Diana Mondino está molesta. No le gusta la intervención de Úrsula Basset en la conducción de la política exterior que la dejó desdibujada ante sus pares en la OEA. “Le dictaba lo que tenia que decir al oído, no cuidaron ni las formas adelante de todas las delegaciones”, revela una fuente que presencio la cumbre.
“Quedamos aislados abrazados a una agenda que no genera consenso con nadie”, reprocha una fuente de la comitiva que estuvo en Asunción. “Hay un fino equilibrio entre los principios y el papelón. Nosotros ya lo superamos”, agrega.
Como reveló en exclusivo LPO, el rol de Basset en la OEA generó enojo e incomodidad en el resto de las delegaciones por las formas poco diplomáticas y el estiramiento de todos los puntos de la resolución que dejó a Argentina al borde de perder apoyos importantes en el reclamo por Malvinas.
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En ese sentido, revela una alta fuente, Mondino parece haber tomado la política de despegarse de la mujer de Karina y Santiago Caputo para dejarla expuesta y desgastarla. Esta fuente sostiene que “es una vergüenza que las autoridades de cancillería se están despegando de Basset y le echan el fardo que no tiene ni un cargo formal”. “Sobre todo el vice (Leopoldo) Sahores y el Jefe de Gabinete Barttfeld no pueden hacer eso. Ellos sacaron las instrucciones con su firma y son los responsables”, añade.
En ese marco, Mondino se rodea de sus diplomáticos más cercanos como punto de apoyo y resistencia ante el avance desmedido de la ministra sin cargo. Las personas que asesoran en las sombras a la Canciller son Carlos Starmmans que es quien le arma algunos discursos a Mondino y fue designado como director del Instituto de Servicio Exterior de la Nación.
Fuentes consultadas por LPO lo definen como “un ideólogo” pero aclara que “lo metieron para un lugar que le queda grandísimo. En general los directores académicos del ISEN son grandes figuras del pensamiento argentino en relaciones internacionales. Este Starmans es liberal y escribe sobre pensamiento político pero no lo conoce nadie”, detalla.
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En esta misma línea, afirman que “Barttfeld lo hizo nombrar porque es amigo suyo. Académicamente fue el director del Isen con menos formación que yo recuerde”.
Cabe recordar, como publicó en exclusivo LPO, que Mondino quiere al embajador argentino en Alemania Fernando Brun con un cargo en el Palacio San Martín, algo que parece difícil por la resistencia del ex funcionario albertista y el fuerte sostén de Casa Rosada a Basset.
La canciller tiene un grupo de Whatsapp que le arma los discursos y entre los que están su mano derecha Federico Barttfeld, Marcelo Cima, Starmans y Basset. La interventora es una presencia incómoda y no se descarta que hayan armado uno sin ella.
Fuente: lapoliticaonline.com