Borrá esos chats
El último lunes, el Partido Justicialista nacional se reunió con la excusa de recordar a los fusilados hace 69 años en un basural de José León Suárez, un ejemplo de la resistencia peronista a las dictaduras. La reunión la iba a encabezar Cristina Elisabet Kirchner como titular de esa fuerza política, pero todo en ese mitin estaba teñido por la inminente definición de la Corte Suprema sobre el caso Vialidad.
La cita era toda del cristinismo puro, pero la invitación a Axel Kicillof la cursó la intendenta de Moreno. Mariel Fernández es una militante política con cuna en el Movimiento Evita -casada con el duro dirigente social Esteban “Gringo” Castro- que fue sumada a las filas K en los últimos años, mediante un trabajo dedicado de Máximo Kirchner, quien alertó a CFK de las virtudes políticas de la joven que los atrajo por ser la hija de un albañil, criada en el picante Cuartel V de Moreno.
Fernández escribió ese día, en el chat de intendentes del peronismo: “Invitamos al señor gobernador al acto del PJ por José León Suárez”. Nadie se animaba a contestar, pues la tensión del cristinismo con el “díscolo” Kicillof estaba en plena ebullición. Al rato, contestó en el chat el propio Kicillof: “Mariel, no puedo, yo a esa hora tengo reunión con los intendentes acá en La Plata”. Esa juntada era del MDF, la agrupación creada por el kicillofismo para enfrentar internamente al cristinismo y del que forman parte 45 intendentes bonaerenses que no querían ir al PJ, donde La Cámpora ordenaba hasta la posición de las sillas.
La información que circulaba por esas horas de que Cristina Kirchner iba a ser destinada a cumplir la pena de prisión por la Corte Suprema de Justicia -al rechazar los recursos de queja y dejando firme el delito de administración fraudulenta al Estado-, hizo cambiar de idea al gobernador, quien volvió al chat de intendentes. Al rato, escribió: “Voy para allá con 30 intendentes”. El silencio del WhatsApp de los alcaldes se rompió y comenzaron todos a escribir “Voy”, desde Mayra Mendoza hasta Juani Ustarroz. Nadie se quería perder ese forzado reencuentro…
Axel Kicillof entrando a la sede del Partido Justicialista. REUTERS/Tomas Cuesta
Aguante menguado
Otros chats, en tanto, pedían movilizar a la sede de Matheu 130 del PJ Nacional a la militancia. Pero nunca lograron juntar una cantidad que alguno pudiera teñir con la palabra “clamor”. Un intendente rezongaba: “¿Sabés lo que nos costó jugar 1.000 tipos en el PJ?”, mientras circulaba entre los jefes comunales la versión de que Cristina buscaba una casa para transformar en su “Puerta de Hierro” tanto por la localidad de Tigre como por la de Ezeiza.
Llegó el martes y pasadas las 17 horas, se conoció el fallo histórico que confirmó la condena por corrupción a la ex Presidenta y la orden de enviarla a prisión, más allá de que ella posee la capacidad de reclamar prisión domiciliaria por su edad. Los nervios crecían: “¡Hay que cortar la Autopista Ricchieri y que no salga el micro de la Selección!”, se animó a ordenar un cacique camporista. Un intendente, presente pero incómodo ante la efervescencia reinante, aconsejó no turbar el recorrido de Messi hasta el Estadio Monumental, donde “La Scaloneta” debía enfrentar a Colombia por las Eliminatorias. “La cancha está llena y no de oligarcas, compañero. Los nuestros quieren ver a la Selección”, aconsejó, “polite”, el alcalde.
Al rato, llegó hasta la sede del PJ -ya con la condena ocupando todos los canales de noticias de Argentina y de varios países de la región- Axel Kicillof, flanqueado por miembros de su gabinete, como Andrés Larroque y Gabriel Katopodis. El gobernador entró con el rictus duro. El día anterior había recibido cantitos en su contra por parte de la militancia cristinista.
Kicillof saludó, frío, a todo el mundo, pero chocó con la intolerancia: no lo dejaban subir al piso donde se encontraba CFK. Pasaron unos tensos minutos, con el mandatario provincial apoyado contra una escalera y rodeado de dirigentes de La Cámpora que lo consideran un “traidor” por no someterse al mandato de esa tribu política. Al rato, bajó uno de los secretarios personales de Cristina y lo hizo subir a ver la ex Presidenta. Ambos conversaron unos 15 minutos: ella hablaría en público poco después y le mostró preocupación por lo que podía pasar en los cortes de la Avenida Panamericana y el Acceso Oeste, donde las pantallas televisivas mostraban a militantes quemando gomas y basura y cortando vías centrales en hora pico. El gobernador le dijo que se olvidara y que él se ocupaba del asunto con Javier Alonso, el ministro de Seguridad provincial, más allá de que esos cortes eran monitoreados por fuerzas nacionales. Finalmente, no hubo orden de la ministra Patricia Bullrich de reprimir y todo finalizó de modo sereno, salvo por un grupo de salvajes que poco después de las 21 horas, encapuchados y con palos y piedras, ingresaron en la playa de estacionamiento de TN y Canal 13 y destrozaron el lugar, incluso rompiendo bicicletas y autos que eran de los trabajadores.
MILITANTES DE LA CAMPORA ENTRARON AL CANAL TN E HICIERON DESTROZOSCristina lo detuvo a Kicillof antes de que se fuera de la sede del PJ: “Hay que seguir trabajando como veníamos por la unidad. Eso no se puede retrasar”, lo despidió. Afuera, el camporismo bramaba contra el gobernador: “Este hache de pé se quedó 15 minutos y se fue”. La unidad goza de pocos aliados. El gobernador no volvió a La Plata y terminó reunido hasta las últimas horas del martes en una sede del gobierno bonaerense ubicada en el Centro porteño. Tostados y empanadas fueron el combustible hasta la medianoche de una reunión de Kicillof con sus fieles funcionarios Carlos Bianco, Andrés Larroque, Gabriel Katopodis, Walter Correa, Augusto Costa, Juan Cuattromo, Jesica Rey más la vicegobernadora Verónica Magario. También picaban algo los intendentes Mariano Cascallares, Andrés Watson, Mario Secco, Fabián Cagliardi y Fernando Espinoza.
Allí, el mandatario provincial repasó su anterior reunión con CFK en la que ella le dijo que “ya está, lo del desdoblamiento es así, no jodamos más con eso”, dando por cerrada la pelea del cristinismo por unificar elecciones en Provincia y Nación. Sorprendió a todos que, a las pocas horas, el senador Wado de Pedro dijera que el gobernador debería dar marcha atrás con los sufragios separados. En esa cita, el kicillofismo decidió suspender todas las actividades políticas previstas para el fin de semana, salvo las que tuvieran que ver con reclamar por la situación “persecutoria” sobre Cristina.
Para algunos, el debate por venir ahora es si Cristina apuesta a una revalorización del peronismo y no, a contar con un club de fans. Un ministro kicillofista, pesimista, decía que La Cámpora ya salió con el “Lealtadómetro”, palabra inventada para hablar de leales o traidores. Y ponían de ejemplo la frase de Sergio Berni -fallido interventor pejotista en Salta-, quien tras la debacle peronista en esa provincia norteña señaló que “yo prefiero tener 7 puntos que tener 20 con un rejunte”.
Muestra de eso tal vez sea la flamante incorporación militante de los trotskistas Nicolás del Caño y Myriam Bregman quienes terminaron en la noche del martes en la puerta de la sede del PJ Nacional hablando de “una persecución judicial” a Cristina Kirchner. Máximo Kirchner tiene un desafío con estas alianzas sumando a Del Caño (o a Manuela Castiñeira con su agrupación el MAS tomando una facultad en apoyo a la ex Presidenta peronista) en vez de la habitual concurrencia de gobernadores del peronismo clásico. El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos…
Cristina Fernández en el PJ de Matheu 130. Foto Francisco Loureiro
Milei gobierna
Un análisis que también se efectuó en la cumbre del kicillofismo del martes de esta semana fue que Milei ganó el debate de la próxima elección. Y que con esta resolución judicial sobre Cristina Kirchner que la condenó a seis años de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos por la causa Vialidad, tanto en la elección bonaerense de septiembre como en la nacional de octubre, no se hablará de la gestión de Javier Gerardo Milei, sino que se hablará de corrupción.
“En lugar de plebiscitar a Milei vamos a estar hablando de ‘la corrupción K’ todos los días”, rezongaba un intendente que suena para ocupar la silla que dejó vacante Cristina Kirchner como candidata a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral. Las usinas mileístas nunca la tuvieron tan fácil en las redes como en las últimas horas, cuando solo alcanzaba con reproducir las noticias surgidas desde el seno judicial. Cuidado: a ver si los parangonan con hacer periodismo, palabra prohibida en el altanero seno propagandístico del Gobierno.
Javier Milei y Cristina KirchnerFuente: clarin.com