INCENDIO DEVASTADOR| Un video que se viralizó en redes sociales conmovió a Tucumán, revelando una historia de fe y fortaleza inquebrantable. La periodista Josefina Casanova compartió el testimonio de Federico Herrera, propietario de Vento Pinturerías en El Bracho, cuya fábrica fue consumida por un incendio el pasado sábado.
En medio de la desolación, lo único que quedó en pie fue la imagen de la Virgen María, un hecho que el empresario interpretó como un poderoso símbolo de esperanza y resiliencia para él y su equipo.
La Lección de Quien lo Perdió Todo y Nada a la Vez
En el impactante video, Federico Herrera, rodeado por sus empleados entre los escombros de lo que fue su fábrica, pronuncia palabras que resonaron profundamente: “Hemos perdido todo y no hemos perdido nada. Hemos perdido todo lo que había acá, que habíamos ido construyendo a lo largo de 20 años, pero no hemos perdido nada porque estamos todos bien, y porque estamos motivados, como siempre. Y estamos todos juntos”.
El empresario destacó la invaluable fortaleza de su capital humano. “Lo que me he dado cuenta en estos dos días, es que lo mejor que tenemos es un gran equipo, y por eso, no hemos perdido nada”, afirmó, subrayando la importancia de la unión y el espíritu colectivo ante la adversidad. Su mensaje es un verdadero ejemplo de liderazgo y templanza en un momento de crisis.
Mirada al Futuro: Reconstrucción y Compromiso
Con una sorprendente entereza, Herrera no solo transmitió un mensaje de ánimo, sino que también delineó el camino a seguir. “De esto nos reponemos. En un mes y medio ya tenemos formalizada la entrega. En un año, es una planta nueva. En pocos días vamos a normalizar la producción de una manera básica para que ningún cliente nuestro se quede sin los productos”, aseguró a sus oyentes.
Sus palabras finales, “Estemos muy tranquilos, que de esta salimos rápido, bien y juntos”, sellaron una escena que culminó en aplausos y abrazos, reflejando el compromiso mutuo y la esperanza de una pronta recuperación. La historia de Vento Pinturerías y la fe de su propietario se convierten en un faro de inspiración en El Bracho, demostrando que, incluso de las cenizas, puede renacer la fuerza y la unión.