En el momento en que la Corte Suprema rechazó la licencia de Ariel Lijo como juez federal, por los despachos del Senado ya circulaba el dictamen de Manuel García-Mansilla. De ese modo el kircherismo ratificó su plan de acelerar para dejar listo el escenario para llevar los dos pliegos al recinto (el de Lijo ya había reunido las firmas necesarias), pese a las diferencias internas en el bloque de Unión por la Patria.
Cristina Kirchner no se movió de su silencio ante la designación de ambos postulantes por decreto, pero instruyó a los senadores para avanzar hacia una sesión en la que se discutan ambas nominaciones. “Vamos a voltear los dos pliegos”, adelantó un referente de la bancada conducida por José Mayans y Juliana Di Tullio.
El peronismo buscó abrir una negociación con el Gobierno, que incluyera la postulación para la Corte de una candidata mujer afín al espacio y otros lugares clave como el Procurador, aunque la propuesta no prosperó y con la asunción de García-Mansilla en comisión el bloque decidió apurar los tiempos.
Para concretar el rechazo de ambos pliegos, además de reunir las firmas para el dictamen de García-Mansilla, Unión por la Patria necesitará juntar 37 senadores para abrir la sesión y luego 25 voluntades en contra -de esa manera se asegurará que ninguno de los dos tendrá el apoyo de los dos tercios-, más allá de que para que la votación se concrete también tendrá que haber en ese momento al menos 37 legisladores en sus bancas para evitar que el debate se caiga por falta de quórum.
La discusión en el interior del PJ
Las diferencias internas en el bloque de senadores peronistas generaron dudas sobre la posibilidad de conseguir esos números, aunque los nombramientos en comisión achicaron las posiciones encontradas. Antes del decreto de Javier Milei, un sector estaba decidido a avalar el pliego de Lijo (tres senadores de Unión por la Patria firmaron su dictamen) y algunos incluso iban a hacerlo con el de García Mansilla. En el caso del juez federal habían transmitido que tendría 14 votos a favor.
“El decreto cambió todo, dinamitó el acuerdo con los gobernadores. No se puede sostener ese método, porque después te mete el Procurador y todo en comisión”, dijo este jueves a Clarín uno de los senadores peronistas que estaba dispuesto a aprobar ambas nominaciones. “No sé hasta qué punto los quisieron favorecer o joder con el decreto”, cuestionó la estrategia elegida por la Casa Rosada.
Más allá de que Victoria Villarruel podrá demorar la convocatoria a la sesión, con el propósito de ganar tiempo, y del margen de maniobra del Gobierno para negociar y torcer voluntades como sucedió con la fallida creación de la comisión investigadora por la estafa de $LIBRA, por el momento en el peronismo descuentan que los pliegos no tendrán los apoyos para ser aprobados.
“Lijo tiene 40 votos en contra y García-Mansilla más, unos 44 como mínimo. Es mucho”, calcularon en el despacho de un legislador con terminal en un gobernador peronista. Un senador alineado con Cristina Kirchner tenía la misma impresión: “Todos firmamos que nos comprometíamos a rechazar cualquier designación por decreto”.
Aun cuando algunos aclararon ante este diario que no habían suscripto el documento, entre los díscolos la mayoría entiende que en este caso no tendría margen para tomar una postura a contramano de la conducción del bloque. “Todo se complica cada vez más”, reconoció un senador que pretendía votar a favor de Lijo, luego de la resolución de los cuatro integrantes de la Corte sobre su licencia.
El kirchnerismo, a su vez, deberá superar el obstáculo de que senadores de otros bloques acepten plegarse a la iniciativa que implicaría un fuerte golpe al Gobierno, aunque miembros del radicalismo y del PRO ya se pronunciaron en contra de los nombramientos por decreto. “Considero que hay que ir al recinto a tratar los dos pliegos, como manda la Constitución”, aseguró a este diario Guadalupe Tagliaferri, titular de la Comisión de Acuerdos.
Fuente: clarin.com