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Historia de los Ingenios de Monteros: “El Despegue del Azúcar”

Durante ese tiempo hubo una serie de situaciones que ocurrieron, como el cierre de tres ingenios, inmigración de habitantes, entre otras

Vale la pena resaltar la fase de despegue del azúcar entre 1876 y 1895, como uno de los tantos hechos importantes en la historia en el departamento Monteros. Mismos que tienen como uno de sus protagonistas a los ingenios.

Las fábricas de azucareras o ingenios más importantes del departamento Monteros se establecieron en un momento en que la hegemonía del Estado-nación se consolidaba con la clase dominante de la provincia de Buenos Aires y era apoyada por una conspiración para aliarse con las élites provinciales de varias clases.

La fundación de ingenios de Monteros se dieron: en 1882 San Pablo de Caspinchango y el Santa Lucía, en 1884 La Providencia de Río Seco y en 1890 Santa Rosa en León Rougés. Después de un tiempo, durante un período de gobierno radical, casualmente se estableció en 1920 el San Ramón de la localidad de Villa Quinteros y finalmente en 1929 el Ñuñorco de la ciudad de Monteros.

De estos seis ingenios, continúan moliendo hasta el día de hoy La Providencia, Santa Rosa y Ñuñorco. Se desconoce cuándo cerró el de Caspinchango, mientras que Santa Lucía y San Ramón cerraron durante la dictadura de la autoproclamada Revolución Argentina a fines de la década de 1960.

La región de Monteros se vio entre los sectores más afectados. En aquel tiempo, hubo fuentes oficiales que afirmaban una disminución en la población de la Fortaleza del Folclore. Según el censo de 1960 de 68.325 habitantes cayó a 61.502 personas en el censo de 1970. La migración neta en Monteros entre esos años fue de aproximadamente
24,7%, equivalente a decir que “una de cada cuatro personas fue obligada a
Inmigrar de la provincia”.

Por ello, una de las principales luchas de las fuerzas activas de Monteros, incluidos trabajadores, empresarios, maestros y otros sectores de la sociedad, durante este período fue incorporar nuevas fuentes de trabajo y evitar el cierre de otras fábricas, lo cual fue un problema. Eventos que siguieron a las fábricas a raíz de las políticas autoritarias de racionalización económica durante la época de la dictadura, lo que significó menos trabajadores empleados.

En la década de 1960, las pequeñas canoas de hasta 10 hectáreas representaban el 80% del total de productores de la provincia, con el mayor porcentaje de pequeños propietarios en el departamento Monteros. Sobre la zona de los ingenios monterizos cerrados, alrededor de unos 4.000 pequeños cañeros fueron erradicados y sus cupos expropiados.

Por ello, la fuerza por la vida de la ciudad señalaban por aquel entonces, que la región no pudo recuperarse del colapso que sufrió debido a la realidad de que, en las normas oficiales , el desinterés para con sus habitantes.

Durante ese tiempo, la tasa de desempleo se habría vuelto demasiada alta. Según La Nación, en el año 1968, de acuerdo a lo detallado por el Ministerio de Economía Tucumano, la provincia llegó a alcanzar el 13,54%. Siendo Monteros con el 17,53 % una de las regiones más afectadas, al igual que Cruz Alta con el 17,93 % y Famaillá con el 20,88 %.

El departamento Monteros fue uno de los principales sectores de Tucumán que padeció el éxodo de habitantes. Al igual que Cruz Alta, Famaillá y Río Chico, que de igual modo que Monteros, cuentan con la mayoría de los ingenios que fueron cerrados.

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