una platea preferencial.
La búsqueda del outsider “cuerdo”
Quienes trabajaron en la campaña electoral de Facundo Manes en 2021 y 2023 buscaron impregnarle al neurocientífico el rótulo de outsider, con alguna similitud a la estrategia de Milei desde el ala libertaria, pero marcando un perfil bien diferente: el institucional, que algunos llegaron a definir como el “cuerdo”.
Manes fue clave en la interna que Juntos por el Cambio ganó en la provincia de Buenos Aires hace cuatro años, sumando 1,3 millón de votos desde el radicalismo a la posterior candidatura de Diego Santilli, su verdugo en la PASO pero a quien acompañó luego hasta ser electo diputado nacional.
Milei, en cambio, aceleró con su propia fuerza y fue a la elección de 2023 casi sin estructura pero con una impronta que lo terminó convirtiendo en Presidente tras derrotar a los dos principales jugadores de la política local: Juntos por el Cambio y Unión por la Patria.
Una relación de respeto y cordialidad
Manes y Milei se llevan un año y nueve meses de diferencia de edad: el diputado acaba de cumplir 56 años; el Presidente cumple 55 en octubre. Más allá de ser contemporáneos, comparten otro rasgo central: los dos vienen de la actividad privada y se involucraron en política en el último lustro.
“Tiene un costo personal fenomenal el cambio, luchar contra el sistema es terrible. En ese aspecto, a Milei como a mí nos pasa lo mismo, nos enfrentamos de diferentes maneras a un sistema que no quiere que nada cambie”, decía Manes en una entrevista con Clarín de hace dos años.
Y agregaba: “Debe ser difícil para Milei enfrentarse a un sistema de un status quo de privilegiados que no quieren que nada cambie. Para mí lo es”. Eran tiempos en los que compartían la Cámara de Diputados y se saludaban con afecto.
Milei nunca fue demasiado expresivo al hablar de Manes, más allá de las diferencias de raíz en el pensamiento de uno y otro. Pero el hecho de que en medio de sus feroces críticas al radicalismo, nunca lo haya cruzado en campaña, habla del respeto mutuo que cultivaban.
Este sábado por la noche, en el Congreso, ese vínculo se terminó de quebrar. “Leela Manes, te va a hacer bien, supuestamente vos entendés cómo funciona el cerebro y parece que no entendiste nada”, lo cruzó Milei, que además lo chicaneó: “Quizá tu versión es con inteligencia artificial y cambia de libertaria a kirchnerista como hiciste vos, Manes”.
El radical le devolvió la réplica y lo definió como “kirchnerista de derecha”. La discusión posterior con Santiago Caputo terminó de romper un vínculo de años.
Fuente: clarin.com